España dispara la compra de diésel desde Turquía y Singapur entre sospechas de su origen ruso
Fuentes del sector petrolero creen que el fortísimo repunte del gasóleo procedente de estos dos países en 2023 es una forma de saltarse la sanción al producto ruso, cuya importación está prohibida como represalia por la invasión de Ucrania
La llegada de diésel desde Turquía y Singapur a España ha experimentado un crecimiento exponencial en 2023, año en que la Unión Europea prohibió la compra de gasóleo de origen ruso. A falta de conocer el dato de noviembre y diciembre, las compras a ambos países de este combustible —el más utilizado en España— apuntan al mayor nivel de importación de la historia, con cifras que nada tienen que ver con las de años precedentes.
Los operadores mayoristas españoles ya han importado entre 2022 y 2023, años durante los que se extiende la invasión de Putin a Ucrania, 216.000 toneladas de diésel turco, frente a los años anteriores, en que no llegaba nada o las cantidades eran inferiores a las 45.000 toneladas de 2020, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Solo el pasado mes de octubre llegaron 51.000 toneladas de gasóleo del país otomano, una cifra no vista en casi 20 años. Las cantidades no tienen parangón. Turquía solo ha mandado diésel a España de forma muy puntual hasta este año. La mayoría de meses no registran en la serie histórica llegadas de gasóleo otomano.
Aún más llamativo es el caso de Singapur, de donde prácticamente nunca se había importado diésel. Y, sin embargo, entre enero y octubre de 2023 ya han llegado 357.000 toneladas. Este fuerte aumento de las compras del combustible turco y singapurense coincide con un fortísimo aumento de las ventas de diésel de Rusia a ambos países. Junto con China e India, son los mayores receptores de combustibles fósiles del país gobernado por Vladímir Putin, según una investigación del Center for Research on Energy and Clean Air (CREA).
Las importaciones en 2023 de petróleo de Rusia a Turquía, país que posteriormente lo refina y que no ha establecido vetos a este producto, como sí ha hecho la Unión Europea, han crecido un 360%, según los datos de la firma de inteligencia marítima Veson Nautical. Por su parte, ya a mediados de este año, las importaciones de diésel repuntaron a su nivel más alto en un año, según Reuters. Esta agencia de noticias también publicó el 30 de mayo que Rusia exportaba a Arabia Saudí su diésel, y este a su vez lo reexportaba a Singapur.
Fuentes empresariales expertas en la materia consultadas por El Confidencial también aseguran que el fuerte aumento de las llegadas de diésel turco y singapurense tiene por objeto burlar el veto ruso. Según datos de Vortexa, otra casa de análisis especializada en el sector petrolero, entre el 5 de febrero y el 30 de septiembre, han entrado 650.000 toneladas de gasóleo turco a la Unión Europea, donde está prohibida la compra de diésel ruso. Estas fuentes señalan que muy cerca del puerto de Dörtyol, desde donde salen los barcos del país otomano por el Mediterráneo, está la refinería de Batman, donde se pierde el rastro del producto que llega a Turquía y pasa a tener bandera del país gobernado por Recep Tayyip Erdogan.
El sector alerta del fraude
El sector petrolero español ha dado la voz de alarma en diversas ocasiones respecto de la llegada de diésel ruso tanto a Europa como a España después de que se impusieran las sanciones. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ya alertó de este fenómeno a los analistas que siguen a la compañía el pasado mes de abril, después de ver que el diésel había bajado más de lo que él esperaba.
Posteriormente, en julio de este año, AOP, asociación compuesta por la propia Repsol, Cepsa, BP o Galp, esperaba que las sanciones de la UE pudieran "contribuir a poner freno a la entrada de diésel ruso a España vendido a través de terceros países". Sin embargo, fuentes del sector creen ahora que estas medidas podrían no haber tenido efecto, a la luz de las últimas llegadas de diésel desde Turquía y Singapur. España cuenta con ocho refinerías propiedad de Cepsa, Repsol y BP, cada una de las cuales emplea a aproximadamente 1.000 personas directamente, que estarían sufriendo una competencia desleal por la presunta llegada de crudo ruso a través de países intermediarios.
Ya en febrero, las autoridades de aduanas españolas dieron el alto al barco de Singapur Maersk Magellan en el puerto de Tarragona, tras descubrir que la procedencia originaria del producto era rusa, pero en los intercambios de barcos se le había puesto la bandera del país asiático. Entre las sospechas, también estuvieron la entrada de dos barcos de Marruecos a Cartagena y a Bilbao, donde se creía que estaba llegando del país norteafricano para burlar la sanción.
"El Gobierno no tiene forma de confirmar si el diésel ruso que pasa por Turquía acaba entrando a España", según el CEO de Exolum (antigua CLH)
Pese a lo anterior, el Ministerio para la Transición Ecológica decidió abrir una investigación para tratar de esclarecer si está llegando diésel ruso y no obtuvo ninguna prueba concluyente de que así fuera. Que no haya pruebas no significa, sin embargo, que no esté entrando, ya que se pierde la trazabilidad. También en abril, el consejero delegado de Exolum (antigua CLH) señalaba que es muy difícil detectar este fraude si viene de países terceros. "El Gobierno no tiene forma de confirmar si el diésel ruso que pasa por Turquía, India o cualquier otro país que no haya firmado las sanciones acaba entrando a España", afirmaba Jorge Lanza, máximo dirigente de la red logística de oleoductos y depósitos de España.
El analista energético de Kpler, Esteban Moreno, que también ha trabajado para Cepsa, aseguraba que los países sin sanciones a Rusia están aprovechando para reexportar a la UE, ya que la triangulación tiene apariencia de legal. "Importan diésel con descuento, para cubrir sus necesidades [internas], y exportan su producción a Europa con una prima", señalaba Moreno al diario El País el pasado 28 de abril y apuntaba directamente a Turquía en esta operativa como potencia refinera próxima al Viejo Continente.
Entre tanto, la Agencia Internacional de la Energía apunta, en su informe de mercado petrolero de octubre: "Los ingresos por exportaciones de petróleo de Rusia aumentaron en 1.800 millones de dólares, hasta los 18.800 millones de dólares, en septiembre, su nivel más alto desde julio de 2022. Las exportaciones totales de petróleo aumentaron en 460 mb/d, hasta 7,6 mb/d, y el petróleo crudo representó 250 mb/d del aumento. El precio medio ponderado de exportación del crudo aumentó ocho dólares el barril, hasta los 81,80 dólares el barril, reduciendo su descuento con respecto al mar del Norte a 12,20 dólares el barril, su nivel más bajo desde marzo de 2022".
Aunque de cara a la opinión pública ha pasado a un segundo plano, la guerra de Ucrania se aproxima a los dos años desde que Vladímir Putin decidió invadir su país vecino del sur. Las consecuencias están siendo devastadoras, con ya 10.000 civiles muertos, según cifras de la ONU, y más de medio millón de militares. A esto hay que añadir millones de refugiados. Putin mantiene su guerra, en parte, gracias a los ingresos del petróleo ruso y sus combustibles.
La llegada de diésel desde Turquía y Singapur a España ha experimentado un crecimiento exponencial en 2023, año en que la Unión Europea prohibió la compra de gasóleo de origen ruso. A falta de conocer el dato de noviembre y diciembre, las compras a ambos países de este combustible —el más utilizado en España— apuntan al mayor nivel de importación de la historia, con cifras que nada tienen que ver con las de años precedentes.