Puigdemont pide mediación internacional, pero ve inevitable declarar la independencia
El presidente catalán ha apuntado que ya ha habido “algún Gobierno regional europeo” que se ha ofrecido a mediar
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha pedido hoy una mediación internacional para desatascar la crisis de Cataluña, una solicitud que ve compatible con una declaración de independencia del Parlament. Aunque la considera inevitable, no le ha puesto fecha y, en realidad, intenta ganar tiempo. Ha apuntado que el término de 48 horas que fija la ley del referéndum solo empieza a contar cuando “se proclamen los resultados electorales definitivos”, lo que todavía no ha pasado, y no ha dado ninguna pista de cuándo pasará.
Puigdemont ha comparecido ante la prensa tras una reunión extraordinaria del Consell Executiu y su primera valoración ha sido: “El momento aconseja mediación, lo que supone la presencia de un tercero. Y ese tercero ha de ser internacional. La mediación ha de ser leal y sincera. Hemos de estar dispuestos. Y si aparecen actores que prestan esta mediación, sería una irresponsabilidad no aceptarlo”.
El presidente catalán ha apuntado que ya ha habido “algún Gobierno regional europeo” que se ha ofrecido a mediar. El ‘president’ ha reconocido que “la UE formalmente no puede ser la mediadora, pero ha de apadrinar este proceso. Y ha de dejar de mirar hacia otro lado cuando se están violando derechos fundamentales de la Carta de Derechos de la UE”.
“Como ciudadano de la UE, expreso mi decisión porque todavía no se ha expresado ningún tipo de solidaridad. Cuando ha pasado una cosa como la que pasó el domingo, yo esperaba que la UE me protegería y eso no ha pasado” ha lamentado este líder independentista.
Esta petición, Puigdemont la considera del todo compatible con una declaración de independencia, a la que se ha cuidado mucho de poner fecha. En este sentido, el presidente catalán ha empezado a recular: “La ley de referéndum es clara: cuando haya unos resultados definitivos, se comunicará a la Cámara catalana y, a partir de la proclamación de los resultados electorales, corresponderá al Parlament tomar las decisiones que respeten la voluntad del pueblo de Cataluña”.
Retraso pero determinación
Pese a que la declaración de independencia no sea inminente, Puigdemont ha querido dar imagen de determinación: “Todo lo que dijeron que no podríamos hacer lo hemos hecho y hemos demostrado que se equivocaban. No hay que despreciar la fuerza del pueblo de Cataluña”.
La mediación solicitada ha de tener tres ejes principales: el final de la violencia de Estado, el levantamiento de la intervención económica de la Generalitat y la normalización de las relaciones institucionales.
Retirada policial
A partir de aquí, Puigdemont ha señalado que el Govern ha acordado “crear una comisión especial de investigación sobre los derechos fundamentales que se han violado en Cataluña, para acreditar estas violaciones y para acompañar y reconocer a las víctimas de estas violaciones y que sea el Govern de este país”. Por ello, ha anunciado, además, acciones legales contra los agentes, mandos y responsables políticos, y afirma que la Generalitat se personará en estos procesos judiciales.
Por ello, la Generalitat exige la retirada de todos los dispositivos policiales desplegados en Cataluña, porque el comportamiento de este dispositivo ya está bajo sospecha, con actuaciones impropias de supuestas fuerzas del orden. Esta petición se limita al refuerzo especial enviado para el 1 de octubre, no es para las policías que ya desempeñaban sus funciones en Cataluña anteriormente.
Sobre el censo total de heridos, la cifras que ha dado Puigdemont lo han situado en 893 personas, cuatro de ellas hospitalizadas, dos con pronóstico reservado y 73 denuncias de particulares. El presidente catalán dijo desconocer qué porcentaje de heridos eran menores de edad.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha pedido hoy una mediación internacional para desatascar la crisis de Cataluña, una solicitud que ve compatible con una declaración de independencia del Parlament. Aunque la considera inevitable, no le ha puesto fecha y, en realidad, intenta ganar tiempo. Ha apuntado que el término de 48 horas que fija la ley del referéndum solo empieza a contar cuando “se proclamen los resultados electorales definitivos”, lo que todavía no ha pasado, y no ha dado ninguna pista de cuándo pasará.
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