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Los "presos políticos" catalanes y Andalucía agitan la visita de Sánchez a la Eurocámara
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INTENSO PLENO EN ESTRASBURGO

Los "presos políticos" catalanes y Andalucía agitan la visita de Sánchez a la Eurocámara

El presidente brega con las críticas de los populares y de los eurodiputados alineados con los independentistas. Sánchez pide a las derechas que no se dejen "embaucar" por el extremismo

Foto: Pedro Sánchez, durante su intervención ante el pleno del Parlamento Europeo, este 16 de enero en Estrasburgo. (Reuters)
Pedro Sánchez, durante su intervención ante el pleno del Parlamento Europeo, este 16 de enero en Estrasburgo. (Reuters)

Era la jornada posterior al 'knock out' de Theresa May en el Parlamento británico por el Brexit. La puesta de largo de Pedro Sánchez en la Eurocámara, su exhibición de vocación europeísta en un continente encogido por su futuro y sus miedos. Y sí, en Estrasburgo hubo Brexit, hubo propuestas para reformar, consolidar, mejorar, "proteger" Europa. Pero también Cataluña. Más incluso de lo que podía preverse, lo que da buena cuenta de cómo el debate territorial interno ha traspasado las fronteras de España y satura los mensajes de los dirigentes internacionales. En un sentido o en otro. A ese foco se añadió Andalucía, a la que el presidente sí quiere señalar expresamente en sus discursos como el ejemplo de aquellas derechas que sí se dejan "embaucar" por la ultraderecha. La incursión era previsible, porque el día quedaba marcado por la investidura del popular Juanma Moreno gracias a los votos de la ultraderecha de Vox.

La agenda en el exterior de Sánchez arrancaba este 2019 en Estrasburgo, en el pleno del Parlamento Europeo y a escasos cuatro meses de unas nuevas elecciones en las que, quizá más que nunca, la Unión se juega su futuro, porque los comicios no se ventilan solo en clave de izquierda-derecha, sino entre aquellos que defienden el modelo europeo, que España pide preservar y resguardar, más todavía después de años de dura crisis que han dividido a los ciudadanos del continente, y los que buscan "destruirlo".

"Es el momento de movilizarse por Europa —planteó—. Es el momento de proteger y defender los valores que hacen del nuestro, un proyecto único en el mundo. Sólo así podemos derrotar a quienes desde dentro y fuera quieren destruir nuestros ideales. Y lo quieren hacer, no lo olvidemos, por una sola razón: por los valores que defiende. En la defensa de tales valores debe estar nuestra respuesta. En este camino necesitamos convicción y determinación". El espíritu de su discurso quedó resumido en una frase casi lapidaria: hay que "proteger Europa para que Europa proteja a sus ciudadanos".

Sánchez subraya que es necesario "movilizarse" por Europa y luchar contra quienes quieren destruir el modelo social que ha costado décadas edificar


El discurso profundamente europeísta de Sánchez fue aplaudido por el pleno. No solo por el vicepresidente primero de la Comisión, el holandés Frans Timmermans —candidato de los socialistas europeos este 26 de mayo—, sino incluso por el presidente del grupo de los populares, el alemán Manfred Weber, que también compite en mayo por la jefatura del Ejecutivo comunitario. "Nos alegramos de tenerlo aquí [...]. Estamos todos en el mismo barco. Representamos todo lo que ellos odian. La extrema derecha es un peligro. Pero los extremistas no tienen color. Su Gobierno no podría existir sin la izquierda y los separatistas [...]. Apoyamos al Gobierno cuando preserva la unidad de España. Apoyamos al Gobierno de [Mariano] Rajoy y haremos lo mismo con ustedes".

Foto: Pedro Sánchez, este 16 de enero dirigiéndose al pleno del Parlamento Europeo. (EFE)

"Salir del bucle"

Ese era el primer golpe que Sánchez recibía del pleno. Poco después, tras la intervención del socialdemócrata Udo Bullmann, la portavoz de los Verdes, la germana Ska Keller, sí aplaudió la agenda social del Ejecutivo y su compromiso con la igualdad, pero también le urgió a encontrar una "solución política" para Cataluña por medio de un diálogo "sincero". También ella misma calificó de "vergonzoso" el acuerdo de PP, Ciudadanos y Vox en Andalucía —justo pocas horas antes de la investidura del popular Juanma Moreno— y demandó a quienes lo reprueban que "digan algo en contra".

