Un cabo de los registros: "Los Mossos fueron su policía hasta que empezaron a actuar"

La sesión de tarde del juicio del 'procés' volvió a traer a la sala declaraciones de guardias civiles que participaron en los registros previos al 1 de octubre. Un cabo primero encargado de la entrada al domicilio del asesor de Gobernació Joan lgnasi Sánchez Santín, operación realizada en Sabadell el 20 de septiembre, explicó a su particular manera cómo vivió la presión de la muchedumbre que se agolpó frente a la casa. Se vieron obligados a llamar a los Mossos d'Esquadra. Con tono franco y muy descriptivo, detalló que la policía autonómica fue recibida al gruto de "nostra policia", pero todo cambió cuando comenzaron a actuar.

Explicó que sus hombres y la comitiva judicial tuvo que permanecer durante horas en la casa. Oían gritos de 'No pasarán', algo que, según dijo, se cumplió de forma textual, pues no podían moverse. La crispación de la gente que se había concentrado era "exagerada". Uno de los agentes ideó una huida con un coche a través del garaje, pero les avisó antes de que para conseguir escapar tendrían que "correr". "Que os comen", les advirtió.

El cabo tuvo alabanzas para los mossos. "Actuaron muy bien, la verdad, se la jugaron ese día". "Fueron muy eficaces, pero otros días no tanto", añadió a preguntas de la defensa. En aquella jornada, cinco agentes resultaron heridos cuando "la masa" se movía de forma coordinada y formaba barreras o imitaba el juego infantil conocido como "arrencar cebes" (arrancar cebollas), que consiste en sentarse en el suelo y agarrarse unos a otros para evitar ser levantados. "Sufrieron choques, zarandeos", describió.

A continuación, fue el turno de un segundo agente presente en el mismo registro, en este caso, un mosso, el primero de a pie que se escucha en el juicio. Nos pusimos "a disposición de la Guardia Civil", indicó. Y pagaron las consecuencias. Uno de los concentrados golpeó con un casco a uno de los agentes mientras por la protesta pasaban el alcalde y el teniente de alcalde de Sabadell. "La gente se nos abalanzó encima y hubo varios momentos de tensión", describió.

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El mosso resumió la operación en tres pasos. "Primero los GRS [antidisturbios de la Guardia Civil] no pudieron hacer la entrada al domicilio, pero sí que por la otra calle se pudieron colar unos cuantos guardias civiles". El segundo paso se produjo cuando el instituto armado seguía sin conseguir entrar y les "pidió ayuda para ver si se podía ganar más espacio policial", situación ante la que se convirtieron también en enemigos y recibieron "patadas, empujones, golpes con casco de moto...". "El tercer choque de agresividad por parte de los concentrados fue un momento de tensión fuerte en el que que has de aguantar para que se cumpla nuestro objetivo: que salga la comitiva judicial", terminó de explicar el agente.

La jornada la cerró otro mosso que participó en la operación. Ante la desesperación de las defensas, describió la misma situación: "Parte de la masa tiene una actitud de resistencia pasiva, sentada en el suelo. La otra parte, unas 70 personas, tienen una actitud muy agresiva y violenta hacia los Mossos y la Guardia Civil", explicó. "Insultos cuando menos: patadas puñetazos, empujones, sobre todo en la parte inferior. Uno arremetió con un casco de moto contra agentes del ARRO", detalló. Por primera vez en el juicio, los testigos reflejaron la compenetración entre mossos y guardias civiles en una operación, unas declaraciones en las que el mensaje fue tajante: la protesta frente al domicilio de Joan lgnasi Sánchez Santín fue violenta.