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Iglesias mide la ambigua relación con Felipe VI: del halago a promover un referéndum
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NUEVO GIRO PARA CAPITALIZAR EL RECHAZO SOCIAL

Iglesias mide la ambigua relación con Felipe VI: del halago a promover un referéndum

Si sus críticas a la monarquía y, sobre todo, a la figura del actual Rey volvieron a suavizarse con la llegada al Gobierno, ahora se da un vuelco para aprovechar esta ventana de oportunidad

Foto: Homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus.
Homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus.
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Los momentos críticos por los que atraviesa la Corona tras la marcha de Juan Carlos I de España han llevado a Unidas Podemos a volver a priorizar su identidad republicana y poner en el centro de su agenda el debate sobre la "utilidad" de la monarquía. Una institución sobre la que hace apenas ocho meses, Iglesias reconocía que no estaba en crisis, "y esto lo dice un republicano", enfatizaba, para acto seguido incluso alabar a la princesa Leonor por emplear "un perfecto catalán" durante la entrega de los premios Princesa de Girona: "Creo que fue un detallazo, no basta pero demuestra que puede haber otra actitud, otra manera de afrontar la realidad plurinacional".

La relación de los morados con la monarquía siempre fue ambigua para lo que se presupone a las fuerzas a la izquierda del PSOE, flexible en función de las prioridades del momento, pero en este tránsito Iglesias siempre diferenció entre Juan Carlos I y Felipe VI, reservando las críticas directas para el primero y concediendo halagos no sin cierta carga aviesa para el segundo, con la excepción de su discurso tras el referéndum ilegalizado del 1-O. Una diferenciación que ahora se pretende difuminar, haciendo hincapié en que "es imposible" situar un cortafuegos entre el emérito y la institución.

"No existe motivo alguno para continuar cargando con una monarquía carente de los mínimos valores éticos en un país que lleva soportando sucesivas crisis económicas y sociales", arremetían desde el partido morado tras conocerse la decisión del emérito de abandonar el país. Mientras, sus socios de Gobierno se centraban en recalcar el "sentido de la ejemplaridad y la transparencia" de Felipe VI, separando su figura de la su padre, desde Unidas Podemos niegan tal separación y ponen en entredicho la continuidad de la monarquía.

Foto: El rey Felipe conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias (i), durante un Consejo de Ministros celebrado en el Palacio de la Zarzuela. (EFE)

Sobre el actual monarca, Pablo Iglesias ha llegado a asegurar: "No me cae mal", reconociendo diplomáticamente: "Por el trato que he tenido con él, me parece un hombre culto, muy preparado políticamente, con el que es agradable conversar". Diplomacia que se disipa al referirse al emérito, "a quien no he conocido personalmente, pero del que he leído varias biografías, me cae mucho peor que el actual. Juan Carlos de Borbón era un franquista confeso, un corrupto [y para ello rescata su petición de 10.000 millones de pesetas al sha de Persia para que financiase la campaña de Adolfo Suárez], por no hablar de sus aficiones a la caza y a otras cosas que ya conocen todos los españoles". Otras de sus concesiones a leer entre líneas: "Si imagino a Albert Rivera, a Pablo Casado y a Felipe de Borbón, veo a tres hombres de derechas y el que mejor me cae, con diferencia, es Felipe de Borbón".

En un libro de diálogos con el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo, el líder de Podemos describe como "un movimiento político inteligente por parte de la Casa Real" la abdicación de Juan Carlos en 2014. Una apreciación que hila con el hecho de que "el discurso de Felipe VI en la Nochebuena de 2014 fue un discurso inteligente, que le permitió aparecer como un jefe del Estado que había comprendido los cambios que se estaban produciendo en su país y que dedicaba palabras amables a muchos sectores sociales, en especial a quienes estaban descontentos con el sistema político".

placeholder El rey Felipe VI recibe al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, a su llegada al Palacio de la Zarzuela. (EFE)
El rey Felipe VI recibe al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, a su llegada al Palacio de la Zarzuela. (EFE)

El discurso del 3 de octubre sobre Cataluña lo cambió todo y la crisis territorial que se profundizó entonces se arrojó contra la actuación del actual rey: "No criticamos al rey; criticamos a la institución monárquica en un momento histórico preciso". Según ha dejado escrito, para Iglesias aquella intervención "supuso un antes y un después en el papel de la monarquía en este país. Aquel día, el jefe del Estado pronunció el discurso del PP, lo hizo suyo y llamó a cerrar filas; y desde entonces existe un bloque monárquico que se articuló en torno a ese discurso".

