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Los profesores tienen miedo a volver y avisan de que no habrá distancia ni mascarilla
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SIGUEN SIN SABER CÓMO EMPEZARÁ EL CURSO

Los profesores tienen miedo a volver y avisan de que no habrá distancia ni mascarilla

Los profesores asumen que tendrán que dar clase en aulas abarrotadas porque no hay donde meter a los alumnos. Muchos son personas de riesgo que se jugarán la salud a diario

Foto: Un colegio público de la Comunidad Valenciana se prepara para el inicio de curso. (EFE)
Un colegio público de la Comunidad Valenciana se prepara para el inicio de curso. (EFE)

María Jesús Sánchez es profesora de instituto en Málaga y cuenta los días que faltan para volver a dar clase. Sabe que en menos de dos semana deberá pasar varias horas al día en aulas abarrotadas de alumnos en los que difícilmente se alcanza el metro y medio de distancia, y con una ventilación deficiente. María Jesús padece hiperactividad bronquial, y una infección por coronavirus puede ser letal. Desde el 15 de septiembre, se jugará la salud en el IES Torre Atalaya, un centro diseñado para 500 alumnos en el que hay 1.100 niños matriculados.

El problema de María Jesús y de otros miles de profesores con patologías de todo tipo no tiene solución. Muchos centros educativos en toda España, principalmente colegios e institutos públicos en ciudades grandes, carecen de espacio para desdoblar clases, por mucho que los obliguen. Ya hace años que usan aulas multiusos, bibliotecas, patios y pasillos para dar cabida al aumento de estudiantes. A ellos, la ratio de 20 alumnos y el metro y medio de distancia que marca la normativa sanitaria aprobada por los ministerios de Sanidad y Educación les suena a cuento de hadas. Tal vez por eso, en el acuerdo de medidas aprobado este jueves entre el Gobierno y las comunidades autónoma, se deja la puerta abierta a sobrepasar las ratios. Los colegios podrán “flexibilizar” el número de alumnos en función de sus necesidades.

Foto: Un dispensador de gel en un aula del IES de Arroyo de la Encomienda, en Valladolid. (EFE)

“Yo estoy con mucho miedo”, reconoce María Jesús. “A muchos profesores con patologías se nos pone entre la vida y la muerte, y a los que no las tienen se les obliga a ponerse en riesgo cada día, a ellos y a sus familias. Llevo 31 años dando clase y sé que los alumnos no llevarán puesta la mascarilla seis horas al día, ni siquiera es humano pedirles eso. En una clase de dos a tres de la tarde en Andalucía, con las temperaturas que alcanzamos, no es realista pensar que los chavales van a cumplir”.

"Llevo 31 años dando clase y sé que los alumnos no llevarán puesta la mascarilla seis horas al día"

“Tenemos asumido que en septiembre muchos colegios arrancarán el curso sobrepasando las ratios y sin distancia de seguridad en las aulas”, adelanta Cristina Fernández, profesora del IES Condesa Eylo de Valladolid y presidenta de la Asociación de Profesores de Enseñanza Secundaria de Castilla y León (Aspes-Cl). “El profesorado tiene miedo a volver, todos queremos trabajar de forma presencial pero con un mínimo de garantías. La Junta de Castilla y León nos escribió a todos los profesores para hacernos un test de seroprevalencia en agosto y ver quién tenía anticuerpos y podía estar más tranquilo, pero las primeras citas las están dando para últimos de octubre. Así no se puede funcionar”.

placeholder Un profesor prepara un aula en una sala multiusos en un colegio de Valencia. (EFE)
Un profesor prepara un aula en una sala multiusos en un colegio de Valencia. (EFE)

El tiempo se agota

Los equipos directivos de los centros están sin información y septiembre está a la vuelta de la esquina. “En los centros, estamos desinformados, no sabemos qué nos encontraremos cuando empiece el curso. Los padres me preguntan qué va a pasar y les digo que no lo sé, que ya veremos cómo lo hacemos para reducir las ratios, que en Bachillerato alcanzan los 40 alumnos. Si ya cuando hacemos un examen no tengo forma material de separar a los alumnos por la falta de espacio”, indica Juan Carlos Alvarado, profesor del IES Huerta del Rosario, en Chiclana de la Frontera (Cádiz).

Enfado entre los profesores por la desorganizada vuelta a clase

“Los terminaremos sacando a la calle a dar clase, como hacemos algunas veces. Por suerte, aquí el tiempo te lo permite", prosigue. "Los profesores no queremos ser trabajadores privilegiados, queremos trabajar y asumir los mismos riesgos que los demás, pero no hablamos solo de nuestra salud sino de nuestros 30 alumnos, o de 120 para los que vamos pasando por varias aulas. Si un niño toca a otro y se contagia, ¿es mi responsabilidad porque yo estaba delante? Nos da miedo, sobre todo por los alumnos y también por las responsabilidades que esto nos pueda acarrear. Nosotros no somos ni enfermeros ni psicólogos, y parece que se quiere cargar todo el peso del control y detección del coronavirus sobre nuestras espaldas”.