Pons o Iturgaiz reprochan a Sánchez que advierta del riesgo de pactar con la extrema derecha cuando él se apoya en "antiguos terroristas" y separatistas

La intervención de Keller dio pie a Sánchez a fijar posición en el pleno sobre Cataluña. Sin aportar novedades respecto a lo que ya vienen afirmando él y su Gobierno en España. El presidente se aplicó en la pedagogía. Recordó que en los últimos siete años se han sucedido tres comicios autonómicos (2012, 2015 y 2017) y dos referéndums ilegales (2014 y 2017) y el resultado ha sido consistentemente similar: los independistas llegan a alcanzar en torno a un 47-48% de los votos y disponen de mayoría parlamentaria por el sistema electoral, pero no gozan de una "mayoría social", por lo que no pueden "imponer" su proyecto a la mayoría no nacionalista.

Señaló que en Italia (Véneto), Alemania (Baviera) o Francia (Córcega) hay tensiones territoriales, pero cuando los tribunales de esos países han pedido que se acaten las sentencias, los movimientos separatistas las han acatado, y en España los secesionistas se saltaron la ley. Por lo tanto, lo que falta, coligió, es un diálogo entre las dos partes de la sociedad catalana y dentro de la ley para "salir del bucle", porque el problema existente "no es la independencia, sino la convivencia".

Parlamentarios protestan durante la intervención de Sánchez en Estrasburgo

La lluvia fina vendría después de esa réplica del presidente. En los debates de este estilo, la última parte es la llamada 'catch the eye', en la que eurodiputados de todos los grupos piden la palabra y el presidente del Parlamento, Antonio Tajani, va concediéndolas. Había 150 pedidas, y eso que durante la sesión una gran parte del inmenso hemiciclo de Estrasburgo estaba vacío. Se sucedieron hasta 34 intervenciones cortas.

Sánchez pide a los europeístas que no se dejen arrastrar por nacionalismo excluyente

Y entonces fue cuando la cuestión catalana tensó el debate. Empezó a disparar el jefe de la delegación del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons. El dirigente le afeó que hubiera afirmado que nunca pactará con la ultraderecha cuando él gobierna "con la extrema extrema izquierda, los independentistas y los antiguos terroristas". "Ha sido incapaz de hablar de la unidad de España. Han tenido que apretarles los de los carteles amarillos", le reprochó. Y es que varios escaños lucían fotos de los independentistas encarcelados como muestra de solidaridad que destacaban sobre el azul dominante del hemiciclo. Lo decía Pons porque en el grupo de Keller se integra la Alianza Libre Europea (EFA, por sus siglas en inglés), de la que forma parte ERC. "A usted no le ha salido defender la unidad de España. A nosotros sí nos sale. Me duele, pero me aguanto", dijo el eurodiputado conservador.

Foto: Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa con Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, este 16 de enero en Estrasburgo. (EFE)

La "mayor bazofia" y Turquía

El soniquete de la intervención de Pons se repitió con la de otros eurodiputados. El más superlativo fue Carlos Iturgaiz. Tras denunciar la presencia de los "carteles de delincuentes", reprochó a Sánchez que invocara la necesidad de proteger el modelo europeo frente a los extremistas, cuando su Ejecutivo se apoya en "los chavistas podemistas y los etarras de Bildu". "Está gobernando con la mayor bazofia de la UE", concluyó.

En el pleno algunos escaños lucían carteles amarillos con las fotos de los presos del 'procés' en señal de solidaridad con ellos

En defensa de Sánchez salieron los miembros del grupo socialdemócrata (S&D), y especialmente de su delegación, como el exministro José Blanco o la ex vicesecretaria general del PSOE Elena Valenciano. "Ser patriota no es gritar '¡viva España!', sino mantener los valores constitucionales y no ir de la mano de quien quiere destruirlos", condenó Blanco, mirando a la bancada popular y echándole en cara su alianza con Vox en Andalucía. El exportavoz del Ejecutivo hizo hincapié en la lealtad de los socialistas con quien ocupara La Moncloa en materia de Estado y la oposición implacable del PP cuando pasa a la oposición.

