Invertir en I+D, una opción de acceder a beneficios fiscales para empresas y autónomos

En el mundo de la l+D encontramos, frecuentemente, casos de grupos de investigadores que desarrollan alguna solución que no solo es innovadora, sino que además puede resultar verdaderamente útil para la sociedad. Sin embargo, el revés viene cuando buscan financiación para su proyecto: no siempre la consiguen o, en caso de hacerlo, no pueden beneficiarse de las deducciones fiscales que corresponden por desarrollar actividad de I+D.

Existen fórmulas que permiten que los investigadores puedan desarrollar I+D a través de financiación privada. Una de ellas es Tax Equity, una herramienta por la que está apostando Ayming y que permite a inversores privados aplicar deducciones en el Impuesto sobre Sociedades incorporando proyectos de I+D realizados por terceros, por lo que de esta forma el sistema español da acceso a la inversión privada a empresas e investigadores.

Y es que incluso la última reforma de la Ley de Ciencia está impulsando "medidas para fomentar la inversión en actividades de investigación, desarrollo e innovación y estimular la cooperación entre las empresas y entre estas y los organismos de investigación, mediante fórmulas jurídicas de cooperación". Las entidades inversoras, por tanto, "se beneficiarán de los incentivos fiscales previstos en la legislación vigente, de acuerdo con los requisitos y condiciones establecidos en dicha legislación".

Es aquí donde entra en juego una práctica poco conocida en España, pero cada vez más frecuente. Se trata de las Agrupaciones de Interés Económico (AIE), una figura empresarial que, enmarcada dentro de las sociedades colectivas, permite la unión de varias empresas o empresarios para financiar un proyecto concreto. Precisamente, la Ley de Ciencia habla de ella como una de las figuras (junto a las uniones temporales de empresas) que pueden establecerse para invertir en una iniciativa de l+D y recibir a cambio una serie de beneficios fiscales. Estos beneficios fiscales podrán aplicarse por las empresas en el momento de presentación del Impuesto sobre Sociedades, o, en caso de personas físicas, en el de la presentación del IRPF.

El match entre inversores e investigadores

El objetivo de Tax Equity es favorecer la inversión privada en I+D, para lo que Ayming apoya a los inversores privados, encontrando los proyectos de investigación más alineados con su estrategia, para deducirse en el Impuesto de Sociedades o el IPRF su inversión en proyectos de l+D realizados por terceros. El procedimiento parte de la creación de una Agrupación de Interés Económico que aglutine a todos los grandes o pequeños inversores en un proyecto concreto. Con ello, la AIE transmitirá los incentivos fiscales asociados al proyecto de l+D a los inversores según su porcentaje de participación. Así, dichos inversores conseguirán reducir su carga fiscal, mientras que los propios investigadores tendrán acceso a financiación privada para su iniciativa.

La herramienta es accesible tanto para inversores como para investigadores. Ayming se ocupa de la operativa completa, ya que, en caso de que los inversores lo necesiten, también busca proyectos en los que invertir con un alto componente de Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

Hasta el momento, "Tax Equity ya ha financiado más de 50 proyectos, superando los 25 millones de euros de financiación", afirma Carlos Artal, director general de Ayming España. Todo ello "en sectores como la inteligencia artificial, el medioambiente, el sector agroalimentario, el farmacéutico, la bioingeniería, el Internet of Things o la ciberseguridad". El objetivo de esta apuesta es "fomentar la l+D+i, la esencia por la que Ayming desarrolla su actividad con el firme propósito de poner en el foco la importancia que tiene para personas, instituciones y sociedad en general. Todos los proyectos de investigación que vean la luz tendrán un retorno de inversión para España".