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El alcance de la subida fiscal aleja a PSOE y UP en su negociación para los Presupuestos
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PRIMER ENCUENTRO PARA PERFILAR EL BORRADOR

El alcance de la subida fiscal aleja a PSOE y UP en su negociación para los Presupuestos

Los propósitos de Hacienda pasan por abordar la discusión sobre fiscalidad, parte nuclear en la negociación de los PGE, partiendo de la base de que la reforma se producirá a dos velocidades

Foto: La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes. (EFE)
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes. (EFE)
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La fiscalidad es uno de los principales puntos de fricción entre PSOE y Unidas Podemos de cara a elaborar el borrador de Presupuestos Generales del Estado que servirá de base para negociar con otras formaciones políticas. Socialistas y morados difieren tanto en el alcance de la reforma como en el calendario para aumentar la demanda de progresividad fiscal que viene recogida en el acuerdo de gobierno. Algo que ambas partes ya preveían antes incluso de la primera reunión negociadora para elaborar el borrador que esta tarde celebraron los equipos encabezados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Hasta este momento, solamente se habían intercambiado llamadas, pero sin abordar conjuntamente las líneas maestras del anteproyecto.

PSOE y Unidas Podemos se reúnen para abordar las negociaciones de los Presupuestos

La propia titular de Hacienda ya había enfriado el alcance de la reforma fiscal la tarde de este martes tras el Consejo de Ministros, a pesar de que es uno de los puntos recogidos en el acuerdo de coalición y cuyo "espíritu" pretende recoger el borrador. "Se tendrá que modular y adaptar al actual momento del ciclo político", explicó respecto a la reforma fiscal, para añadir que "no podemos ser ciegos a la situación económica que atraviesa nuestro país". Sin rehuir este compromiso programático para implantar una reforma fiscal progresiva, la titular de Hacienda sí ha querido alejarlo en el tiempo —"a lo largo de la legislatura"— para acompasarlo a la recuperación económica.

Desde Unidas Podemos, no renuncian a una reforma fiscal ambiciosa dirigida a las rentas más altas y a los beneficios de las grandes empresas, aunque reconocen que el actual contexto complica sus pretensiones. Con todo, no descartan nada a estas alturas de las negociaciones, en las que reivindicarán la necesidad de aumentar la recaudación por arriba y reducir impuestos por abajo.

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En el Ejecutivo, se impone la visión de que los Presupuestos para el próximo año no irán acompañados de "grandes reformas fiscales" y se pone el foco en no limitar la capacidad de recuperación del tejido empresarial. Precisamente, el acuerdo de la coalición se comprometía a garantizar una tributación mínima del 15% de las grandes corporaciones, que se ampliaría hasta el 18% para las entidades financieras y empresas de hidrocarburos. Una medida que, al menos en el corto plazo, ha dejado de ser prioritaria, no solo por la situación que atraviesa el sistema económico español sino también por los fondos europeos que garantizarían el objetivo de desarrollar unos "Presupuestos expansivos".

Los propósitos de Hacienda pasan por abordar la discusión sobre fiscalidad, parte nuclear en la negociación de los PGE, partiendo de la base de que la reforma se producirá a dos velocidades. Una primera que se incorporará a los PGE de 2021 y una segunda que se seguirá desarrollando a lo largo de la legislatura. Prácticamente descartadas las subidas en el impuesto de sociedades en este primer tramo de la legislatura, queda en el aire el IRPF.

placeholder María Jesús Montero (i) y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. (EFE)
María Jesús Montero (i) y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. (EFE)

El acuerdo de Gobierno por el que empuja Unidas Podemos establecía que en el impuesto sobre la renta se incrementarían dos puntos los tipos impositivos sobre la base general para los contribuyentes que tengan rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos para la parte que exceda de 300.000 euros. En lo referente al tipo estatal sobre las rentas de capital, se establecía un incremento de cuatro puntos para dichas rentas superiores a 140.000 euros. Por el contrario, se contempla también una bajada en la tributación de dos puntos, del 25% al 23%, para las pymes que facturen menos de un millón de euros.

