El juicio del 'procés' no se suspenderá a pesar de que entra en plena campaña electoral
Las elecciones generales irrumpen cuando nadie las esperaba y, en ese caso, la temida interferencia no tendría origen en lo judicial para alcanzar lo ejecutivo sino al contrario
La maquinaria del Tribunal Supremo se ha puesto en marcha para el juicio del 'procés' y pocas cosas pueden ya pararla. Una de ellas no será, en ningún caso, el adelanto electoral que hasta ahora sobrevolaba el terreno político y que ha colocado finalmente en el 28 abril unos comicios generales que hasta hace pocos días no se esperaban. Fuentes jurídicas apuntan a El Confidencial que no entra en los planes del Supremo suspender la vista oral durante esa hipotética campaña electoral que ha irrumpido, por sorpresa, en un calendario ya establecido y no solo eso, sino que además se estima que para esa fecha el proceso podría estar si no terminado, en su fase final.
Hasta el momento, las únicas urnas que el alto tribunal tenía a la vista —además de las del referéndum del 1 de octubre— eran las que se colocarán para las autonómicas y municipales del próximo mayo. La intención con ese horizonte era la de concentrar el juicio en un plazo aproximado de tres meses y dejarlo visto para sentencia antes del 6 de mayo, fecha de arranque de esa campaña. Los tribunales respetan a rajatabla una norma no escrita que aconseja levantar el pie en esos periodos para evitar interferencias indeseadas. En periodo electoral no hay operaciones, ni declaraciones de imputados ni juicios con vertiente política o, si los hay, es porque no existen opciones para aplazarlos.
Pero el caso de las elecciones generales de abril es diferente.Las generales irrumpen cuando nadie las esperaba y, en ese caso, la temida interferencia no tendría origen en lo judicial para alcanzar lo ejecutivo sino que llevaría la dirección contraria. En un caso así, sería el Gobierno el que prescindiría de la existencia diaria de un juicio donde se sienta la plana mayor del Govern de Puigdemont y convocaría pese a todo.
Ese intento de interferencia política es, además, una constante desde los inicios de la instrucción, contra los deseos tanto del PP como del PSOE que, desde sus sucesivos gobiernos, hubieran preferido, no una ni dos sino varias veces, decisiones judiciales diferentes. Nada a lo que no estén acostumbrados en el alto tribunal que trata, estos días, de concentrarse en el procedimiento y olvidar, o al menos acallar, el ruido exterior en uno de los momentos más crispados a cuenta de Cataluña de los últimos meses.
Dos realidades
Las dos realidades, judicial y política, transcurren en paralelo y el juicio continuará este martes mientras el Congreso vota las enmiendas a los Presupuestos de Pedro Sánchez y se espera el portazo definitivo de ERC y el PDeCAT, los partidos de todos los procesados por rebelión y sedición que, además, atraviesan uno de sus picos de división, como escenificó el propio Oriol Junqueras en su frío cruce con Quim Torra en la sala de vistas en el primer día. Un saludo buscado por uno y hurtado por otro que acabó produciéndose casi porque el de Esquerra no tuvo más remedio.
No obstante, la votación en la Cámara Baja no coincidirá con el día grande de la vista: el inicio de las declaraciones de los procesados. La previsión que maneja el tribunal es la de escuchar, durante este miércoles, los informes de las acusaciones (Fiscalía, Abogacía del Estado y Vox) sobre las cuestiones de nulidad planteadas por las defensas que esgrimieron en la primera jornada vulneraciones de derechos fundamentales a lo largo del procedimiento. Desde la libertad de expresión al derecho de protesta, desde la prisión provisional hasta el catalán y su uso, desde los derechos políticos a la 'causa general' contra el independentismo. Tras escuchar los argumentos de las tres partes, el tribunal parará para deliberar y no retomará hasta el jueves, cuando se iniciarán los interrogatorios de los acusados.
La maquinaria del Tribunal Supremo se ha puesto en marcha para el juicio del 'procés' y pocas cosas pueden ya pararla. Una de ellas no será, en ningún caso, el adelanto electoral que hasta ahora sobrevolaba el terreno político y que ha colocado finalmente en el 28 abril unos comicios generales que hasta hace pocos días no se esperaban. Fuentes jurídicas apuntan a El Confidencial que no entra en los planes del Supremo suspender la vista oral durante esa hipotética campaña electoral que ha irrumpido, por sorpresa, en un calendario ya establecido y no solo eso, sino que además se estima que para esa fecha el proceso podría estar si no terminado, en su fase final.
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