Qué son los créditos documentarios y por qué los necesitas si quieres importar

Ubicada en la parte centro-norte de la provincia Henan Sheng, en China, se encuentra la ciudad de Zhengzhou. Con una superficie de 7.446 kilómetros cuadrados y una población de más de nueve millones de habitantes, alberga una de las fábricas más icónicas de la marca Apple: la más grande del planeta. La multinacional no es la única. Asia es el continente elegido por muchas marcas de tecnología para fabricar sus productos. Y Carlos Rodríguez, socio y CFO de MCR, se encarga de traer muchos de ellos hasta los expositores de los grandes retailers españoles como Carrefour, El Corte Inglés, MediaMarkt o Fnac, entre otros.

“Nos dedicamos a la distribución de productos de tecnología. Los grandes retailers y los consumidores no compran directamente a la marca, sino que lo hacen a través de los distribuidores oficiales. Nuestra venta está centrada en el mercado español, ya que así lo marcan la mayoría de los contratos”, cuenta Carlos Rodríguez.

MCR nació en el año 2000 y a día de hoy trabaja con más de 200 proveedores, entre ellos marcas como Samsung, Intel o Acer. Su actividad, por tanto, es importadora: “Casi todo se fabrica en Asia, aunque es cierto que algunos productos no los importamos desde allí porque el fabricante ya cuenta con sedes en Europa. Es el caso de Samsung, por ejemplo, es coreano, pero tiene almacenes en Holanda e incluso en España”.

En 2023, la empresa facturó 500 millones de euros, y entre un 40% y un 50% de sus compras procedieron de fuera de España. “Esto supone más de 200 millones de euros, traducidos a la contabilidad española, por supuesto, porque muchas de las facturas de las adquisiciones son en dólares”, matiza Carlos. Este es, precisamente, uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de importar: a pesar de facturar en euros, se pierde o gana competitividad según cuál sea el tipo de cambio del euro.

Esta cuestión también afecta a la financiación. Una importación pagada en dólares puede financiarse con la misma moneda, en euros o en otra divisa. Pero las consecuencias en cuanto a costes y riesgos de cambio son distintas en cada caso. Como explica Banco Sabadell, al elegir la moneda en la que se contrae la deuda de una importación deben considerarse dos factores básicos: el gasto de esta deuda y el riesgo de cambio. “Lo que afecta a este coste dependerá del tipo de interés de la moneda del préstamo bancario”, explica la entidad a través de su área de Negocio Internacional. Respecto al riesgo de cambio, “habrá que tener en cuenta que al vencimiento se tendrá que devolver al banco la moneda en la que se ha contraído este préstamo”, añade.

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Ser proveedor de productos tecnológicos e importar la mayor parte de ellos de China conlleva otras muchas dificultades, según relata Carlos. La seguridad es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. “Tienes que asegurarte de que el producto que compras es el que vas a recibir. Nosotros solventamos este aspecto desde el primer momento a través de créditos documentarios”.

El crédito documentario es un documento con el que el importador (o exportador) cubre el riesgo país a través de una entidad financiera. El vendedor dispone de una seguridad de cobro con anterioridad a la expedición de la mercancía, e incluso con anterioridad al inicio de su fabricación. El comprador, por su parte, tiene la seguridad de que su obligación de pago solo se producirá cuando el vendedor haya aportado documentación acreditativa suficiente de la expedición de la mercancía.

Es, por tanto, una garantía para ambas partes. “Al principio lo utilizábamos mucho porque el fabricante, obviamente, no sabe quién eres. Ahora lo utilizamos menos porque ya tenemos el vínculo con muchos de ellos”, dice Carlos. Una experiencia que también ha vivido en sus propias carnes Ana Gómez, directora financiera de Delfín Ultracongelados: “Con los proveedores de confianza trabajamos con transferencias, pero con otros muchos recurrimos a los créditos documentarios”.

Delfín Ultracongelados importa el 80% del género

Delfín Ultracongelados es una de las marcas de congelados más reconocidas en España. Su historia comenzó con un joven pescadero de 14 años que emprendió su propio negocio en 1950. Con el paso del tiempo, fue innovando hasta que transformó su modelo de negocio al producto congelado. Ahora, importa alrededor del 80% del género.

“Llevamos importando casi toda la vida porque en España hay muy poca materia prima de marisco y pescado, y la que hay va dirigida al producto fresco y a restauración. Importamos desde los cinco continentes, fundamentalmente de Sudamérica”, cuenta Ana Gómez, que recalca la importancia de trabajar con los proveedores teniendo bien atado las condiciones.

“Recuerdo que en una ocasión, un barco tuvo un problema en el tránsito y hubo que transbordar la mercancía. En estos casos, todo se complica porque el pago se hace en función del día en que se embarca y la carta de crédito puede vencer. Nosotros trabajamos con cláusulas sanitarias. De esta manera, si la mercancía no pasa los controles sanitarios a la Unión Europea, el crédito no se paga”.

Según señala Banco Sabadell, “el contrato de compraventa deberá contemplar determinados detalles imprescindibles para el establecimiento de un crédito documentario. Entre estos detalles conviene destacar el importe, el precio de compra, la descripción de la mercancía, las condiciones de entrega, el plazo de embarque y la fecha máxima de entrega de documentos. El contrato deberá especificar el método de pago y la divisa, además de indicar claramente el banco en el que se desea que el crédito esté disponible”.

La compañía también empezó a exportar hace 15 años. “Hemos ido creciendo cada vez más. La exportación ya supone en torno a un 30% de la facturación. La mayoría es para Europa, pero también vendemos nuestros productos en otros continentes. Hay un control exhaustivo: certificados sanitarios, documentación de captura... Seguiremos creciendo y avanzando en este camino”.