El PP mantuvo informado a Cs de su pacto con Vox para que no se molestara Rivera

El Partido Popular, condenado a hacer de puente entre Ciudadanos y Vox para formar Gobierno en Andalucía, además de contentar a la formación de Santiago Abascal con su documento de compromisos aparte, también mantuvo informados a los de Albert Rivera del contenido del mismo texto para que no se enfadaran en Cs. Fuentes del PP admiten que han sido dos días de complicados equilibrios con los dos socios de investidura, y ya de gobierno y de legislatura. Los riveristas siguen empeñados en hacer como si Vox no existiera, aunque sus 12 escaños sean imprescindibles para que Juan Marín se convierta en vicepresidente y para aplicar cualquier reforma desde la Junta autonómica.

Los negociadores del PP atribuyen a la bisoñez y a un exceso de afán de protagonismo de Vox el contenido del documento presentado en la primera reunión. Sabían cuál iba a ser la respuesta de los enviados de Pablo Casado, el rechazo de entrada, y no midieron la repercusión que iban a tener sus propuestas más llamativas, como la de expulsar 52.000 inmigrantes o el cambio de fecha del día de Andalucía.

Doce horas después de levantarse de la sesión de tarde-noche del martes, los interlocutores de Abascal, con Javier Ortega a la cabeza, mantuvieron una actitud muy distinta, al aceptar como base de negociación el documento que les presentó el PP, resumen en buena parte de las medidas ya pactadas con Ciudadanos, en especial del bloque económico, más puntos concretos, como la creación de una Consejería de Familia, ya aplicados por ejecutivos regionales de los populares.

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Fuentes de la sede de Génova creen que al final les funcionó el mensaje de señalar a Vox como responsable de frustrar la expectativa de cambio político en Andalucía después de 37 años con la Junta en manos de los socialistas en el caso de que enredaran la investidura de Juan Manuel Moreno.

Una vez encarrilado el acuerdo con los de Abascal, el PP hizo llegar a Ciudadanos otro mensaje de tranquilidad, porque en los compromisos que se iban a redactar con la nueva formación parlamentaria andaluza no había contradicción alguna con el documento suscrito entre populares y riveristas.

García Egea se apuntó el tanto de cerrar los acuerdos a dos bandas en menos de dos horas, sin dar margen para un nuevo choque entre los dos futuros socios de legislatura. Y como primera consecuencia, el secretario general también logró frenar en seco los movimientos de Susana Díaz, el resto de la izquierda y los medios próximos, muy preocupados con las consecuencias económicas, de subvenciones y contratos, por el próximo cambio de Gobierno en la Administración autonómica.