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TSK pide ayuda urgente a Santander y CaixaBank por tensiones de liquidez
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TSK pide ayuda urgente a Santander y CaixaBank por tensiones de liquidez

La compañía asturiana, accionista histórica de Duro Felguera, pide 120 millones a cuatro entidades financieras que solo están dispuestas a darle menos de la mitad

Foto: Sucursal del Banco Santander. (EFE/Andy Rain)
Sucursal del Banco Santander. (EFE/Andy Rain)
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TSK, la compañía asturiana de ingeniería y energías renovables, ha pedido ayuda a la banca para superar sus problemas financieros. Según han confirmado varias fuentes próximas a las conversaciones, el grupo propiedad de la familia García Vallina solicitó 120 millones de euros a Santander, CaixaBank, BBVA y Sabadell para afrontar unas necesidades de liquidez derivadas de su estrategia de crecimiento. Pero los acreedores han limitado el importe de la refinanciación a entre 40 y 50 millones de euros, por lo que el acuerdo rondará ese importe, estará sujeto a la provisión de ciertos activos del grupo como garantía.

Según estas fuentes, TSK ha contratado los servicios de NK5 y Kenta Capital, como asesores financieros, y Garrigues, como representante legal, para negociar una solución con sus principales financiadores. A su vez, la banca se ha puesto en manos de FTI —una consultora especialista en atender compañías en problemas, como Celsa y Naviera Armas, para las que está trabajando— y de Clifford Chance. Las negociaciones están en fase avanzada y se espera que las partes lleguen a un primer acuerdo provisional que garantice la operativa del grupo asturiano.

Fuentes próximas a las conversaciones aseguran que TSK arrastra una deuda bancaria próxima a los 400 millones, incluidos los pagarés emitidos en el MARF, cifra a la que hay que añadir unos 600 millones en avales. En total, unos 1.000 millones. Joaquín García Rico, consejero delegado de la multinacional española, que ha confirmado las reuniones con la banca, rebaja la cantidad de deuda a unos 280 millones, más los avales.

La mayor parte de esta línea de garantías para financiar sus proyectos de llave en mano, o EPC, habituales en el sector de la ingeniería, fue concedida a finales de 2021 por un grupo de bancos encabezado por Santander, seguido de Abanca, BBVA, Sabadell, Bankinter, CaixaBank, Unicaja y el ICO. Su vencimiento inicial estaba previsto para 2024. El coste de esta financiación será mucho más caro si se renueva que cuando se firmó hace algo más de dos años.

Foto: Detalle de la planta que TSK en Dubai (Fotografía TSK)

García Rico explica que la intención de TSK es refinanciar con deuda bancaria una serie de proyectos de ingeniería y renovables que la compañía acometió con recursos propios. Añade que dispone de 200 millones en activos energéticos que garantizan el crecimiento. Después de la última reunión, sus cuatro principales acreedores, Santander, CaixaBank, BBVA y Sabadell, están dispuestos a darle una línea de crédito de 50 millones a cambio de que TSK ponga como garantía varios activos en México y Panamá. Unos contratos de ingeniería que la compañía gijonesa se comprometería a vender tan pronto como le fuera posible para repagar ese crédito a la banca. En ningún caso, los 120 millones que el grupo solicitó ya el pasado mes de diciembre.

Nuevo accionista

Otras fuentes señalan que, para que la banca abra más el grifo, las cuatro entidades españolas han pedido a los García Vallina que busquen un inversor que inyecte capital en TSK. La compañía, que antes del covid tanteó el mercado y aseguró que tenía ofertas que la valoraban cerca de los 700 millones, está abierta ahora a la entrada de un accionista que dé solidez a su balance. El consejero delegado admite que en las próximas semanas se decidirá si se busca un inversor ancla para una posterior salida a bolsa de todo el grupo. Kenta Capital, un nuevo banco de inversión liderado por el exequipo de Corporate Finance de Banco Sabadell, con José Nieto de la Cierva a la cabeza, tiene el mandato de buscar nueva financiación para la compañía.

TSK tiene previsto cerrar 2023 con unos ingresos de 1.250 millones, una cifra récord que representaría un crecimiento del 23% respecto al año precedente. La proyección del beneficio operativo o ebitda era alcanzar los 65 millones, con una mejora del 25%. Sin embargo, esta expansión le ha provocado tensiones de liquidez, por lo que ha pedido ayuda a la banca. La compañía aseguraba en el informe anual de 2022 que disponía de activos líquidos de unos 200 millones.

La compañía aseguraba en el informe de 2022 que disponía de activos líquidos de unos 200 M

En dicho informe, TSK aseguraba que "el grupo puede recortar parte de su posición financiera neta, reduciendo su tesorería y contratando líneas de financiación para acometer nuevos proyectos y consolidar su crecimiento". Asimismo, agregaba que "es consciente de la subida de los tipos de interés fijados en Europa y Estados Unidos por los bancos centrales y cuenta con instrumentos con los que operar, como son la disponibilidad de elevados niveles de efectivo y la amortización de deuda para su cambio por líneas no dispuestas con un tipo atractivo".

Mientras negocia con la banca, TSK ha tomado medidas judiciales contra Avanzalia, una compañía dirigida por Carlos Galdón, con la que se alió para construir una planta de energía solar en Panamá. La compañía asturiana ha ejecutado garantías ante el impago de su socio. TSK, asesorada por Garrigues, inició el pasado verano los trámites para ejecutar la deuda. A mediados de 2023, tomó acciones ejecutivas ante los tribunales panameños (que incluyeron el secuestro judicial de la planta) y ante los españoles, donde ya en julio ejecutó las garantías pignoraticias sobre sociedades de Avanzalia en reclamación de 140 millones de euros.

TSK, la compañía asturiana de ingeniería y energías renovables, ha pedido ayuda a la banca para superar sus problemas financieros. Según han confirmado varias fuentes próximas a las conversaciones, el grupo propiedad de la familia García Vallina solicitó 120 millones de euros a Santander, CaixaBank, BBVA y Sabadell para afrontar unas necesidades de liquidez derivadas de su estrategia de crecimiento. Pero los acreedores han limitado el importe de la refinanciación a entre 40 y 50 millones de euros, por lo que el acuerdo rondará ese importe, estará sujeto a la provisión de ciertos activos del grupo como garantía.

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