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Clamor en la banca catalana por las sedes: "Si presionan, nos llevamos todo a Madrid"
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Clamor en la banca catalana por las sedes: "Si presionan, nos llevamos todo a Madrid"

Directivos de primer nivel de CaixaBank y Sabadell transmiten en conversaciones informales que no contemplan volver forzados a Cataluña y que antes se moverían a Madrid

Foto: Sede de CaixaBank en Madrid, tras la fusión con Bankia. (EFE/Zipi)
Sede de CaixaBank en Madrid, tras la fusión con Bankia. (EFE/Zipi)
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Junts ha traspasado, para los grandes bancos, una línea roja con el debate de la operación retorno de las sedes de las empresas catalanas. Los recientes movimientos de este partido para cambiar la regulación no solo no acercan CaixaBank y Banco Sabadell a Cataluña, sino que los alejan todavía más. Directivos de primera fila de ambas entidades han transmitido en las últimas semanas en conversaciones informales que "si nos presionan, nos llevaremos los servicios centrales a Madrid", según diversas fuentes financieras consultadas por El Confidencial.

El debate tiene muy preocupados a los responsables de estas dos entidades, la tercera y cuarta de España por activos, por detrás de Santander y BBVA. Ambos bancos tuvieron que mover su sede contra el reloj a finales de 2017 tras la declaración unilateral de independencia (DUI), que les hizo perder 9.000 millones en depósitos, poniendo en peligro su estabilidad.

Desde entonces, el regreso de la sede es un debate incómodo para estas entidades. Nunca lo han descartado abiertamente (es lo que les gustaría en el fondo), pero es algo que ni se plantean hasta que haya estabilidad política garantizada en Cataluña. Ningún gestor va a poner en juego su entidad por un asunto simbólico. Por ello, el pacto de investidura PSOE-Junts no ha acercado los bancos a Cataluña, sino todo lo contrario.

Junts lleva tiempo planteando distintas opciones para que regresen las empresas a Cataluña. De la única que se ha hablado abiertamente es la de eliminar el denominado decreto Guindos, que permitió a las compañías mover su sede sin convocar junta. Se hizo para desbloquear la mudanza de CaixaBank, ya que Sabadell se había adelantado unos meses antes, aprobando la posibilidad de cambiar la sede con una decisión del consejo. Esta alternativa legal no solo no preocupa a las empresas, que ven incluso que supondría un obstáculo para que volvieran: en lugar de poder decidirlo el consejo, tendría que someterse a los accionistas.

placeholder Carles Puigdemont y el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, a comienzos de 2017. (EFE/Marta Pérez)
Carles Puigdemont y el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, a comienzos de 2017. (EFE/Marta Pérez)

La otra opción de la que se ha hablado sí preocupa al mundo empresarial. Se trataría de imponer sanciones a las empresas que tengan su sede social en una comunidad distinta a la de su centro operativo. En tal caso, los grandes bancos se plantearían mover sus servicios centrales, según dichas afirmaciones.

CaixaBank tiene actualmente el mayor grueso de sus equipos en su sede en la avenida de la Diagonal de Barcelona. Pero también ha aumentado mucho su peso en Madrid, donde dispone de la Torre Kio, antigua sede de Bankia, y en Valencia (donde está su sede social), donde tenía la antigua sede de Banco de Valencia y absorbió la del grupo nacionalizado. El grupo liderado por el madrileño Gonzalo Gortázar podría esquivar las sanciones con el traslado de algunos departamentos a Madrid.

Foto: Sede de CaixaBank en Valencia. (EFE/Manuel Bruque)

Le ocurre lo mismo a Sabadell. Esta entidad tiene su centro operativo en su sede de Sant Cugat y la sede social en Alicante (antigua CAM), pero su exposición madrileña ha aumentado considerablemente en los últimos años. Actualmente, tiene equipos importantes en el distrito de Las Tablas y parte de su equipo directivo en la calle Serrano, en la antigua sede de Banco Urquijo.

Consultadas sobre estas posibilidades, desde CaixaBank y Sabadell no hicieron comentarios. Desde su entorno, se limitan a comentar que la situación sigue igual que en los últimos años, por lo que no hay ningún plan en marcha ni de contingencia para mover equipos ni tomar ningún otro tipo de decisión. Aun así, en teoría tampoco los había en 2017, y las sedes de estas entidades y muchas otras volaron de Cataluña en semanas.

Estas entidades y el resto de grandes empresas catalanas confían en que el Gobierno y Junts entren en razón y no se llegue a este escenario, aunque sea por la tozuda realidad de la libertad de las empresas. Junto a ello, el Gobierno y Junts se enfrentarían a grandes dificultades para aprobar esta normativa, ya que implicaría que el País Vasco perdiera grandes sedes como las de BBVA e Iberdrola, y Cantabria la de Santander. En el primer caso, el voto del PNV sería desfavorable, algo que aleja este escenario.

Junts ha traspasado, para los grandes bancos, una línea roja con el debate de la operación retorno de las sedes de las empresas catalanas. Los recientes movimientos de este partido para cambiar la regulación no solo no acercan CaixaBank y Banco Sabadell a Cataluña, sino que los alejan todavía más. Directivos de primera fila de ambas entidades han transmitido en las últimas semanas en conversaciones informales que "si nos presionan, nos llevaremos los servicios centrales a Madrid", según diversas fuentes financieras consultadas por El Confidencial.

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