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La ley de Marchena: las 20 intervenciones más destacadas del presidente del tribunal
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EN EL JUICIO DEL 'PROCÉS'

La ley de Marchena: las 20 intervenciones más destacadas del presidente del tribunal

Con tono tranquilo, el magistrado ha atado en corto a testigos rebeldes, defensas combativas y acusaciones envalentonadas, actitud que ha mantenido tanto con unos como con otros

Foto: El magistrado Manuel Marchena (c) preside el tribunal, junto a los jueces Andrés Martínez Arrieta (i) y Juan Ramón Berdugo (d). (EFE)
El magistrado Manuel Marchena (c) preside el tribunal, junto a los jueces Andrés Martínez Arrieta (i) y Juan Ramón Berdugo (d). (EFE)

"Mire, vamos a ver". Cada vez que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, pronunciaba estas cuatro palabras, los periodistas aguantaban la respiración a la espera de un nuevo titular. A lo largo de cuatro meses, sus intervenciones no han defraudado, convirtiéndose así en el principal protagonista del juicio del 'procés' junto a los 12 acusados. Con tono tranquilo, el magistrado ha atado en corto a testigos rebeldes, defensas combativas y acusaciones envalentonadas, actitud que ha mantenido tanto con políticos de primer nivel como con votantes y policías del 1-O. Daba igual quién elevara la voz para protestar o lanzar una petición. En el Tribunal Supremo, Marchena dejó claro desde el primer día que mandaba él.

Uno de los momentos que mejor reflejan la actitud del magistrado se remonta al 8 de mayo, cuando entre los testigos de las defensas se extendió la costumbre de revolverse contra Vox. Aunque los comparecientes respondían a los abogados de la formación, varios de ellos dejaban claro que lo hacían "por imperativo legal", fórmula que Marchena terminó por cortar en seco: "Usted está ahí por imperativo legal. Ha respondido a las preguntas de la letrada de Sànchez y Turull por imperativo legal. Ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal por imperativo legal. A las preguntas de la Abogacía del Estado, por imperativo legal. Y ahora tiene el imperativo legal de responder a las preguntas de la acción popular. Todo lo que ha pasado esta mañana es por imperativo legal". Señoría, no hay más preguntas.

Pero más allá de frases para el recuerdo y rifirrafes con las partes, su momento más destacable llegó el 14 de marzo. El turno de acusaciones y defensas ya había concluido. Tras más de cuatro horas de interrogatorio, el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, parecía haber terminado la declaración y su abogada, Olga Tubau, sentada junto a él, comenzaba a recoger los documentos para marcharse. Pero entonces intervino Manuel Marchena. Apoyándose en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el magistrado lanzó en el descuento la pregunta clave que por un error de cálculo ninguna de las acusaciones había podido realizar: ¿avisaron los Mossos al Govern de la posible violencia en el 1-O? La respuesta del jefe de los Mossos cayó como una losa sobre las defensas.

Al margen de estos dos momentos, un repaso a la hemeroteca del juicio del 'procés' deja constancia de las mejores frases de Marchena. Entre sus intervenciones más memorables, cabe señalar las siguientes, que se recogen en orden cronológico:

  • Vox y los lazos amarillos: el 13 de febrero llegó la primera intervención del partido de Santiago Abascal en el juicio, una interrupción que provocó un pequeño terremoto a cuenta del lazo amarillo que lucía Jordi Sànchez en la solapa. Los abogados de Vox alegaron que el símbolo "tiene una carga política indudable", pero Marchena les paró los pies. "El lazo es un símbolo ideólogico y la sala no va a poner obstáculos a que lo usen los procesados", explicó el magistrado, apoyándose para ello en dos condenas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a Bélgica y Bosnia por impedir la presencia de distintivos religiosos en los juicios.

