Pallete negocia un acomodo para STC y el núcleo duro español en Telefónica

José María Álvarez-Pallete se ha reunido con Arabia Saudí en las últimas semanas para negociar una solución salomónica que permita mantener la españolidad de Telefónica al tiempo que se facilita la entrada en su capital de la monarquía de Oriente Medio. Los encuentros, que han tenido lugar en el extranjero, se han producido a petición del Gobierno, que ha encargado al presidente de la operadora defender los intereses del bloque español frente a las pretensiones de Saudi Telecom Company de comprar el 9,9% de las acciones.

Este movimiento es un cambio sustancial en las relaciones entre el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez y Pallete. Nadia Calviño, ministra de Economía y vicepresidenta primera, ha mostrado su malestar por haberse enterado de la operación en el último momento. Esto provocó un enfriamiento de la relación del Gobierno con el presidente de Telefónica, a pesar de que Calviño aseguró que la operadora era la empresa "más estratégica para España".

Sin embargo, Telefónica y la Oficina Económica del Gobierno, dirigida por Manuel de la Rocha, han reconstruido los puentes y se han puesto a trabajar conjuntamente para que sea Pallete quien lidere las conversaciones con Arabia Saudí en lo que desde la Moncloa se define como bloque español. Un bloque en el que se incluye a La Caixa y BBVA, que también hicieron saber su inquietud con el presidente por el desconocimiento de la llegada inesperada de STC, y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), como adelantó en exclusiva El Confidencial el 30 de octubre.

El organismo estatal ha confirmado a Pallete que, ocurra lo que ocurra con Arabia Saudí, entrará en el capital de Telefónica por interés nacional. De esta forma, sumadas las participaciones de La Caixa y BBVA, cada uno de los cuales tiene el 5%, el denominado bloque español controlará al menos un 15% del capital de Telefónica. Un paquete que serviría para compensar la compra del 9,9% que ha anunciado STC y que está pendiente de recibir la aprobación por parte del Gobierno para ser ejecutada formalmente.

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Según fuentes próximas a las conversaciones, Pallete ha mantenido encuentros fuera de España —algunas fuentes aseguran que las reuniones han sido en París y Riad— con los representantes de Arabia Saudí para que acepten no superar el 4,9% del capital de Telefónica y no entren en el consejo de administración, lo que supondría una inversión de 1.000 millones de euros. Propuesta que no ha sido bien recibida por la monarquía de Oriente Medio, que mantiene su intención de llegar al 9,9%, cuyo coste asciende a unos 2.000 millones.

No obstante, el presidente de la operadora, que no se reunía cara a cara con STC desde su viaje relámpago el 7 de septiembre tras conocerse la noticia, les ha planteado varias alternativas, como la compra de una participación relevante en Telefónica Tech, la división de tecnología en la nube y ciberseguridad, para la que busca un inversor. O la entrada en el capital de Telefónica Infra, como acaba de hacer Telecom Italia, que el pasado 7 de noviembre vendió su red de telefonía fija a KKR por hasta 22.000 millones. Una compañía sobre la que el Estado italiano se quedará con el 20% del capital. Una tercera alternativa sería la entrada en Telefónica Hispam, el negocio de Latinoamérica excluido Brasil, del que Pallete le gustaría desprenderse.

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Arabia Saudí está valorando estas opciones, motivo por el cual todavía no ha presentado al Gobierno la solicitud oficial para comprar hasta el 9,9% del capital. Una adquisición que necesita el visto bueno del Ejecutivo en aplicación de la ley antiopas, cuyo objetivo final es proteger las compañías calificadas como estratégicas para los intereses nacionales. Si se quedara con el 4,9% y no entrase en el consejo, no necesitaría ninguna aprobación gubernamental. Otra opción posible sería desgajar de facto los derechos económicos de los políticos de una parte de la participación. De este modo, STC podría comprometerse a mantener el 9,9% de las acciones, pero renunciando a ejercer derechos políticos (de voto en las juntas de accionistas, por ejemplo) por el 5% restante.

Los saudíes han optado, de momento, por el silencio, dada la bala que tienen para presionar a Pedro Sánchez con la compra o el retraso de la compra de una serie de corbetas a España por cerca de 2.000 millones. Según fuentes financieras con muchos intereses en la zona, estos fondos soberanos no suelen dar portazos en las negociaciones, para mantener buenas relaciones a largo plazo con sus interlocutores. Pero juegan con paciencia sus cartas, que principalmente son el dinero que atesoran y el tiempo.

Desde la Moncloa se asegura que el pacto se debe cerrar antes de fin de año para que, entonces, Arabia Saudí presente su solicitud oficial y el Gobierno se pronuncie durante los tres meses siguientes. El objetivo es llegar a la próxima junta general de accionistas de Telefónica (la última se celebró el 8 de abril) con los acuerdos rubricados, porque la entrada de SEPI y de STC supondrá un cambio en la composición del capital y, seguramente, del consejo de administración.