"No somos ni enfermeros ni psicólogos, y parece que se nos quiere cargar todo el peso del control y detección del coronavirus"

Pese a los miedos, los profesores no se insubordinarán el primer día de clase. “No esperamos absentismo laboral con el arranque del curso, los profesores acudirán a los colegios y gestionarán la situación lo mejor que puedan asumiendo los riesgos”, confirma Juan Antonio Bravo, portavoz de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA). “Iniciar el curso de forma 100% presencial es un disparate, reclamamos la enseñanza semipresencial porque es la única que permite a los colectivos especialmente vulnerables, sean alumnos, trabajadores o familiares con alguna patología susceptible de empeorar por covid-19, impartir docencia o recibirla de forma segura”.

Bravo es profesor y coincide en que los docentes lo llevan “muy mal”. “No nos podemos negar a ir a nuestro puesto de trabajo, pero en las condiciones actuales estoy convencido de que los profesores y alumnos que conviven con personas de riesgo dejarán de ir al centro a la mínima sospecha o en cuanto haya un caso positivo. Si es un profesor, pedirá la baja, y si es un alumno, se quedará en casa hasta que el centro lo reclame. La Administración no entiende la gravedad de este curso”.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
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Reclamaciones ante Educación

María Jesús Sánchez ya le ha dicho a su abogada que si ella enferma en clase y fallece, lleve su caso hasta Estrasburgo si es necesario para que su familia obtenga una indemnización por muerte en accidente laboral, algo que ahora ni se contempla para los profesores. “Podría pedir la baja, pero no me la dan si no estoy enferma, y cuando lo esté y la pida, quizá ya sea tarde. Es un despropósito. Tengo compañeros deprimidos, bloqueados, pensando en qué harán cuando empiece el curso, que no quieren trabajar pero tampoco tienen el dinero para acudir a un abogado y empezar el proceso para reclamar ante la Consejería de Educación por su situación de vulnerabilidad. Yo volveré a clase con mascarilla doble y casi una EPI completa, y a ver cómo doy así mis cuatro horas de clase al día”.

“En Castilla y León, se está solicitando a los centros que informen sobre su personal de riesgo. Las direcciones provinciales consideran que si esas personas llevan mascarilla y cumplen la distancia de seguridad, pueden dar clase sin problema, ya tengan fibrosis quística, problemas de corazón o fibromialgia. Y ellos tienen mucho miedo porque además saben que muchas veces será imposible mantener la distancia con los alumnos. Esto es un sálvese quien pueda, el colegio que pueda ampliar aulas que lo haga, y el que no que busque soluciones. Si al empezar el curso detectamos profesores dando clase por encima de las ratios máximas, tomaremos medidas”, apunta Fernández, de Aspes-Cl.

"Si al empezar el curso detectamos profesores dando clase por encima de las ratios máximas, tomaremos medidas"

La Comunidad de Madrid es uno de los lugares con las ratios por aula más elevadas debido a la superpoblación. Según cálculos de la Asociación de Profesores de Madrid, el aula media en la capital mide 40m2, lo que permite un máximo de 15 alumnos y un docente para cumplir con la normativa de un metro y medio de distancia. Todo lo que supere esa cifra estará violando los protocolos de seguridad. Y los casos se contarán por cientos.

placeholder Miembros del Sindicato de Estudiantes llaman a la huelga por la falta de medidas en la vuelta clase. (EFE)
Miembros del Sindicato de Estudiantes llaman a la huelga por la falta de medidas en la vuelta clase. (EFE)

“La gente no sabe lo que es tener a 30 alumnos por aula”, apunta Bravo, de APIA. “Si intentas separarlos en filas individuales, no te queda pasillo ni a un lado ni al otro, no hay medio metro ni de lejos. Por eso, a veces los agrupamos en bancadas de hasta cuatro alumnos para poder separarlos un poco. Las aulas serán un peligro claro de contagio, encima con gente joven que se agobiará de llevar la mascarilla. Dar por hecho que los alumnos de Primaria y Secundaria van a llevar una mascarilla seis horas sin quitársela me parece poco realista”.

Desde la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE), aplauden la “unificación de criterios” a nivel sanitario acordada en la conferencia entre el Gobierno y las comunidades autónomas, pero echan de menos “medidas organizativas y académicas”. “Los centros, a poco para empezar el curso, no saben cuántos profesores de refuerzo les llegarán, qué ratios por aula habrá, si podrán desdoblar clases, qué horarios o turnos tendrán, por eso hay tanta preocupación e incertidumbre”, señala Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato. “Tratamos de enviar un mensaje de tranquilidad a todos los profesores, pero sabemos que cuando empiecen a surgir los contagios dentro de los centros educativos, viviremos momentos de pánico entre los profesores y los alumnos y sus familias”.

María Jesús Sánchez es profesora de instituto en Málaga y cuenta los días que faltan para volver a dar clase. Sabe que en menos de dos semana deberá pasar varias horas al día en aulas abarrotadas de alumnos en los que difícilmente se alcanza el metro y medio de distancia, y con una ventilación deficiente. María Jesús padece hiperactividad bronquial, y una infección por coronavirus puede ser letal. Desde el 15 de septiembre, se jugará la salud en el IES Torre Atalaya, un centro diseñado para 500 alumnos en el que hay 1.100 niños matriculados.

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