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Un grande de la prensa española: adiós a Alejandro Echevarría
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Ha fallecido a los 81 años

Un grande de la prensa española: adiós a Alejandro Echevarría

Hoy, y desde hace más de 40 años, los grandes periódicos de Vizcaya y de Álava son 'El Correo Español-El Pueblo Vasco' y 'El Diario Vasco', de Guipúzcoa. Echevarría los robusteció y creó en torno a ellos un grupo potente y exitoso

Foto: Alejandro Echevarría, en una de sus últimas imágenes. (EFE)
Alejandro Echevarría, en una de sus últimas imágenes. (EFE)

El fallecimiento, ayer en el hospital de Urdúliz (Vizcaya), de Alejandro Echevarría Busquet (Bilbao, 25 de mayo de 1942), no se resume, ni se explica tampoco, con su gestión como presidente de Mediaset-España de 1996 a 2022. Ese cargo no deja de ser en su biografía, nutrida de logros, uno más entre otros relevantes, aunque, como sucede en la memoria colectiva, prime lo inmediato sobre lo mediato. Alejandro Echevarría —Alechu— fue, rotundamente, el gestor más perspicaz, inteligente y respetado de la prensa regional española en dos cruciales décadas, las de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Cuando todo era más difícil en el País Vasco fue cuando desplegó sus enormes y poliédricas capacidades personales y profesionales. Y lo hizo con éxito.

Cuando El Correo Español-El Pueblo Vasco alcanzó en 1985 sus 75 años de vida, que arrancaron en 1910 por la iniciativa de los hermanos Ybarra de la Revilla y sus sucesores, a los que se unieron en un pacto que fue duradero y sólido las familias Bergareche y Echevarría, fundadora del señero Noticiero Bilbaíno, se editó un libro sin el que no es posible contar la historia de la prensa vasca. En esas páginas (506), Enrique Ybarra e Ybarra, actual presidente del consejo de administración del periódico, coordinó a un plantel de historiadores, periodistas y académicos para redactar el devenir de El Correo Español-El Pueblo Vasco, conservador, monárquico y maurista en su origen, y explicar cómo a mediados de los años ochenta había ya alcanzado la hegemonía en el difícil —y también trágico— mercado editorial vasco.

En ese libro aparecen las firmas introductorias al volumen del célebre por tantas razones Luis Bergareche Maruri, presidente a la sazón de la Compañía Bilbao Editorial SA, y del inolvidable Antonio Barrena Ballarín, 30 años director del periódico que, con la brevedad escribidora que le caracterizó, recordó a dos personas en su introito: a Alejandro Echevarría Zorrozua, padre del ayer fallecido, que le precedió en la dirección del diario, y a Javier de Ybarra y Bergé que, siendo presidente y alma mater de El Correo Español-El Pueblo Vasco, fue secuestrado y vilmente asesinado por la banda terrorista ETA en junio de 1977. Al que conocimos, cariñosa y admirativamente, como “el viejo director” concluía el texto con este mensaje: “Un futuro prometedor nos espera si seguimos fieles… a los principios fundacionales de esta casa que nació para servir al País Vasco, que es lo mismo que servir a España”.

Esos tres apellidos —Ybarra, Echevarría y Bergareche— fueron el crisol del periódico y, después, de su grupo. Alechu Echevarría aparece ya en 1985 con una breve biografía en el libro del 75 aniversario, pero tan acertada como concisa (página 123). En aquellas líneas se le reconocía sin reservas el éxito del periódico en sus primeros cinco años como consejero delegado: renovación tecnológica, profesionalización empresarial, nuevos productos editoriales, ejecución de un amplio plan de relaciones institucionales e iniciativas que terminaron por doblar el pulso a toda la competencia. Y que sentaron las bases del Grupo Correo, el holding de un muestrario de grandes periódicos regionales, desde El Diario Vasco hasta El Norte de Castilla, pasando por El Diario Montañés, Las Provincias, El Comercio y otros, hasta la fusión con Prensa Española (ABC) y la creación de Vocento, que impulsaron y consumaron José María Bergareche y Nemesio Fernández Cuesta y Luca de Tena. Alejandro Echevarría entonces ya había alcanzado todos los objetivos empresariales que se planteó como serenos desafíos.

Foto: Alejandro Echevarría. (Mediaset)

En aquellos años ochenta y hasta el final de los noventa, la labor de Alejandro Echevarría fue un continuum de éxitos empresariales y editoriales. Fue un empresario mediático que proyectó el País Vasco en España y que, en un contexto áspero, hostil durante mucho tiempo, tuvo la virtud de la perseverancia en la negociación, la visión estratégica para adelantarse al futuro de los periódicos y la lúcida intuición de la expansión multimedia de las empresas editoras. Bilbao, primero, y Madrid, después, se lo reconocieron tanto como lo mereció.

Hoy, y desde hace más de 40 años, los grandes periódicos de Vizcaya y de Álava son El Correo Español-El Pueblo Vasco y El Diario Vasco de Guipúzcoa. Se reconocerá, mucho más de lo que se ha hecho, que esos periódicos, robustecidos por la gestión de Echevarría en los años más duros, y respaldados por las familias Ybarra y Bergareche, han sido, en buena medida, el capital intangible, pero cierto, que lega este hombre grande de la prensa española. Descanse en paz.

El fallecimiento, ayer en el hospital de Urdúliz (Vizcaya), de Alejandro Echevarría Busquet (Bilbao, 25 de mayo de 1942), no se resume, ni se explica tampoco, con su gestión como presidente de Mediaset-España de 1996 a 2022. Ese cargo no deja de ser en su biografía, nutrida de logros, uno más entre otros relevantes, aunque, como sucede en la memoria colectiva, prime lo inmediato sobre lo mediato. Alejandro Echevarría —Alechu— fue, rotundamente, el gestor más perspicaz, inteligente y respetado de la prensa regional española en dos cruciales décadas, las de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Cuando todo era más difícil en el País Vasco fue cuando desplegó sus enormes y poliédricas capacidades personales y profesionales. Y lo hizo con éxito.

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