El fiasco en la renovación de RTVE deja en evidencia la fragilidad del Gobierno

A medida que Ana Pastor iba leyendo el resultado de la votación, en urna y con papeletas, el rumor en el hemiciclo y en los pasillos del Congreso iba creciendo. La candidatura para el consejo de RTVE avalada por el PSOE, Unidos Podemos y el PNV, y apoyada por fuerzas como ERC y el PDeCAT, obtenía 175 votos. Solo 175 votos. Y no los necesarios, 176, mayoría absoluta, por el error de dos diputados. En la bancada socialista cundía un estupor formidable. Acababa de pegarse un baño de realidad. Los números, que iban de suyo muy justos, al final hicieron descarrilar el primer gran desafío parlamentario que tenía Pedro Sánchez: la trabajosa renovación temporal de la radiotelevisión pública estatal. Ni la dirección ni los parlamentarios ponían paños calientes. "Un putadón", "un contratiempo", "esto está dando para escribir un libro"... Malestar, decepción, enfado. Eran los sentimientos que se respiraban entre los miembros del grupo que apoya al Ejecutivo, que recibe una bofetada horas antes de la comparecencia del presidente en la Cámara Baja. El varapalo sorpresa deja al descubierto además la fragilidad parlamentaria del Gobierno, que por añadidura tendrá que volver a la mesa de negociación para proponer un nombre como administrador único y provisional de la corporación.

Hace menos de dos semanas, el Ejecutivo respiraba ciertamente tranquilo. Había logrado amarrar el apoyo de ERC y PDeCAT y con eso conseguía salvar su primera apuesta parlamentaria. Quedaban elegidos los seis primeros consejeros —encabezados por Tomás Fernando Flores, director de Radio 3— y quedaba convalidado el real decreto ley que Sánchez impulsó para forzar el relevo en RTVE. Aún tendría que pasar el estrés de varios plenos hasta conseguir completar la nueva cúpula, pero el camino parecía asfaltado. A este lunes, dos días antes de que venciera el plazo tajante dado por el Gobierno a las Cortes para culminar el proceso (18 de julio), el PSOE llegaba con los deberes hechos: necesitaba el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados y tenía atados 179 respaldos teóricos, los que suman socialistas (84), Unidos Podemos (67), ERC (9), PDeCAT (8), PNV (5), Compromís (4), Coalición Canaria (1) y Nueva Canarias (1). Tres más de los precisos.

Pero en el arranque del pleno había dos ausencias. Una, de Ana Surra, de ERC, de viaje oficial en La Habana. La otra, de Jordi Xuclà, del PDeCAT, que se encontró con el temporal en Cataluña, y eso retrasó su vuelo a Madrid. Aun así, había un mínimo colchón. Pero dos parlamentarios se equivocaron. Depositaron en la urna una papeleta con el nombre del candidato para presidir RTVE, Tomás Fernando Flores, en lugar de aquella en la que figuraban los cuatro consejeros que faltaban por elegir —Ana Isabel Cerrada, Josep Lluís Micó (propuestos por el PSOE), Fernando López Agudín y Juan Tortosa (promovidos por Podemos)—. Ese "error humano", como lo definió la portavoz socialista, Adriana Lastra, supuso que la votación se perdiera: 175 papeletas a favor, 128 nulas (las del PP y las de los dos que fallaron) y dos blancas.

Dos parlamentarios depositaron en la urna las papeletas con el nombre del candidato a presidir RTVE, y no el de los cuatro consejeros

Antes de que comenzara la sesión, la dirección del Grupo Socialista había repartido, entre sus aliados, dos papeletas. Una con los cuatro consejeros y otra con Flores únicamente, porque esa votación, la del presidente de RTVE, es la que se iba a celebrar a continuación, porque solo una vez escogidos los 10 nuevos miembros de la corporación —los seis nombrados el 4 de julio y los cuatro de este lunes— se podía pasar a la siguiente fase: a la elección, de entre ellos, del jefe de la radio y tele públicas. Pero con la equivocación, se abortó el siguiente paso.

TE PUEDE INTERESAR

Varapalo sorpresa al Gobierno: no logra completar la renovación de RTVE por un voto

Juanma Romero

Todo decae, menos la convalidación

Ya no vale de nada que hace casi dos semanas se eligiera a seis integrantes del consejo. Ya no hay cúpula interina. Todo lo hecho hasta el momento —el de ayer hacía el pleno número seis y la votación número siete en este costoso proceso de renovación de RTVE— decae. Lo único que sí sigue en pie es el real decreto ley, pues fue convalidado ese mismo 4 de julio. Por eso se podrá activar el siguiente resorte: el Gobierno ahora tendrá que proponer un administrador único provisional que se haga cargo de la corporación apenas dos o tres meses, hasta que, vía concurso público, las Cortes aprueben la composición de un consejo de 10 miembros que tenga un mandato de seis años.

