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Aluvión de reestructuraciones de empresas medianas que pone en jaque a la banca
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INFLACIÓN, TIPOS, MENOS MÁRGENES...

Aluvión de reestructuraciones de empresas medianas que pone en jaque a la banca

Empresas del mid 'market español' buscan sanear su pasivo tras la crisis postcovid, la inflación y la subida de tipos para ser sostenibles a largo plazo

Foto: Muchas reestructuraciones son en el sector de consumo. (Europa Press/Fernando Sánchez)
Muchas reestructuraciones son en el sector de consumo. (Europa Press/Fernando Sánchez)
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Las reestructuraciones se están extendiéndose entre el universo de empresas medianas españolas, lo que en la jerga se conoce como el mid market. Compañías que han sufrido el coronavirus y el ciclo posterior de inflación y subidas de tipos, y cuya supervivencia afectará al empleo de muchas comarcas y provincias y al balance de los bancos.

Se trata de empresas con, como mínimo, varias decenas de empleados, que facturas cientos de millones y que han acumulado un pasivo millonario que pone en jaque su futuro. Están fuera de los grandes nombres propios que preocupan en los centros de mando de Madrid y Barcelona, pero que tienen importancia y arraigo fuera de las grandes ciudades.

Un grupo cada vez mayor de estas empresas está reestructurándose, siguiendo el camino abierto por grandes compañías —o por sus acreedores— como Celsa, Telepizza, Naviera Armas o Ezentis. Un estudio de Cuatrecasas apunta a que el año pasado hubo 300 reestructuraciones, y cada vez se están usando más estas operaciones, aunque en 2024 con protagonismo del mid market.

El sistema actual de reestructuraciones nació con la nueva Ley Concursal de 2022, en la que se adopta el modelo anglosajón para potenciar estas operaciones en empresas que tienen problemas financieros, pero cuyo negocio es sostenible. La norma busca repartir el poder de negociación entre accionistas y acreedores y evitar bloqueos, incentivando el consenso al facilitar el arrastre obligado de posiciones, algo que se está empleando en varios casos ante la negativa de algunas empresas, como ocurrió en Celsa, o algunos acreedores. En varios casos, se ha forzado a la banca a quitas importantes, y las entidades han estallado.

Foto: Una pescadería en Madrid. (EFE/Chema Moya)

De hecho, este aumento de reestructuraciones pone en jaque a la banca, que suele ser el principal financiador de las empresas, especialmente cuando se sale de las grandes compañías, donde también hay presencia de fondos, y se va al mid market.

Ante la crisis del covid, la inyección de liquidez con los créditos ICO ha permitido la supervivencia de muchas empresas que, ahora, se enfrentan a una reducción de márgenes y un incremento de los costes financieros o problemas para obtener nueva financiación. "Son aspectos que llevan inevitablemente a un ajuste en los balances de las empresas, y en mayor medida en las llamadas empresas medianas, donde su diversificación y tamaño les impide minimizar ese ajuste", indica Miguel Ángel Díez, responsable de asesoramiento en deuda y reestructuraciones financieras de FTI Consulting.

El nuevo marco legislativo, opina el experto, "ha sido un elemento clave en que el número de reestructuraciones se anticipen y no se hibernen". "Lo que estamos viendo es un mayor número de casos de reestructuración de empresas. No esperamos una avalancha, pero sí un crecimiento sostenido", añade Díez.

Desde Ceca Magán, José Carlos González Vázquez, socio del despacho, coincide en la tendencia de aumento, aunque considera que "es una poderosa herramienta legal que está siendo infrautilizada y, a menudo, se acude demasiado tarde a la misma, lo que reduce su eficacia".

Foto: La banca estalla contra los lazarillos de las reestructuraciones. (iStock)

Los primeros centenares de reestructuraciones que se están acumulando en el Registro Público Concursal son transversales a diferentes sectores. No hay un hilo conductor por tipo de empresa o industria, sino más bien, compañías que hicieron inversiones antes del covid, sufrieron la caída de la demanda, aumentaron la deuda, y después se han encontrado con un estrechamiento de los márgenes por el aumento de costes que no han podido trasladar y el incremento de los costes financieros.

No obstante, hay algunos segmentos señalados. Uno de ellos es el de las pesqueras, especialmente pescados congelados, con varios casos como Xeldist, Videmar, Atunlo, Fandicosta, Frime, Blady Tuna o Iberconsa. En el sector de la alimentación, en general, está habiendo dificultades. También en sectores vinculados a "la industria pesada, transformación, construcción e ingeniería, vinculados con balance donde el nivel de consumo de caja por Capex es intensivo", señala Miguel Ángel Díez, de FTI. Los expertos también apuntan a segmentos tan variados como jugueteras, consumo minorista o inmobiliario.

