Llauradó dimitirá de la junta del FC Barcelona tras disentir de la reforma del Camp Nou

Jordi Llauradó dejará la directiva del FC Barcelona. Formalizará su dimisión en la próxima reunión de la junta. Llauradó era el responsable del Espai Barça, el plan para reformar el Camp Nou que ha provocado diversos escándalos, desde la adjudicación a la empresa turca Limak, hasta la problemática financiación de 1.450 millones con Goldman Sachs. Jordi Llauradó ya había renunciado a dirigir el Espai Barça en enero del 2023, cuando las obras se adjudicaron por sorpresa a la constructora turca.

Jordi Llauradó es hijo de Jaume Llauradó, un constructor histórico ya fallecido que aspiró a la presidencia del club y que llegó a ser vicepresidente con Joan Gaspart. Representa un barcelonismo histórico muy vinculado a lo sentimental pero también respetuoso con el socio y con la responsabilidad de la junta ante la masa social del club, lo que contrasta con la manera personalista de llevar los negocios del club por parte de Joan Laporta.

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Llauradó se apartó de la junta cuando la adjudicación de Limak se llevó a cabo sin su conocimiento. El día que tenía que aprobarse en junta se ausentó. El día de la votación de la financiación, Jordi Llauradó, que ahora dirige el negocio constructor de su padre, se abstuvo. Ese día Laporta explicó a la junta que el tipo de interés medio de la financiación por valor de 1.450 millones sería del 5,5%. Proyectó una diapositiva de un powerpoint. Este fin de semana El Confidencial ha desvelado que en realidad el 70% de la deuda asumida tendrá un precio superior al 7%. Llauradó discrepa de la junta tanto del modo en que se ha adjudicado la obra como el modo en que se ha llevado a cabo la financiación.

Desde que en enero Llauradó dejó la dirección del Espai Barça, el directivo ha mantenido un leal silencio. No abrió la boca por el “caso Negreira”. Pero marcó distancias y tampoco estuvo en el acto de primera piedra del nuevo campo que se marcó Joan Laporta esta semana. Había disidencia pero era elegante. Pero al final la situación no ha sido sostenible y Llauradó ha optado por marcharse.

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Hoy mismo se ha sabido que los inspectores de la UEFA abogan por sancionar al FC Barcelona por el caso Negreira. Se da la circunstancia que Goldman Sachs y los tenedores finales de la deuda de 1.450 millones para reformar el estadio se han asegurado crear una nueva calificación de riesgo denominada “Situación Arbitral” que implica un seguimiento del “caso Negreira” y que incrementará los costes de la financiación en caso de una evolución negativa del mismo tanto judicial como deportiva.

Reguero de marchas

Laporta se va quedando solo. Primero le dejó Jaume Giró, que iba a ser su vicepresidente económico. Luego se Ferran Reverter, el consejero delegado, harto de las interferencias de Laporta en su ámbito de decisión de gestión.

Antes ya había dimitido el directivo empresarial Jaume Llopis, que era asesor del Espai Barça y que ahora se ha convertido en el principal representante de la oposición al laportismo.

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En junio de ese año, renunció Ramón Ramírez, director del Espai Barça. Ramírez había sido debilitado cuando Laporta colocó a Joan Sentelles —proveniente de la ruina del Reus— como director de operaciones y fichó a Àlex Barbany como director comercial del proyecto. En la práctica, su cargo había quedado vacío de contenido hacía meses.

El final de Llauradó es sólo uno más de los marchas de directivos alrededor de la reforma del Camp Nou, la obra privada más importante que se ha adjudicado este año en España. Sólo que él es miembro de la junta directiva, una junta que tiene responsabilidad colegiada sobre todo lo que decide el club.