  • El corte a Joan Tardà: el 27 de febrero arrancaron las testificales con el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya, por lo que el presidente del tribunal marcó los límites desde el primer momento. Aunque Marchena ya había dejado claro que solo los acusados podían hacer uso del catalán, Tardà arrancó su comparecencia en este idioma. "Así no empezamos bien", interrumpió el magistrado, indicándole entonces que debía expresarse según marca la ley y, por tanto, responder en español. "Para que lo entienda, que soy lego en la materia, ¿tengo derecho a responder en catalán?", quiso saber el diputado. "No", fue la rotunda contestación.
Foto: El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena (c). (EFE) Opinión
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  • El 'show' de la CUP: el mismo día que reprendió a Tardà, Marchena tuvo que emplearse a fondo con los testigos de la CUP, que por la tarde se negaron a responder a las preguntas de Vox. El espéctaculo comenzó con el exdiputado Antonio Baños y siguió con Eulàlia Reguant. Marchena ofreció la posibilidad de que Vox formulara sus preguntas y él se las repitiera a continuación, pero ni siquiera esta fórmula fue suficiente para que los 'cupaires' contestaran. Ante las constantes negativas de Baños y Reguant, el Supremo les impuso entonces una multa de 2.500 euros a cada uno de ellos, quedando además sus declaraciones sin valor alguno pese a haber sido citados por varias defensas.

  • El testigo sin memoria: el 13 de marzo, llegó el turno del responsable de Difusión Institucional de la Generalitat, Jaume Mestre, pero la comparecencia se convirtió en un recital de desmemoria ante las preguntas de las acusaciones. El fiscal reclamó entonces al tribunal que dedujera testimonio al considerar que mentía en sus respuestas difusas e incurría, con ello, en falso testimonio, tras lo que Marchena tomó la palabra. "Mire, señor Mestre, en el Código Penal, el delito de falso testimonio no consiste simplemente en no decir la verdad. Cuando el testigo, sin faltar sustancialmente a la verdad, la altere con reticencias, inexactitudes o silenciando hechos o datos relevantes que le fueran conocidos, incurrirá en responsabilidad penal", advirtió.

  • La cita de Manuel Alonso Martínez: el histórico jurista apareció el 19 de marzo en el juicio del 'procés' de la mano de Marchena, que recurrió al político del siglo XIX para echar por tierra las quejas formuladas por las defensas durante el interrogatorio a un guardia civil. El abogado de Junqueras alegó que el testigo no había comparecido en la fase de instrucción y eso dificultaba su estrategia, ante lo que el magistrado respondió tajante: "¿Usted cree que los testigos hábiles para declarar en el juicio oral son aquellos que han declarado antes en la instrucción? Esto es ir hacia otro modelo de proceso. Como entendamos que para ir al juicio oral previamente hay que declarar en la instrucción, estaríamos incluso pervirtiendo la exposición de motivos de Alonso Martínez".

  • El aviso a un guardia civil: el 25 de marzo, Marchena se revolvió de nuevo contra otro testigo que aseguraba no recordar aspectos clave. En esta ocasión, se trataba de un guardia civil que respondía con evasivas a las defensas. Los "no lo sé" y "no lo recuerdo" comenzaron a repetirse en el interrogatorio de la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, lo que llevó al presidente del tribunal a interrumpir la declaración: "Señor agente, intente por favor responder con la misma seguridad con la que ha respondido a los responsables de la acusación y del Ministerio Fiscal", avisó al testigo. El testigo se defendió, pero Marchena no cedió: "La permanente coletilla de 'no lo recuerdo' nos obliga a nosotros a recordarle que está usted bajo juramento".

¿Usted cree que los testigos hábiles para declarar en el juicio oral son aquellos que han declarado antes en la instrucción? Es ir hacia otro modelo

  • "Los guardaespaldas son personas": ese mismo día, Marchena dejó una de las grandes frases del juicio. Era el turno para Andreu Van den Eynde, abogado de Junqueras y Romeva. Preguntaba a uno de los testigos, un agente presente en los registros del 20-S que decía desconocer quiénes atacaron los coches de la Guardia Civil. El letrado quería saber más sobre la llegada de Junqueras a la 'conselleria' y el agente aseguró entonces que llegó acompañado de cuatro personas. "¿Eran guardaespaldas o personas?", preguntó. Marchena tuvo que intervenir: "Los guardaespaldas son personas".