Uno de estos ejemplos es la empresa de ingeniería Das Photonics, pero como adelantó este medio, la Audiencia Provincial de Valencia ha dado la razón a acreedores que han impugnado la reestructuración, dejándola en el aire. Entre ellos, varios bancos, cada vez más molestos en verse arrastrados por minorías en el pasivo.

Así, en el mid market hay reestructuraciones controvertidas, como la del Hospital de Torrejón de Ardoz, donde los bancos impugnaron un plan de reestructuración presentado por sus accionistas, que también eran acreedores. Al final, según fuentes financieras, hubo acuerdo.

Foto: Imagen de un chip. (EFE)

Pero es un ejemplo más de reestructuración en el mid market, y de una operación controvertida. Como J. Vilaseca, papelera donde se ha ido por contradicción previa (como en Celsa, las partes exponen su oposición antes y luego no cabe recurso), y la homologación está pendiente en Barcelona.

"Hay distintos sectores afectados con necesidad de refinanciación y es complicado discriminar. No obstante, sectorialmente hemos tenido más reestructuraciones en los sectores cárnico, textil y vitivinícola", enumera Manuel Mingot, socio de Squire Patton Boggs.

"El sector cárnico ha sufrido el incremento de precios de los cereales, así como de los transportes. El sector textil ha sufrido la crisis inflacionaria, con el incremento de los costes de producción, altos precios de la energía y una caída de ventas por menor consumo. Por su parte, el sector vitivinícola se ha visto especialmente afectado por la bajada de las ventas en la exportación; muchas bodegas vendían su producción a Rusia y Ucrania y estas ventas se han paralizado, teniendo que buscar nuevos mercados para compensar la bajada de ventas", resume Mingot.

De esta forma, en esta tendencia de más operaciones, "existe una gran atomización por sectores económicos", comenta José Antonio Argudo, socio de Auren Legal. El experto critica que no hay una "democratización" de la herramienta hacia las pymes, por el coste de reestructurarse.

Además, Argudo recuerda que falta que se extienda la herramienta en muchos sectores, y también falta "seguridad jurídica para los operadores, ante una gran dispersión de resoluciones judiciales que no serán homogeneizadas por el Tribunal Supremo".

Foto: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (Europa Press/Rincón)

Hay que tener en cuenta que las reestructuraciones se homologan, o rechazan, en los juzgados de lo mercantil. Si se va por contradicción previa, las partes exponen sus argumentos y a la decisión del juez no cabe recurso. En caso contrario, se puede impugnar ante la Audiencia Provincial, que tiene la última palabra. No se forma jurisprudencia, ya que puede haber decisiones contrarias para casos similares, aunque los asesores jurídicos y financieros confían en que se tienda hacia el consenso.

Por otro lado, ha habido varias reestructuraciones agresivas desde la empresa y parte del pasivo, arrastrando a la banca con importantes quitas, que han levantado ampollas en las entidades. Los planes de reestructuración se pueden aprobar por consenso, o por apoyo de una parte del pasivo. Por mayoría simple, o con mayoría cualificada en una clase de acreedores que arrastra al resto. Ha habido reestructuraciones homologadas lanzadas por menos del 1% de la deuda.

"Hay que tener en cuenta que las reestructuraciones se homologan, o rechazan, en los juzgados de lo mercantil"

Esto ha provocado que la banca sea reacia a financiar a algunas empresas medianas sospechosas de acabar en una reestructuración perjudicial para los intereses de las entidades. De hecho, opina Javier Rubio, counsel de Andersen, una de las razones para que haya más reestructuraciones en el mid market es "la negativa de la banca a seguir financiando el circulante a la mínima sospecha de crisis empresarial, agravando la situación de caja".

"Se da la paradoja de que es más probable que sí estén dispuestos a aportar dinero nuevo cuando la deudora es grande para que no cristalice el problema, pero no lo hagan en favor de empresas de menor tamaño. Las compañías mid market que no tengan fondos en el accionariado todavía no están familiarizadas con los mecanismos de financiación alternativa que puedan aportar esta financiación, o la consideran cara o demasiado sofisticada", añade el abogado de Andersen. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los bancos no financian algunas situaciones para no estar demasiado pillados en futuras reestructuraciones, y abocan a la empresa a que se reestructuren de forma inminente.

Las reestructuraciones se están extendiéndose entre el universo de empresas medianas españolas, lo que en la jerga se conoce como el mid market. Compañías que han sufrido el coronavirus y el ciclo posterior de inflación y subidas de tipos, y cuya supervivencia afectará al empleo de muchas comarcas y provincias y al balance de los bancos.

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