Retirada histórica de depósitos bancarios para poner en orden las finanzas familiares

La decisión de los bancos españoles de no pagar por los depósitos tuvo consecuencias directas en sus balances. El volumen de dinero que las entidades atesoran de sus clientes en cuentas e imposiciones a plazo cayó a un ritmo récord entre enero y junio: casi 28.000 millones menos (-2,1%), cifras que solo se habían visto en el país en una ocasión, cuando se dudaba del euro y se tambaleaba el sector financiero a finales de 2011, según los números del Banco de España (ver gráfico).

Esta fuga de depósitos se ha desatado al igual entre familias (14.108 millones, un 1,4% menos) y empresas (13.544 millones, un 4,2% menos), y ha ido a parar a alternativas que han encontrado para poner en orden sus finanzas: a la deuda pública, mucho más rentable que el pasivo bancario; a los fondos de inversión a los que han empujado a sus clientes las entidades; y a amortizar créditos que cada vez salen más caros.

De este modo, las familias españolas han repagado 37.500 millones en hipotecas en los seis primeros meses del año, 7.000 millones más que en el mismo periodo de 2022. Entidades como Santander han advertido una aceleración en la amortización de créditos a tipo variable, con la que las familias han buscado suavizar la cuota que tendrán que hacer frente en los próximos meses con el euríbor en el 4%.

Junto a estos 7.000 millones de más amortizados, el dinero de las familias ha ido principalmente a deuda pública y a productos alternativos de ahorro. A letras y bonos del Tesoro se han destinado 13.500 millones hasta mayo, según datos de Economía, y los fondos de inversión registraron suscripciones netas por valor de 14.000 millones en el primer semestre, según Inverco. La inflación también explica en parte el descenso de los depósitos de la primera mitad del año.

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Esta tendencia se ha producido en un entorno en el que los bancos siguen sin remunerar (salvo excepciones) los depósitos. La mayor parte del pasivo de las familias sigue en cuentas a la vista que dan de media un 0,12%, mientras que apenas se retribuye a un 8% de los clientes con un 2,2%. En el caso de las empresas, hay 16 de cada 100 a las que ya se las está retribuyendo con un 2,75%.

De momento solo escapan a esta tendencia entidades como ING, Openbank, Cajamar y MyInvestor y grupos foráneos sin ficha bancaria española.

Ante esta situación, los banqueros no prevén cambios por el momento: "No pensamos que a corto plazo haya que remunerar los depósitos", expuso a finales de julio el consejero delegado de BBVA, Onur Genç.

Las entidades se escudan en que de momento les sigue sobrando liquidez y que los clientes tienen alternativas como los fondos y los seguros para extraer rentabilidad a su cartera. Esta estrategia hace que cada vez tengan más el foco sobre ellos, con la petición expresa que hizo la vicepresidenta Nadia Calviño de que Competencia (CNMC) les investigue por ello. En otros países como Reino Unido o Italia la presión está siendo incluso mayor.

Oposición bancaria

Las entidades financieras se oponen frontalmente a esta presión pública, con declaraciones como las que hizo la CEO de Bankinter, María Dolores Dancausa, hace algunas semanas: "Todo se perdona y comprende en elecciones, pero el tema de obligarnos a remunerar los depósitos, la propia ministra [Calviño] que es alta funcionaria europea, sabe que los precios de los productos están en el ámbito de decisiones de las empresas".

Por entidades, la mayor retirada de depósitos del año se ha producido en Santander España, que fue del 10%, según sus propias cifras. Desde el banco explicaron en el primer trimestre que se debió a movimientos principalmente en el negocio de empresas. Así, su evolución es estable frente a junio de 2022, por lo que todo indica que las empresas pidieron crédito para llenar la caja a finales del año pasado ante las incertidumbres, y lo han devuelto a comienzos de este.

Otro banco que ve también salir en torno a un 9% de los depósitos es Ibercaja, que en su presentación al mercado deja claro que el dinero se ha ido principalmente a fondos de inversión.

En el lado contrario destacan Cajamar, con un crecimiento del 5%, apoyado por su estrategia de sí remunerar los depósitos con una oferta al 3% TAE (Tasa Anual Equivalente); Abanca, que aumenta su pasivo en un 4% por la compra de Targobank; y Bankinter, con un 2% más.