  • La polémica de los vídeos: a lo largo del juicio, las defensas pidieron una y otra vez exhibir vídeos para contrastar las declaraciones de policías y guardias civiles. Aunque las grabaciones se vieron en la fase documental, los rifirrafes entre el tribunal y los abogados fueron constantes. Uno de ellas se produjo el 28 de marzo, jornada que se cerró con las declaraciones de un guardia civil y dos 'mossos'. Durante la declaración del agente del instituto armado, uno de los abogados de Jordi Cuixart, Àlex Solà, puso sobre la mesa la recurrente polémica, tras lo que el presidente del tribunal le recordó entonces que se verían al finalizar las testificales: "Toda reiteración es una reiteración de cara a la galería. La sala sabe perfectamente lo que ha acordado".

  • La ley de ritos: ese mismo día, Marchena tuvo otro roce con Jordi Pina, el abogado que representa a Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull. Ante la declaración de un subinspector de los Mossos, el letrado cargó contra su credibilidad preguntándole sobre por qué en el atestado que se levantó el 20 de septiembre sobre su actuación se incluyó un posible delito de atentado contra la autoridad y no el de sedición. No conforme con su respuesta, insinuó que se le debería deducir testimonio con base en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, reglamento al que se refirió como "ley de ritos". La expresión no sentó bien a Marchena, que calificó la misma como un "insulto", descartando además de forma tajante su solicitud: "No tiene ningún sentido".

  • "Si quiere, testifica usted": el 5 de abril, los roces de Jordi Pina con el presidente del tribunal se repitieron una y otra vez. Tras un primer choque por la mañana, el abogado de Rull, Turull y Sànchez volvió a la carga durante el interrogatorio a un guardia civil que intervino en tres centros de votación el 1-O y sufrió una lesión en uno de ellos, pero chocó de lleno con un muro llamado Marchena: "Si quiere, testifica usted. Esto no es serio, señor Pina", lanzó el presidente del tribunal. "Tiene razón, señoría, pero como comprenderá...", trató de defenderse el letrado antes de que el magistrado le parara los pies: "Como tengo razón, mejor lo dejamos y hace otra pregunta".
Foto: Imagen tomada de la señal de video institucional del Tribunal Supremo, del presidente del tribunal, Manuel Marchena. (EFE)

  • La masa: el 17 de abril, la sesión dejó una serie de rifirrafes entre Marchena y varios abogados. La última bronca la protagonizó uno de los abogados de Cuixart: Benet Salellas. Y lo hizo al preguntar por una de las palabras más repetidas por los policías: quiso saber a qué se refería el testigo cuando hablaba de "la masa", concepto que se repitió una y otra vez durante las declaraciones de policías y guardias civiles que intervinieron en el referéndum del 1-O. Antes de que el agente pudiera responder, Marchena explotó. "Llevamos 20 sesiones hablando de la masa y usted ahora quiere enterarse", zanjó molesto.

  • "Está usted perdiendo el tiempo": un día después, el presidente del tribunal y el abogado volvieron a chocar. El desfile de policías nacionales continuaba en el Tribunal Supremo cuando Salellas quiso saber si un antidisturbios se interesó por los heridos. Antes de que el testigo respondiera, Manuel Marchena cortó el interrogatorio: "Preguntar por el sentimiento piadoso o no piadoso del sujeto que está actuando como fuerza de intervención pública no tiene ninguna trascendencia". El abogado de Cuixart se revolvió y aseguró que en su escrito de defensa hacen referencia a esa situación, protesta ante la que el magistrado elevó el tono. "No vamos a discutir usted y yo. Está usted perdiendo el tiempo y nos lo está haciendo perder a nosotros".

  • "¿Qué haríamos sin usted, señor Pina?": el mismo 18 de abril, la sorpresa llegó con el testigo número nueve, el agente 087576. Nada más entrar por la puerta, el magistrado Juan Ramón Berdugo avisó a Marchena de que un murmullo se extendía por la bancada de las defensas. "No sé si voy errado, pero creo que el testigo ya ha comparecido en esta sala con anterioridad", interrumpió Pina. No se equivocaba: el policía había declarado ante el Supremo una semana antes. El presidente del tribunal no pudo evitar una sonrisa al responder al letrado: "¿Qué haríamos sin usted, señor Pina? Bueno, pues puede marcharse", dijo al policía. Mientras el agente abandonaba la sala, los 'exconsellers' Joaquim Forn y Raül Romeva fueron incapaces de aguantar la risa.

