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El 4-M salta a Zaragoza: una querella por incitación al odio y muchos ataques cruzados
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LA CONDENA UNÁNIME A LA VIOLENCIA DURÓ POCO

El 4-M salta a Zaragoza: una querella por incitación al odio y muchos ataques cruzados

La campaña madrileña tiene su eco en la capital de Aragón, donde la tensión política se dispara entre los bloques ideológicos y precipita una segunda mitad de mandato municipal abocado a la inestabilidad

Foto: Ayuntamiento de Zaragoza. (EFE)
Ayuntamiento de Zaragoza. (EFE)
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La crispación de las elecciones del 4-M ha traspasado las paredes del consistorio de la ciudad de Zaragoza para contagiar a los ediles el espíritu de confrontación ‘a la madrileña’, dejando a un lado la habitual concordia de la política aragonesa. El cruce de descalificaciones entre los bloques ideológicos del ayuntamiento ha sido tal que hasta Vox ha llegado a presentar una querella por incitación al odio contra el concejal Alberto Cubero. Un clima tenso, y en ocasiones desaforado, que no se había vivido durante los dos años de mandato del Gobierno municipal que lidera Jorge Azcón (PP) junto a Ciudadanos. Parece que quedan heridas difíciles de curar en lo que resta de tiempo político para el actual primer edil.

El trasfondo, el detonante, la causa, en definitiva, proviene de la Comunidad de Madrid, de la polarización y de la crispación que han salpicado la campaña. La versión zaragozana del original madrileño se secuencia así:

Acto 1: la querella

Los incendios políticos suelen ser provocados. El edil de Zaragoza en Común, Alberto Cubero, en una comisión municipal para aludir al mitin de Vox en Vallecas donde el partido de Santiago Abascal recibió pedradas e insultos de vecinos del barrio madrileño, afirmó lo siguiente: "A la ultraderecha hay que tratarla como en Vallecas, no se discute con ella, ni mucho menos se la tolera. Se les confronta en cada sitio, que siempre sea como en Vallecas". Este mensaje, que también difundió por redes sociales el líder del PCE en Aragón, estuvo acompañado por la petición de ilegalización de Vox. En cuestión de minutos, Vox anunció una querella por incitación al odio. El nivel de enfrentamiento entre los dos extremos originó una tensión que comenzaba a salpicar al resto de partidos políticos.

El portavoz de Vox en el ayuntamiento zaragozano, Julio Calvo, aseguró en rueda de prensa que su partido ya tenía la querella preparada contra Alberto Cubero “por incitar a la violencia a pedradas y con insultos” contra su partido. Se refería a la aplicación del artículo 510 del Código Penal: “La provocación, los insultos y las amenazas son habituales en Cubero, pero su espiral de violencia verbal termina en agresiones físicas”.

"La provocación, los insultos y las amenazas son habituales en Cubero, pero su espiral de violencia verbal termina en agresiones físicas"

El edil de ZEC es habitual en estas polémicas de crispación con mensajes contra la monarquía pidiendo ‘colgar’ al rey Felipe, a favor del ‘okupa’ Rodrigo Lanza, condenado por el juicio de ‘los tirantes’, o tildando de “terroristas” a los jueces.

Lo que intenta Vox con la presentación de la querella no es que el juez decida aplicar el artículo 510 del CP con multas o penas de prisión por incitar al odio y a la violencia. El portavoz de este partido en Zaragoza considera que el juez debe inhabilitar al concejal Alberto Cubero como cargo público. "Si conseguimos la inhabilitación de Alberto Cubero, habremos prestado un gran servicio a Zaragoza", dijo.

Foto: Varios de los candidatos al 4-M en el debate de Telemadrid. (EFE)

Según ha podido saber El Confidencial de fuentes jurídicas de Vox, las palabras del edil comunista “son una llamada a la comisión de delitos por insistir que hay que responder a pedradas como en Vallecas contra Vox”. Aseguran estas fuentes que, ya presentada la querella, el juez tomará declaración al edil de Zaragoza para conocer su versión de los hechos en próximos días. Cubero respondió a la querella de Vox aludiendo a que es “una amenaza más y un hostigamiento a la izquierda política”.

Acto 2: la declaración institucional

De la crispación entre Vox y Zaragoza en Común emergió un tercer actor para echar más leña al fuego. El Partido Socialista, en palabras de su portavoz, Lola Ranera, anunció una declaración institucional para rechazar las amenazas contra el ministro Fernando Grande-Marlaska, el candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez. En este texto, incluía una condena a las palabras de Rocío Monasterio “en las que dudaba de la veracidad de las amenazas”.