La renuncia a una reforma fiscal ambiciosa se asocia también a la voluntad de buscar consensos transversales para sacar adelante los Presupuestos, principalmente con vistas a atraer a Ciudadanos. Un encaje de bolillos en el que se verá "qué aguanta y qué no" de las propuestas fiscales: la ministra de Hacienda, refiriéndose en conjunto al proyecto de Presupuestos, abogó por ser "flexibles", habida cuenta de que los dos grupos que sustentan el Gobierno están lejos de alcanzar la mayoría absoluta necesaria para aprobar las cuentas. "Estoy convencida de que hay un punto de encuentro si cada uno renuncia a la condición de óptimo", concluyó respecto a las supuestas incompatibilidades entre naranjas y morados.

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Impuesto a la riqueza

El impuesto a las grandes fortunas es otro de los caballos de batalla de Unidas Podemos. Este nuevo tributo sustituiría el impuesto de patrimonio, alcanzando una recaudación del 1% del PIB, en torno a 11.000 millones de euros. Afectaría a los patrimonios superiores a un millón de euros y de forma progresiva, recayendo así la mayor parte del tributo sobre el millar de patrimonios más altos. La propuesta de Unidas Podemos es que haya un mínimo exento por primera vivienda de 400.000 euros y gravar con un 2% los patrimonios de más de un millón de euros, con un 2,5% los patrimonios de más de 10 millones de euros, con un 3% los superiores a los 50 millones y con un 3,5% los que superen los 100 millones de euros.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ya defendió esta medida en la comisión de reconstrucción. Sin embargo, no se incluyó en el documento conjunto de conclusiones que presentaron los socios de gobierno y que, precisamente, facilitó entonces un acercamiento con Cs.

Foto: El presidente del PNV, Andoni Ortuzar (i), y la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia. (EFE)

Después de pactar con el PSOE esta retirada del impuesto a las grandes fortunas del documento conjunto de propuestas de resolución en la comisión de reconstrucción, los morados votaron a favor de las enmiendas presentadas por otros grupos parlamentarios en este sentido. Pese a que estas enmiendas al borrador de ERC, Más País, Compromís y Bildu votadas en el grupo de trabajo de reactivación económica no salieron adelante, al no contar con el apoyo de los socialistas, desde la formación morada avisaron ya entonces de que "no nos vamos a mover de esta posición", con vistas a volver a recuperar el impuesto a las grandes fortunas en la negociación que arrancó este martes.

La tramitación de los Presupuestos depende de cómo transcurran las negociaciones, tanto en el seno del Gobierno como con el resto de grupos parlamentarios, puesto que la intención del Ejecutivo pasa por no llevar el proyecto al Congreso hasta que estén atados todos los apoyos necesarios para su aprobación. La primera fase tendrá que ver con el techo de gasto, que se negocia conjuntamente con las cuentas. Si todo transcurre con normalidad, podría presentarse en la tercera semana de septiembre para votar los objetivos de déficit antes de que finalice el mes. Acto seguido, sería el turno del proyecto de Presupuestos, que de seguir este calendario llegaría a la Cámara entre finales de septiembre y principios de octubre.

La fiscalidad es uno de los principales puntos de fricción entre PSOE y Unidas Podemos de cara a elaborar el borrador de Presupuestos Generales del Estado que servirá de base para negociar con otras formaciones políticas. Socialistas y morados difieren tanto en el alcance de la reforma como en el calendario para aumentar la demanda de progresividad fiscal que viene recogida en el acuerdo de gobierno. Algo que ambas partes ya preveían antes incluso de la primera reunión negociadora para elaborar el borrador que esta tarde celebraron los equipos encabezados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Hasta este momento, solamente se habían intercambiado llamadas, pero sin abordar conjuntamente las líneas maestras del anteproyecto.

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