A pesar de aquellas duras palabras, las críticas a la monarquía y sobre todo a la figura de Felipe VI volvieron a suavizarse con la llegada al Gobierno. Ya antes de ello, el discurso de Felipe VI en la Nochebuena de 2018 fue bien recibido en el centro de mando de Podemos. Iglesias le reconoció "aciertos" al monarca, dentro de la crítica, y celebró en especial la mención a las mujeres y el "cambio de tono respecto a la cuestión territorial". "El jefe de Estado ha hecho hoy un discurso que, aunque viene de una institución que difícilmente puede responder a los anhelos democráticos e igualitarios de la sociedad española, incluye claves interesantes y aciertos que reconocer", explicaba el líder de Podemos a través de sus redes sociales. Y continuaba: "Habla a las mujeres, en lo que parece un reconocimiento de la enorme desconexión que existe entre la institución monárquica y las aspiraciones que han expresado las mujeres en España. El rey sabe que la España feminista no quiere patriarcas".

Foto:  Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Felipe VI. (EFE)

Iglesias le aplaudía también a Felipe VI "el cambio de tono respecto a la cuestión territorial. El jefe de Estado abandona el discurso del 3 de octubre y habla de convivencia y respeto a la diversidad. Reconoce así implícitamente que se equivocó asumiendo las tesis de la derecha sobre Cataluña". Finalmente, remataba su valoración poniendo en duda la empatía de Felipe VI: "Al rey le honra intentar empatizar con los más castigados y reconocer sus errores. El problema es que la institución monárquica pertenece a otro siglo y no puede, aunque lo intente, responder a la necesidad democrática de España: justicia social, feminismo, fin de la corrupción".

Durante el discurso del rey en el acto de apertura de las Cortes, un Iglesias ya vicepresidente segundo del Gobierno se levantó y lo aplaudió por primera vez. Unos días antes, en su primera aparición pública tras la investidura, el líder de Unidas Podemos, formación que nació precisamente impugnando el denominado 'régimen del 78' y proponiendo un proceso constituyente, recalcaba que "ahora, sin embargo, tenemos la sensación de que cuando hay un reforzamiento de las fuerzas reaccionarias" no es el momento del rupturismo sino del posibilismo. Un posibilismo, añadía, que se debía a la nueva correlación de fuerzas, no solo en el Congreso sino también en el hipotético Ejecutivo de coalición donde Podemos tendrá "una fuerza modesta", al estar en minoría.

Tras siete meses de Gobierno, que han parecido todo un ciclo político, desde Unidas Podemos se vuelve a recuperar sus esencias fundacionales reivindicando la apertura de un proceso constituyente. Al menos este será uno de los principales papales que tendrá el renovado 'think tank' de la organización, el denominado Instituto 25-M, que en esta nueva etapa dirigirá el cofundador del Podemos, Juan Carlos Monedero. Sobre la mesa la reivindicación de un referéndum consultivo, vía artículo 92 de la Constitución para el que bastaría con la actual mayoría que dio lugar a la investidura de Pedro Sánchez, para calibrar la opinión de la ciudadanía. La posición de los socialistas, de hecho, deja a Unidas Podemos como la única fuerza estatal que puede capitalizar el creciente rechazo social a la institución. La otra ventana de oportunidad, seis años y medio de su irrupción en el tablero político español y formando parte del Gobierno aunque con una menguante fuerza parlamentaria.

Los momentos críticos por los que atraviesa la Corona tras la marcha de Juan Carlos I de España han llevado a Unidas Podemos a volver a priorizar su identidad republicana y poner en el centro de su agenda el debate sobre la "utilidad" de la monarquía. Una institución sobre la que hace apenas ocho meses, Iglesias reconocía que no estaba en crisis, "y esto lo dice un republicano", enfatizaba, para acto seguido incluso alabar a la princesa Leonor por emplear "un perfecto catalán" durante la entrega de los premios Princesa de Girona: "Creo que fue un detallazo, no basta pero demuestra que puede haber otra actitud, otra manera de afrontar la realidad plurinacional".

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