  • El 'mosso' más independentista: el líder de Mossos per la República, organización adscrita a la Asamblea Nacional Catalana (ANC), llegó al Tribunal Supremo el 24 de abril. La cosa comenzó ya mal. El interrogatorio arrancó con Javier Ortega Smith, de Vox. "¿Se cuadró ante una estelada con el uniforme de los Mossos?", preguntó el del partido de Abascal. Y vino la primera respuesta desabrida: "Creo que no se me está juzgando a mí", respondió impertinente. El presidente intervino en ese punto y le puso en su sitio. "No confunda el escenario. Ha sido citado aquí como testigo. En consecuencia, se va a limitar a responder a las preguntas. Usted es un agente de la autoridad. Y usted está ahora ante la autoridad judicial. Responda a las preguntas que le formule la acusación popular. Si usted no me oye a mí decir que esa pregunta es impertinente, tiene el deber de declarar. Y de decir verdad".

  • "Las preguntas se tienen que traer preparadas de casa": el 30 de abril, Andreu Van den Eynde, abogado de Junqueras y Romeva, estaba interrogando a Marc Puigtió, alcalde de Sant Julià de Ramis, cuando en un momento dado se quedó callado. El silencio se extendió por la sala y, con ironía, Marchena le dio un toque de atención: "Las preguntas se tienen que traer preparadas de casa". Al letrado no le sentó bien y así se reflejo en su cara, pero incluso sus compañeros no pudieron evitar una sonrisa ante el comentario del presidente del tribunal.

  • La sesión más tensa: la sesión más tensa del juicio del 'procés' se vivió el 14 de mayo. Ese día, tres episodios dejaron frases de Marchena como "usted no viene aquí a explicar su grado de alucinación" o "su estado febril no tiene ninguna relevancia". "¿Son ustedes amigos de represión?", preguntó incluso a un testigo que indicaba que conocía a los procesados por este motivo, por la represión. La mañana completa fue un no parar, por lo que fuentes del tribunal terminaron por manifestar el profundo malestar de todos los magistrados con la estrategia de defensa de la sesión de la mañana y con el comportamiento de testigos y abogados: consideraban intolerable la provocación al tribunal.

  • "Yerra usted en su estrategia defensiva": el 5 de mayo, la sesión transcurrió con calma hasta que llegó el turno de Javier Pacheco, secretario general de Comisiones Obreras en Cataluña. A partir de ese momento, las intervenciones del presidente del tribunal, Manuel Marchena, fueron constantes, y todas ellas con un mismo objetivo: atar en corto a la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig. La tensión llegó a tal punto que lo que comenzó como simples avisos terminó en bronca. "​Formule preguntas que no inviten al testigo a una valoración", advirtió el juez en un primer momento. Pero como la letrada no recondujo su interrogatorio, Marchena elevó el tono: "Yerra usted en su estrategia defensiva".

  • "Visto para sentencia": las últimas jornadas del juicio transcurrieron con calma y las fases de prueba y de informes dejaron a Marchena en segundo plano. Tras 52 sesiones y 422 testigos, el presidente del tribunal pronunció así la frase definitiva el 12 de junio: "Muchísimas gracias a todos, visto para sentencia".

"Mire, vamos a ver". Cada vez que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, pronunciaba estas cuatro palabras, los periodistas aguantaban la respiración a la espera de un nuevo titular. A lo largo de cuatro meses, sus intervenciones no han defraudado, convirtiéndose así en el principal protagonista del juicio del 'procés' junto a los 12 acusados. Con tono tranquilo, el magistrado ha atado en corto a testigos rebeldes, defensas combativas y acusaciones envalentonadas, actitud que ha mantenido tanto con políticos de primer nivel como con votantes y policías del 1-O. Daba igual quién elevara la voz para protestar o lanzar una petición. En el Tribunal Supremo, Marchena dejó claro desde el primer día que mandaba él.

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