El PSOE es consciente de la difícil aritmética. La portavoz remarca que hay "mayoría absoluta, para esto y para muchas cosas", más que la del PP

Ese gestor interino deberá ser ratificado por el Congreso. En primera votación, por dos tercios de la Cámara Baja, y caso de no alcanzarse —que es lo que ocurrirá—, por mayoría absoluta. Es decir, que si no hay más contratiempos, el Ejecutivo de Sánchez habrá necesitado un total de ocho plenos (los seis ya completados y dos más) y nueve votaciones (hay que computar la de la convalidación del decreto ley, el 4 de julio) para remover al equipo actual y en funciones de RTVE, acusado no solo por la mayoría de los grupos, salvo el PP, sino por sus propios trabajadores de "manipulación" y "censura".

La derrota fue encajada con pesar incluso por la dirección del Grupo Socialista. En ella, igual que en el Ejecutivo, reconocían que Sánchez "siempre ha sido consciente de la aritmética parlamentaria" y de la "necesidad de tender la mano a otros grupos", porque además el presidente "siempre prometió que gobernaría con el Parlamento, y no de espaldas a él". Pero tampoco ocultaban que cada acuerdo que se consiga en la Cámara será complicado, muy trabajoso, y que los números son muy justos. Cualquier mínimo fallo puede chafar una iniciativa. El presidente camina, pues, sobre un delgado alambre. De ahí que sobre todo el Gabinete se focalice en los gestos, en las medidas de impacto que no siempre requieren de una tramitación parlamentaria.

Lastra, no obstante, negaba la "debilidad" del Gobierno. Subrayaba que a fin de cuentas lo que se produjo fue un "error humano", no "intencionado" en absoluto —"Cualquiera que se haya equivocado, les aseguro que estará lamentándolo profundamente"—, pero que, salvando ese contratiempo, "mayoría absoluta la hay, para esto y para muchas cosas". La portavoz socialista recordaba que el PP, durante su mandato, no consiguió sacar adelante "muchas" de sus iniciativas por falta de apoyo en el Parlamento. Un ejemplo claro, ilustraban en su equipo, es el decreto ley de la estiba, que fue tumbado por el Congreso, lo que obligó al Ejecutivo de Mariano Rajoy a rehacerlo y renegociarlo.

PP y Cs piden retirar el decreto

La consecuencia práctica de la votación de este lunes es que ahora se reabre la negociación del PSOE con sus socios para garantizar que la propuesta de administrador único sale adelante. Se tratará de un nombre "consensuado, pactado y negociado con los grupos", en palabras de Lastra, quien no quiso adelantar si su partido volverá a promover a Tomás Fernando Flores. Tampoco Noelia Vera, de Podemos, dio por sentado nada. En ese sentido, recordó que no es igual un candidato a presidir un consejo de administración que un administrador único, que no tendrá consejeros detrás. La previsión es que el Consejo de Ministros de este viernes apruebe un aspirante, aunque ni tan siquiera estaba anoche claro si hará falta la reunión de este órgano colegiado o basta con que el Gobierno envíe al Congreso una propuesta y punto. Pastor pidió de hecho un informe a los letrados de la Cámara Baja para que clarifiquen la hoja de ruta. Lo que en principio parece más que claro (y lo asume el PSOE) es que no se podrá repetir la votación porque no hay margen: el plazo dado por La Moncloa para que estuviera en pie el consejo interino, presidente incluido, concluye este miércoles, 18 de julio.

Podemos desliza la teoría de que hubo boicot en la votación, pero el PSOE remarca la "plena confianza" en todos los grupos y lamenta el fallo humano

El fiasco vivido este lunes, no obstante, deja heridas. Vera alimentó la hipótesis del sabotaje, del boicot, porque "no deja de ser sospechoso" que el fallo "caído del cielo" en la votación de RTVE se haya producido después de que algunos tuvieran "tanta insistencia" en que no saliera adelante. "Sospechamos que quizás alguien no quiere o no tiene demasiado interés en que la dirección transitoria de RTVE se ponga a trabajar ya de forma definitiva. Las casualidades en el Congreso, por desgracia, no suelen existir", remarcó. La diputada aseguró que los miembros de su grupo no habían podido confundirse porque solo se les repartió una papeleta, la de los consejeros, no la del presidente de la corporación. Lo mismo hizo el PNV, afirmar que sus cinco representantes habían votado "bien".