Vox rechazó de plano apoyar la moción del PSOE por “instrumentalizar las amenazas para sacar provecho político e intentar debilitar al bloque de la derecha”, cuentan fuentes del partido. La tensión ya acorralaba la posición del alcalde de Zaragoza por no tomar partido sobre el avivado rifirrafe.

El portavoz de Vox acusó al PSOE de “jugar sucio” y se explayó contra la portavoz socialista por ser “una política profesional en el peor sentido del término”. Lo que derivó en que el PSOE exigiera al alcalde Azcón “arrinconar” a Vox por incitar al odio en sus ataques.

Vox acusó al PSOE de "jugar sucio" y se explayó contra la portavoz socialista por ser "una política profesional en el peor sentido del término"

El alcalde Jorge Azcón tomó partido, finalmente, entre el continuo cruce de descalificaciones que enturbiaba el ambiente político zaragozano al mismo ritmo que la crispación seguía viva en Madrid. El primer edil propuso una declaración institucional junto a su socio Ciudadanos donde se rechazara la violencia sin hacer menciones explícitas a casos concretos de la campaña madrileña. Con esto, se evitaba herir la sensibilidad de su socio prioritario, Vox, y confiaba en que la izquierda no lo rechazara.

La firma se saldó al final con la unanimidad de todos los grupos municipales, pero duró poco. Tan solo unas pocas horas, pues en el pleno municipal del pasado viernes volvió la refriega política entre Vox y la izquierda con el foco en la campaña electoral madrileña.

Acto 3: el acorralamiento a Azcón

“Adiós a la declaración institucional”, decía la vicealcaldesa de Ciudadanos, Sara Fernández. Y así fue. El citado acuerdo de la declaración institucional se quedó en papel mojado para volver al insulto, las acusaciones y la polarización entre dos bloques irreconciliables.

Foto: Manifestantes contrarios a Vox, en el acto del partido. (Sergio Beleña)

La izquierda municipal liderada por el PSOE de Lola Ranera insistió en exigir al alcalde Azcón que rompiera con Vox como socio prioritario en su Gobierno. “Cuando Azcón elige a la ultraderecha, no se condena la violencia de género o se criminaliza a niños. Está en los brazos de Vox, blanqueándolo y sin garantizar la democracia”, afirmó Ranera. Y desde Zaragoza en Común se apuntó a Ciudadanos como socio de gobierno, por parte del exalcalde y actual portavoz, Pedro Santisteve: "Es la derecha recalcitrante donde Ciudadanos no pinta nada. Ya está fagocitado por la intolerancia de PP y Vox como en Madrid". "El 4-M debería hacer recapacitar a Ciudadanos en Zaragoza", apostilló el PSOE.

El nivel de enfrentamiento no amilanó al PP quien, en palabras de su portavoz, María Navarro, acusó al PSOE de “enfangar el debate en Zaragoza, pero le ha salido mal la jugada de crispación con debates electoralistas”.

Acto 4: la tensión que viene

El pleno más crispado de la legislatura por los ecos de Madrid condiciona el futuro del ayuntamiento. Así lo ven varias fuentes consultadas del PP. Entienden estas fuentes que lo que ocurrirá en Madrid “provocará que Ciudadanos no sepa hacia dónde ir y generará dudas e inestabilidad en el Gobierno de Azcón”.

Foto: El nuevo alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. (EFE)

Una situación que el alcalde, Jorge Azcón, aseguran, debería saber manejar porque las últimas encuestas publicadas lo sitúan con más apoyo y mejor reconocimiento. Las fuentes preguntadas dan por hecho que “un Ciudadanos en caída libre llevaría a Azcón como candidato a rozar la mayoría absoluta al atraer a sus votantes”.

En el ámbito socialista, saben que la caída electoral de Ciudadanos y la posibilidad de que la candidata madrileña Díaz Ayuso gobierne con Vox propician que sea el momento de asemejarlo a la realidad de Zaragoza. E insistirán en dibujar un retrato de que el Ayuntamiento de Zaragoza está en brazos de la ultraderecha.

La crispación de las elecciones del 4-M ha traspasado las paredes del consistorio de la ciudad de Zaragoza para contagiar a los ediles el espíritu de confrontación ‘a la madrileña’, dejando a un lado la habitual concordia de la política aragonesa. El cruce de descalificaciones entre los bloques ideológicos del ayuntamiento ha sido tal que hasta Vox ha llegado a presentar una querella por incitación al odio contra el concejal Alberto Cubero. Un clima tenso, y en ocasiones desaforado, que no se había vivido durante los dos años de mandato del Gobierno municipal que lidera Jorge Azcón (PP) junto a Ciudadanos. Parece que quedan heridas difíciles de curar en lo que resta de tiempo político para el actual primer edil.

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