En ello incidió Valenciano: "El patriotismo del PP es intermitente. No nos dan ni un trocito cuando estamos en el Gobierno [...]. El presidente podía pensar que el PP venía llorado de casa, pero no. No le hemos escuchado ni una sola idea sobre Europa, sí sobre la leche derramada. Soplan aires de populismo, de nacionalpopulismo, de ruptura, de fractura, de extremismo, de reacción, una reacción contra la unidad euopea, contra la fuerza de la Unión, contra la fuerza de las mujeres. Es un movimiento reaccionario, nacionalpopulista, que dice no tener complejos. Pues nosotros tampoco, señor presidente. ¡Adelante, europeístas, progresistas, sin complejos!". Junto a ellos remaron la portavoz de la delegación, Iratxe García, el catalán Javi López o el asturiano Jonás Fernández. Los tres resaltaron la vocación europeísta de Sánchez y su compromiso con una Europa federal.

Pero las críticas al presidente arreciaban también por los eurodiputados alineados con la causa soberanista, que condenaron la existencia de "presos políticos". Tampoco era extraña, dada la labor de internacionalización del 'procés' en la que está empeñada la Generalitat, y el conocimiento público de algunos de los dirigentes encarcelados, puesto que algunos de ellos (el presidente de ERC, Oriol Junqueras, o el 'exconseller' Raül Romeva) pasaron antes por la Eurocámara, a lo que se añade que Bruselas es la base de operaciones de los soberanistas fugados.

placeholder Pedro Sánchez conversa con el expresidente del Parlamento Europeo, Enrique Barón (i); el líder del grupo de los socialdemócratas en la Eurocámara, Udo Bullmann (c); el ministro de Exteriores, Josep Borrell, y la portavoz del PSOE en la Eurocámara, Iratxe García, este 16 de enero. (EFE)
Pedro Sánchez conversa con el expresidente del Parlamento Europeo, Enrique Barón (i); el líder del grupo de los socialdemócratas en la Eurocámara, Udo Bullmann (c); el ministro de Exteriores, Josep Borrell, y la portavoz del PSOE en la Eurocámara, Iratxe García, este 16 de enero. (EFE)

Keller no llegó a utilizar la expresión "presos políticos", pero sí recordó que había excompañeros de su grupo entre rejas por haber cometido presuntamente rebelión, delito que no reconocen los tribunales de Bélgica o Alemania. Otros eurodiputados sí emplearon esa locución: el conservador belga Mark Demesmaeker, el conde británico William Dartmouth (euroescéptico) o el sindicalista francés e icono del altermundismo José Bové, además del miembro del PDeCAT Ramon Tremosa. "España está más cerca de Turquía que de Gran Bretaña", glosó el eurodiputado cercano al expresidente Carles Puigdemont.

España no reconoce al "régimen" de Maduro

Sánchez se quejó otra vez del uso del PP por emplear el "agravio territorial" para lanzarse contra el Ejecutivo esquivó esas alusiones a los "presos políticos". Si acaso para decir que no los hay en España. Lo hizo de forma indirecta, al responder a eurodiputados del PP que le reprocharon que no defendiese con el mismo ahínco, a su juicio, los derechos humanos y la democracia en lugares como Venezuela o Cuba. El jefe del Ejecutivo recordó que su Gobierno no reconoce la legitimidad de las elecciones venezolanas ni tampoco el "régimen" de Nicolás Maduro, hasta el punto de que no estuvo presente en su toma de posesión, la semana pasada, y ha pedido la "liberación de presos políticos".

Sánchez remarca que es clave que fuerzas "moderadas y europeístas" se apoyen en fuerzas europeístas para gobernar. Era la crítica por Vox

Pero en la rueda de prensa posterior Sánchez se encontró con preguntas de periodistas extranjeros sobre Cataluña. De nuevo, recetó pedagogía: en España las fuerzas independentistas pueden ser votadas, están en los parlamentos, porque es legítimo. El problema vino cuando se saltaron la legalidad el año pasado. El líder del Ejecutivo recordó que España supera los exámenes de calidad de la democracia. Por ejemplo, el del prestigioso semanario británico 'The Economist'.

Sánchez se reúne en Estrasburgo con socialistas europeos

Sánchez, durante su discurso, sí insistió mucho en la necesidad de que Europa "no abandone la moderación y el sentido común". Lo decía por los movimientos euroescépticos, xenófobos, populistas y nacionalistas excluyentes. De ahí que también apelase a la UE a no dejarse llevar por los "cantos de sirena del autoritarismo". Pero obviamente pensaba también en Vox y en Andalucía. En ese sentido, tanto en el hemiciclo como en la comparecencia posterior insistió en que es crucial que las fuerzas "moderadas, sensatas y europeístas se apoyen en europeístas para gobernar".

