La catalana Cementos Molins teme un freno de su sector por el bloqueo institucional

Cementos Molins teme una ralentización del sector cemento debido a la situación política que vive España. Según detalló el grupo a sus inversores la pasada semana, tras la celebración de los comicios, "el adelanto de las elecciones generales añadirá incertidumbre y ralentización en la toma de decisiones, afectando no solo a la licitación y ejecución de la obra pública sino también al consumo privado". En este sentido, la compañía añade que "las obras de edificación, tanto las residenciales como las no residenciales, viven una cierta ralentización debido a las elecciones municipales y generales, que retrasa la consecución de las licencias necesarias para construir".

Estas advertencias se producen después de que el sector cementero en su conjunto ya advirtiera de las consecuencias económicas de la coyuntura política antes de los comicios. "La evolución del semestre se ha cerrado con crecimiento cero, en línea con nuestras previsiones de inicio del año. La confluencia de tres procesos electorales, que finalizarán con la celebración de las elecciones generales este próximo domingo, es una circunstancia inusual que ha afectado, no solo a las inversiones en obra pública, sino también a nivel empresarial. Un entorno en el que la toma de decisiones ya se había ralentizado de por sí por la actual coyuntura internacional", indica el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.

La situación, si cabe, se ha visto agudizada en Cataluña. "En Cataluña, según Ciment Català, el consumo de cemento de enero a junio de 2023 ha descendido un 5,3%, con alternancia de crecimiento y reducciones durante el año, provocada por la falta de ejecución de las infraestructuras y edificaciones licitadas y los efectos de la huelga de transportistas del pasado año", expone a sus inversores la compañía presidida por Juan Molins Amat. Es decir, que la caída en Cataluña podía haber sido incluso superior, dado que en 2022 sufrió un bajón por la huelga de camioneros.

Las advertencias de Cementos Molins se producen después de que los resultados de las elecciones generales hayan dejado un panorama poco claro donde si el PSOE y Sumar no llegan a un acuerdo de investidura con los grupos independentistas catalanes y vascos, se podría llegar a una situación de bloqueo que provocara una repetición electoral, con lo que el efecto político podría intensificar la ralentización descrita por el sector cementero. En este sentido, los empresarios piden altura de miras y estabilidad tras el panorama político salido de las urnas.

La mayor incertidumbre a estas alturas se da respecto de si el actual Gobierno logrará convencer a Junts per Catalunya de que apoye la investidura de Pedro Sánchez, algo que por ahora está en el aire, ya que desde la formación independentista liderada por Carles Puigdemont están pidiendo amnistía y referéndum.

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Cementos Molins, originaria de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), donde fue alcalde Oriol Junqueras (ERC), está considerada una de las marcas industriales más relevantes de Cataluña. La compañía decidió trasladar su sede a Madrid tras la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017 por "la situación política y social que se vive en Cataluña y la inseguridad jurídica que ello provoca", según expuso a la CNMV.

La familia fundadora de Cementos Molins estuvo vinculada con la antigua Convergencia i Unió (CiU). Joaquim Molins Amat fue portavoz en el Congreso de los Diputados por CiU en sustitución de Miquel Roca, padre de la Constitución. Posteriormente, fue consejero de Política Territorial de la Generalitat, hasta 2001, muchos años antes de la deriva independentista de su partido. Casi seis años después del referéndum de independencia y la marcha a Waterloo de Puigdemont, Cementos Molins mantiene su sede en el paseo de la Castellana de Madrid.