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"Esto no es lo acordado. Largaos": un jefe de los Mossos revienta la coartada de Sànchez
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DECLARA EL RESPONSABLE DE LA BRIMO EL 20-S

"Esto no es lo acordado. Largaos": un jefe de los Mossos revienta la coartada de Sànchez

"¿Es testigo de la defensa o de cargo?", se oía comentar en la biblioteca del Tribunal Supremo, desde donde la prensa cubre el juicio

Foto: Imagen tomada de la señal institucional del Tribunal Supremo del exconsejero del Interior Joaquim Forn (d) y el expresidente de ANC Jordi Sànchez (i), durante una nueva jornada del juicio. (EFE)
Imagen tomada de la señal institucional del Tribunal Supremo del exconsejero del Interior Joaquim Forn (d) y el expresidente de ANC Jordi Sànchez (i), durante una nueva jornada del juicio. (EFE)

El tribunal del 'procés' volvía a ponerse en marcha después de un parón más largo de lo normal y no se esperaban sobresaltos. El hombre del día era el exalcalde de Barcelona Xavier Trias. Se hablaba en los pasillos de Puigdemont y su candidatura a las europeas. Arrancaba la semana décimo tercera. Testigos de las defensas. Las cosas debían transcurrir por cauces conocidos. Pero no. Llegó el 'mosso' número 5422. No era un cualquiera. Ahora es intendente y el 20 de septiembre dirigió a los antidisturbios en la concentración ante la Conselleria de Economía. Llegó. Habló. Y todo saltó por los aires.

"¿Es testigo de la defensa o de cargo?", se oía comentar en la biblioteca del Tribunal Supremo desde donde la prensa cubre el juicio. Y es que han desfilado responsables policiales a decenas, solicitados por el Ministerio Público, por la Abogacía o por la acusación popular de Vox, y ninguno logró dejar las cosas tan claras como este. Lo evidenció el fiscal Javier Zaragoza cuando llegó su turno. "No hay preguntas, señoría", lanzó y guardó un silencio dramático que se alargó unos segundos. Para qué iba a preguntar, no hacía falta.

Lo primero que dejó claro el testigo es que, desde su perspectiva, de ese ambiente pacífico, familiar o "reivindicativo desde la indignación", nada de nada. La presión de la muchedumbre a las puertas de la delegación del Govern era tan enorme, la densidad tan brutal, que ni siquiera había opción de sacar las defensas para abrirse paso entre la gente. Él traía órdenes y no pudo cumplirlas porque fue imposible. Tuvo que cargar para alcanzar los coches. Ni con "el Séptimo de Caballería" hubiera conseguido penetrar entre la muchedumbre.

Lo segundo fue que Jordi Sànchez estaba tan convencido de que los responsables políticos iban a cogerle el teléfono y a hacer caso a sus demandas que se lo espetó al agente a la cara sin ningún rubor. "En el momento en el que yo llego, informo de la situación y se me insiste en que tengo que llegar a la 'conselleria'. Digo que en cuanto pueda yo continuaré avanzando. En ese momento aparecen el señor Jordi Sànchez, el señor Jordi Cuixart y el señor Lluís Llach y se dirigen a nosotros", introdujo su relato, imprimiéndole un indudable suspense. Lo gordo venía después.

Foto: Captura de la señal institucional del Tribunal Supremo del interrogatorio del expresidente de la ANC Jordi Sànchez. (EFE)

"En un primer momento, para ser sinceros, la actitud del señor Jordi Sànchez fue altiva, fue prepotente y fue complicada para mí. Muy complicada. Lo que me exigió es que retirara a la Brigada Móvil. Me dijo: 'Esto que estás haciendo no es lo que hemos acordado. Largaos de aquí". 'Boom'. El mando indicó que él avisó de que sus órdenes eran sacar de allí a la secretaria judicial y los compañeros de la Guardia Civil. Y ¿cuál fue la respuesta?

"Saca un teléfono móvil y me dice que va a llamar al 'president' y al 'conseller' y que me voy a 'largar' (no dijo 'cagar' de milagro)". Le dije que hiciera lo que tuviera que hacer. Saca su teléfono, hace una llamada. No sé si habló con el 'president', no sé si habló con el 'conseller', pero le puedo repetir las palabras iniciales, que fueron: 'Trapero está loco, ha perdido la chaveta, saca a la Brigada Móvil de aquí".

Foto: El expresidente de la ANC Jordi Sànchez. (EFE)

Siguió:

"En breve, Trapero recibirá una llamada y os iréis", dijo Sànchez. "Puede llamar al Papa de Roma que si no me da la orden mi cadena de mando, sí llego a la 'conselleria", le contestó el 'mosso'.

La estrategia de defensa de Forn se basa en que, tras este episodio, no pasó nada. Nadie ordenó al intendente que se fuera de allí. Ahora bien, el episodio no deja en buen lugar a Sànchez, que sale indudablemente tocado. La fe de las defensas está puesta en la creencia de que, sin Mossos, sin prueba del control de los Mossos por parte del Govern para que siguieran sus designios en la escarpada ruta hacia el 1-O, no hay sedición ni rebelión.

Lo cierto es que después de esto, la llegada de Trias, con ese mensaje ya escuchado antes de 'peace and love', quedó más que deslucida. De la lluvia de latas de cerveza y el ruido de la muchedumbre que describía el de los Mossos se pasó, así sin transición, a un "la gente estaba en una actitud reivindicativa pero siempre tranquila". "En estas manifestaciones nunca hay nadie que haga tonterías, la actitud de los dirigentes es de exceso de insistir en que nadie haga tonterías y de que no haya nadie que provoque", quiso destacar. No sonó demasiado creíble.

La guinda de la jornada la puso el encontronazo entre el presidente del tribunal, Manuel Marchena, y la abogada de Cuixart, Marina Roig, durante el interrogatorio del secretario general de CCOO en Cataluña. Alto voltaje en un intercambio en el que, tras cinco avisos previos, el presidente acabó reprochando a la letrada errores de bulto en su estrategia de defensa. Se mostró especialmente tajante. “Yerra usted en su estrategia defensiva”. Ahí es nada. No hay día sin sobresalto en el 'procés'.

El tribunal del 'procés' volvía a ponerse en marcha después de un parón más largo de lo normal y no se esperaban sobresaltos. El hombre del día era el exalcalde de Barcelona Xavier Trias. Se hablaba en los pasillos de Puigdemont y su candidatura a las europeas. Arrancaba la semana décimo tercera. Testigos de las defensas. Las cosas debían transcurrir por cauces conocidos. Pero no. Llegó el 'mosso' número 5422. No era un cualquiera. Ahora es intendente y el 20 de septiembre dirigió a los antidisturbios en la concentración ante la Conselleria de Economía. Llegó. Habló. Y todo saltó por los aires.

Juicio procés Mossos d'Esquadra Josep Lluis Trapero
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