El presidente confía en que el cambio en Andalucía no implique una "involución". Un eurodiputado de Le Pen llama al "orden" a Sánchez en nombre de Vox

En rueda de prensa, Sánchez fue interrogado específicamente por la investidura del popular Juanma Moreno. El presidente trasladó su "respeto" por el relevo en la Junta y el "no cuestionamiento de la legalidad" (aguijón para el PP, que ha dudado de la legitimidad de su llegada a La Moncloa), y expresó su deseo de "máxima cooperación". Ahora bien, el Gobierno estará vigilante a favor del respeto a la igualdad de genero. "Lo que espero es que el cambio político no sea una involución", manifestó.

Pero Vox también estuvo presente como tal en el hemiciclo de Estrasburgo. Entró. Un eurodiputado de Agrupación Nacional, el nuevo partido de Marine Le Pen, citó directamente al jefe de filas de la formación ultraderechista española. "[Santiago] Abascal le llama al orden hoy. Por su culpa, señor Sánchez, la llegada de los inmigrantes ha crecido por encima del 100%". Era solo un aperitivo de lo que puede ocurrir pronto en España, si se cumplen las encuestas.

Una estrategia de igualdad vinculante

Pedro Sánchez llevó a Estrasburgo varias propuestas para "movilizar Europa". La principal, la articulación de una estrategia de igualdad de género de la Unión Europea "con carácter vinculante para combatir la brecha de género, la tasa de desempleo y la precariedad que sufren las mujeres". 

También apostó por la creación de un "verdadero Ejército europeo", para que muestre la Unión al mundo que es un 'soft power', pero "por elección, no por debilidad". En materia migratoria, insistió en su política de control de fronteras combinada con el respeto a los derechos humanos y ayuda a los países de origen y tránsito. 

Asimismo, el presidente del Gobierno subrayó la importancia de completar la arquitectura de la moneda única, antes que el euro se "debilite" con una nueva crisis. Y urgió a la necesidad de cerrar el nuevo marco financiero plurianual. También pidió terminar con la regla de unanimidad en el ámbito fiscal, presupuestario y política exterior, para que la toma de decisiones en la UE sea mucho más fácil. 

Sánchez, tras el pleno, atendió a los periodistas en una rueda de prensa con Antonio Tajani y luego mantuvo un encuentro con los eurodiputados, asistentes y funcionarios españoles que trabajan en la Eurocámara. Se reunió con los dos principales candidatos a la presidencia de la Comisión Europea, el conservador alemán Manfred Weber y el socialdemócrata holandés Frans Timmermans. Por último, mantuvo un encuentro con los eurodiputados socialistas y recorrió la exposición de los 40 años de la Constitución española en Estrasburgo, inaugurada la víspera por la presidenta del Congreso, Ana Pastor

Pese a la vocación feminista del Gobierno, hubo quien sacó los colores al presidente. Fue la eurodiputada popular Lara Comi. La parlamentaria italiana señaló al equipo masculino que había acompañado a Sánchez hasta Estrasburgo. Era cierto. El jefe del Ejecutivo llegó con el ministro de Exteriores, Josep Borrell; su 'sherpa', José Manuel Albares, y el director del Departamento de Asuntos Económicos de La Moncloa, Manuel de la Rocha Vázquez. La única mujer de la delegación era la directora general de Información Internacional, Carmen Pérez.

Era la jornada posterior al 'knock out' de Theresa May en el Parlamento británico por el Brexit. La puesta de largo de Pedro Sánchez en la Eurocámara, su exhibición de vocación europeísta en un continente encogido por su futuro y sus miedos. Y sí, en Estrasburgo hubo Brexit, hubo propuestas para reformar, consolidar, mejorar, "proteger" Europa. Pero también Cataluña. Más incluso de lo que podía preverse, lo que da buena cuenta de cómo el debate territorial interno ha traspasado las fronteras de España y satura los mensajes de los dirigentes internacionales. En un sentido o en otro. A ese foco se añadió Andalucía, a la que el presidente sí quiere señalar expresamente en sus discursos como el ejemplo de aquellas derechas que sí se dejan "embaucar" por la ultraderecha. La incursión era previsible, porque el día quedaba marcado por la investidura del popular Juanma Moreno gracias a los votos de la ultraderecha de Vox.

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