TE PUEDE INTERESAR

El Gobierno dará los 5.500 M de déficit extra a las comunidades y la Seguridad Social

Javier G. Jorrín Juanma Romero

Lastra rechazó toda "teoría de la conspiración", insistió en la teoría del "error humano" y recalcó su "plena confianza" en los demás grupos que han apoyado al Gobierno en este proceso de renovación de RTVE, porque el acuerdo está incluso "firmado". Algunos dirigentes sanchistas, no obstante, también lanzaban en privado la especie de la traición interna, y deslizaban que quizá diputados críticos con Sánchez hicieron descarrilar la votación. Pero nunca se sabrá de dónde procedió el fallo, al ser una elección secreta y en urna.

PP y Ciudadanos, como era previsible, vieron el cielo abierto y reclamaron la retirada del decreto, al que se opusieron desde el principio. "Me siento totalmente avergonzado del espectáculo que el Gobierno nos está obligando a hacer, por su irresponsabilidad de traer un 'decretazo' que no estaba justificado, y que con mentiras no se puede traer a este Parlamento", decía el diputado popular Ramón Moreno Bustos, quien se quejaba también del coste del procedimiento —los seis plenos acumulados ya—, "más de un millón de euros".

El PSOE no da por sentado que el administrador único vaya a ser Tomás Fernando Flores, el designado para presidir RTVE. Podemos tampoco

Una cifra que Lastra negó, puesto que los parlamentarios, aseguró, no han ido 'ad hoc' solo para votar RTVE, sino para asistir a otras actividades en el Congreso y, en cualquier caso, es "obligación" de sus señorías acudir a los plenos. Juan Carlos Girauta, portavoz de Cs, calificaba lo sucedido de "espantoso ridículo" y se congratulaba de que sus grupos no hayan participado en ninguna votación relativa a este relevo interino de la corporación para no compartir "una cacidada" y un intento "desvergonzado" de control de los medios de comunicación públicos.

Malestar del PSOE con Ana Pastor

La portavoz del PSOE incidió en que el primer objetivo del decreto del Gobierno estaba conseguido: provocar el desbloqueo del concurso público, que habían parado "las dos derechas", PP y Cs. Y se ha conseguido. La semana pasada, las Mesas de las dos Cámaras consensuaron el reglamento. Este se publicará en los próximos días en el BOE, así que el mecanismo se pondrá en marcha, y tardará unos dos o tres meses en concluir, el tiempo en el que pilotará la corporación el administrador único.

Sánchez sube este martes a la tribuna del Congreso con el revés a sus espaldas. Hará un discurso "ambicioso", pero "realista, con los pies en la tierra"

Fuentes del grupo culpaban a Pastor de su "deslealtad institucional", puesto que apuró los plazos dados por el Ejecutivo para ver si "por el camino se perdía una votación". Y eso es lo que ha acabado ocurriendo. El PSOE preveía que el pleno de votación de los cuatro consejeros que restaban y la primera ronda para escoger al presidente hubiera tenido lugar el jueves pasado, y que la segunda vuelta para sacar al líder de RTVE fuera este martes. De haberse producido el fallo hace unos días, quizás habría tenido algún remedio. Pero ya no. No obstante, la senda definitiva será señalada por los letrados.

Sánchez comparece este martes en el Congreso, a las nueve de la mañana, para exponer su programa de gobierno. Y lo hace, en consecuencia, con una muesca importante. Un revés innegable a sus espaldas. Fuentes gubernamentales apuntaban que el presidente enhebrará un discurso "ambicioso, pero también realista", de balance de sus primeras medidas desde que accedió al poder y de avances que contendrá su hoja de ruta. Una intervención "con los pies en la tierra, consciente de las necesidades del momento y del país, intentando dar respuesta a los desafíos y demandas de la sociedad española", abundaban.

No se tratará, en definitiva, de una alocución "vacía, de pasada", sino que contendrá "un plan de gobierno amplio y contundente, de clara vertiente social" y que hará hincapié en la necesidad de que la recuperación "llegue a todos". Una de las medidas seguras que anunciará el jefe del Ejecutivo es un reparto del déficit más generoso con las comunidades. Dos de las cinco décimas arrancadas a Bruselas irán para las autonomías, y el resto del margen presupuestario extra irá a la Seguridad Social.

Será el primer gran discurso de Sánchez en el Congreso tras la moción de censura. Pero, inevitablemente, las vueltas y vueltas que está dando el relevo en RTVE planearán como una sombra. Y eso que el presidente y su equipo contaban con que para cuando subiera a la tribuna de oradores el camino estaría ya más que desbrozado. No será así.