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Los banqueros españoles echan humo con el BCE: la silla de Goiri, su nuevo objetivo
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Los banqueros españoles echan humo con el BCE: la silla de Goiri, su nuevo objetivo

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones y movimientos. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
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El Banco Central Europeo (BCE) fija un nuevo objetivo dentro de su cruzada contra la gobernanza de los bancos, en especial los españoles. Tras los cambios impuestos en los últimos tiempos en entidades como Santander, Unicaja o Sabadell, el supervisor europeo está presionando para que CaixaBank se ajuste más a su modelo deseado y deje de tener cuanto antes una presidencia ejecutiva, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. Ni el grupo catalán ni el BCE hicieron comentarios.

Así lo han transmitido desde la institución afincada en Fráncfort en su última carta dirigida al consejo de CaixaBank, dentro de la revisión anual que se realiza a todas las entidades (SREP). Y junto a ello, este ha sido uno de los principales temas sobre la mesa en una visita de casi una semana que ha realizado un equipo de inspectores del BCE a la sede del grupo catalán.

El mensaje ha sido tan claro que en el entorno de CaixaBank se empieza a rumorear con que se ceda en este pulso y José Ignacio Goirigolzarri pase de presidente ejecutivo a no ejecutivo cuando le toque renovar en el cargo, en la primavera de 2025.

Estas presiones han aumentado el malestar que hay entre los banqueros españoles ante "las injerencias del BCE en nuestra gobernanza y estrategia, algo que conlleva un riesgo legal relevante no explicitado todavía", exponen fuentes próximas a las conversaciones entre el supervisor y las entidades.

¿Cambio innecesario?

Dichas fuentes califican de "sorprendente" que el BCE esté poniendo el foco sobre la presidencia de Goirigolzarri, teniendo en cuenta que aprobó la actual estructura a finales de 2020 y que su presidencia es de las más próximas al modelo que quiere el supervisor. Así, en caso de cambiar a no ejecutivo, el banquero vasco mantendría prácticamente las mismas competencias, ya que su presidencia ejecutiva concentra muchos menos poderes que las de Ana Botín, en Santander, y Carlos Torres, en BBVA. El banquero vasco tiene bajo su dependencia tres direcciones con cuatro competencias: secretaría general y del consejo, que lleva Óscar Calderón; auditoría interna, que lidera Marisa Retamosa, y comunicación y relaciones institucionales, que recaen sobre María Luisa Martínez.

Las dos primeras (auditoría interna y secretaría) seguirían bajo el paraguas de Goirigolzarri en caso de convertir su presidencia en no ejecutiva, como ocurre con otras entidades que han pactado su organigrama recientemente con el BCE. En el caso de comunicación y relaciones institucionales, se trata de áreas que actualmente ya tienen un doble reporte a presidente y CEO, a través del comité de dirección.

placeholder Ana Botín y José Ignacio Goirigolzarri. (EFE/Mariscal)
Ana Botín y José Ignacio Goirigolzarri. (EFE/Mariscal)

De ahí que en el entorno del grupo catalán haya malestar por el foco sobre su modelo, mientras en los últimos años se ha dado el visto bueno a las presidencias de Santander y BBVA, cuyos primeros ejecutivos tienen más poder. En Santander, se llegó a un pacto el año pasado entre el BCE y el banco para que el CEO reporte directamente al consejo y para reajustar competencias, pero dejando finalmente a Botín como una de las banqueras con más poder.

En el caso de BBVA, las fuentes consultadas señalan que el supervisor no ha querido apretar más las tuercas en gobernanza mientras siga en marcha el caso Villarejo, para no desestabilizar el banco. "No tiene sentido que no se les apliquen las mismas exigencias que a bancos pequeños cuando hay dudas sobre el papel que han desempeñado el consejo y la comisión de auditoría en el caso Cenyt", exponen las fuentes consultadas.

Hay más ejemplos que chocan en el sector, como que se esté poniendo en tela de juicio la sucesión en Bankinter, "un banco ejemplar", o el caso Unicaja-Liberbank. Dichas fuentes detallan que el grupo asturiano tenía un modelo como el que le gusta al BCE, con un presidente no ejecutivo y un CEO (Manuel Menéndez) con todos los poderes. Por ello, no fue cuestionado por este tema, a pesar de estar cerca del rescate. Mientras que Unicaja Banco no ha parado de ser cuestionada por la gobernanza, a pesar de haber absorbido Liberbank "y haber quitado un problema al supervisor". Otro ejemplo es de Banco Sabadell, en el que el supervisor impuso que el presidente Josep Oliu perdiera las competencias ejecutivas y un nuevo CEO.

Foto: María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter, y el presidente Pedro Guerrero. (Bankinter)

Lo que subyace de este debate es la "persecución" al modelo español de gobernanza. Si bien tradicionalmente había estado marcado por presidencias ejecutivas muy poderosas, como las de Emilio Botín (Santander) y Francisco González (BBVA), el modelo al que está avanzando el BCE va hacia consejeros delegados con casi las mismas competencias que tenían estos.

"Se lucha por parte del supervisor contra un modelo legal español sin ningún tipo de argumentos. Si un presidente ejecutivo que aglutina todo el poder pasa a llamarse CEO, cumple el modelo. La existencia de un presidente no ejecutivo tiene un efecto nulo en los equilibrios de la entidad", exponen las fuentes consultadas.

Por el camino, todo apunta a que CaixaBank terminará convirtiéndose en el sexto gran banco (de 10) que tiene presidente no ejecutivo, junto a Sabadell, Bankinter, Unicaja, Cajamar e Ibercaja. Las excepciones son, de momento, Santander, BBVA, Abanca y Kutxabank.

Grandes dudas

Dos de las grandes incógnitas sobre este posible cambio son si tendría repercusiones en la remuneración de Goirigolzarri, de 2,2 millones, al perder competencias, y si podría afectar a su continuidad en el grupo. El banquero vasco, de 69 años, llegó a CaixaBank a finales de 2020 tras la fusión con Bankia, donde había sido presidente desde el rescate de 2012. Anteriormente, fue CEO de BBVA (2001-2009). Desde que entró en el grupo catalán, siempre se ha especulado con que su siguiente destino podría estar en la Fundación la Caixa/Criteria.

Junto a este foco, el supervisor europeo también está pidiendo cambios en CaixaBank en la estructura de sus líneas de defensa, con reajustes para que cambien las dependencias internas, como publicó este medio.

El Banco Central Europeo (BCE) fija un nuevo objetivo dentro de su cruzada contra la gobernanza de los bancos, en especial los españoles. Tras los cambios impuestos en los últimos tiempos en entidades como Santander, Unicaja o Sabadell, el supervisor europeo está presionando para que CaixaBank se ajuste más a su modelo deseado y deje de tener cuanto antes una presidencia ejecutiva, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. Ni el grupo catalán ni el BCE hicieron comentarios.

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