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Un duelo Sánchez-Casado descafeinado, el debut de Iglesias y los gritos de "dimisión"
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PRIMERA SESIÓN DE CONTROL AL GOBIERNO

Un duelo Sánchez-Casado descafeinado, el debut de Iglesias y los gritos de "dimisión"

El Gobierno sale airoso pese a la ofensiva parlamentaria sobre el caso de Delcy Rodríguez en la primera sesión de control en cinco meses con una oposición apagada y sin experiencia

Foto: Pablo Casado se dirige desde la tribuna al presidente del Gobierno, Pablo Casado. (EFE)
Pablo Casado se dirige desde la tribuna al presidente del Gobierno, Pablo Casado. (EFE)

La primera sesión de control al nuevo Gobierno de coalición llegó este miércoles al hemiciclo, cinco meses después y con el caso de Delcy Rodríguez como plato principal. La oposición abrió tres frentes con su ofensiva parlamentaria —hacia el presidente; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y muy especialmente, el de Transportes, José Luis Ábalos— tratando de arrojar luz sobre las contradicciones de la última semana. Pero el Gobierno salió airoso sin dificultades (a excepción de la interpelación de Cayetana Álvarez de Toledo), gracias a la falta de garra del resto de grupos políticos, que se fueron como habían llegado: sin resolver una sola duda de lo que ocurrió la madrugada del 20 de enero en Barajas.

Eso sí, los gritos de “dimisión, dimisión” se confirmaron como banda sonora de la sesión. Primero, desde la bancada de Vox hacia Sánchez, cuando el presidente se sacudió la pregunta de Santiago Abascal sobre el asunto, y después, por parte del PP hacia el ministro Ábalos. Si el martes la competición abierta en la derecha fue la oposición a la ley de eutanasia, este miércoles se centró en las peticiones de dimisión. El diputado de Ciudadanos, Edmundo Bal, fue el único que reprochó a Sánchez haberse referido a Juan Guaidó como "líder de la oposición" después de que su Gobierno lo hubiera reconocido como "presidente encargado".

placeholder El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)

La mañana arrancó con el primer duelo del nuevo ciclo entre Sánchez y el líder de la oposición, Pablo Casado, que fue más descafeinado de lo esperado. La pregunta del popular —si el presidente “está dispuesto a respetar el Estado de Derecho”— era tan amplia que sirvió para que ambos lanzaran mensajes que en ningún momento se llegaron a encontrar.

Si Casado reprochó al jefe del Ejecutivo “no mencionar siquiera la Constitución” y estar gobernando “con los que le quitaban el sueño”, Sánchez se despachó pidiendo al popular hacer “una oposición de Estado” y “dejar de ser el eco de la ultraderecha”. “Dé voz a los millones de españoles que votaron una opción moderada en el Partido Popular”, insistió Sánchez, insistiendo en la nueva hoja de ruta de su Gobierno para la cuestión catalana: “Reencuentro y diálogo” como recetas.

placeholder El líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado (d), y la portavoz del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo (i). (EFE)
El líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado (d), y la portavoz del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo (i). (EFE)

En esta sesión llegó también el debut del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que se estrenó en la bancada azul defendiendo las competencias de la Agenda 2030 de su cartera, puestas en duda por el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. Una cartera “de máxima exposición, pero de mínimas competencias”, dijo, sin dejar de ironizar con la idea de que el líder de Unidas Podemos se haya instalado “en un comunismo de élite después de tantos años contra el sistema”, pasando de “repartir los medios de producción a repartir los ministerios”. Todo ello, continuó, después de pasar “de la bici al coche oficial, y de la mochila a la cartera de ministro”.

Antes de saldar su intervención, García Egea aprovechó para desplegar dos ‘leitmotiv’ con los que definir al Ejecutivo de coalición: “el Gobierno de todos contra España” y “el Gobierno de la mentira”, que dan buena cuenta de la estrategia de oposición desplegada por el grupo de Casado en la inauguración de las sesiones de control en el Congreso. Iglesias, por su parte, intentó entrar en los márgenes del debate, centrándose en publicitar los objetivos de la Agenda 2030 y rebajando el tono de crispación.

placeholder El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)

El expolicía y torturador franquista Antonio González Pacheco ('Billy el Niño') volvió a hacer acto de presencia en el Congreso, después de que la Mesa acordase este martes desclasificar su expediente a petición de EH Bildu y tras el “error” cometido por Unidas Podemos la pasada semana. Precisamente, la pregunta de un diputado del grupo de la izquierda abertzale, Jon Iñarritu, hizo que Marlaska asegurara que está prevista una proposición de ley de los socialistas para establecer mecanismos que retiren las condecoraciones a aquellos miembros de las fuerzas de seguridad que “hayan omitido los valores constitucionales”.

La primera sesión de control al nuevo Gobierno de coalición llegó este miércoles al hemiciclo, cinco meses después y con el caso de Delcy Rodríguez como plato principal. La oposición abrió tres frentes con su ofensiva parlamentaria —hacia el presidente; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y muy especialmente, el de Transportes, José Luis Ábalos— tratando de arrojar luz sobre las contradicciones de la última semana. Pero el Gobierno salió airoso sin dificultades (a excepción de la interpelación de Cayetana Álvarez de Toledo), gracias a la falta de garra del resto de grupos políticos, que se fueron como habían llegado: sin resolver una sola duda de lo que ocurrió la madrugada del 20 de enero en Barajas.

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