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El origen del recelo del BCE con Menéndez: se opuso a que fuera CEO de Unicaja
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CRISIS DE GOBERNANZA

El origen del recelo del BCE con Menéndez: se opuso a que fuera CEO de Unicaja

Fue uno de los motivos de que la fusión descarrilara en su primer intento de 2019. Cuatro años después, el mercado descuenta la salida del banquero asturiano en el corto plazo

Foto: Manuel Menéndez, consejero delegado de Unicaja Banco. (EFE/Javier Lizón)
Manuel Menéndez, consejero delegado de Unicaja Banco. (EFE/Javier Lizón)
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El Banco Central Europeo (BCE) tenía claras las posibles dificultades de gobernanza que podrían tener Unicaja Banco y Liberbank desde mucho antes de su fusión. El supervisor europeo dejó patente su posición entre 2018 y 2019, cuando descarriló el primer intento de unirse de estas dos entidades: el nuevo proyecto no debía ser liderado por el primer ejecutivo de la entidad débil y absorbida, en este caso, el asturiano Manuel Menéndez, según fuentes supervisoras consultadas por El Confidencial. Ni el supervisor ni Unicaja Banco hicieron comentarios al respecto.

Así lo defendió el entonces responsable máximo de su supervisión, el director general del BCE, Ramón Quintana. El exdirectivo del Banco de España, español y buen conocedor de nuestras entidades, abogaba por la llegada de un nuevo CEO al grupo distinto de los existentes y una presidencia ejecutiva puente.

Foto: Fachada de la sede de Unicaja Banco. (EFE/Jorge Zapata)

Esta recomendación y la petición de una ampliación de capital fueron el motivo de que las negociaciones entre el banco malagueño y Liberbank se truncaran a mediados de 2019, marcaron las que tuvieron lugar a finales de 2020 y explican, en parte, la irregular situación que se ha dado en el consejo de Unicaja Banco desde que estas dos entidades son solo un grupo, a finales de julio de 2021. Cuatro años después, el ex-CEO de Liberbank tiene un futuro complicado, considerando los episodios vividos respecto a gobernanza, los incumplimientos de pactos de fusión y los cambios en el consejo que ha liderado la nueva Fundación Unicaja.

El puesto de primer ejecutivo ha estado tras el tira y afloja que ha habido entre las dos entidades desde un primer momento. En 2019, con las primeras negociaciones, Menéndez se negó a ceder su silla, según dichas fuentes supervisoras. Y a finales de 2020 ganó el pulso, con apoyo del entonces presidente de la fundación malagueña, Braulio Medel, para, tras un periodo de transición, mantenerse como CEO en la entidad fusionada, con condicionantes.

placeholder Manuel Azuaga (i), presidente de Unicaja Banco, Manuel Menéndez (c), CEO de Unicaja, y Braulio Medel (d), expresidente de la Fundación Unicaja. (EC)
Manuel Azuaga (i), presidente de Unicaja Banco, Manuel Menéndez (c), CEO de Unicaja, y Braulio Medel (d), expresidente de la Fundación Unicaja. (EC)

Así, Unicaja Banco y Liberbank cedieron a la presión de los supervisores para cerrar su fusión con una patada hacia delante en gobernanza: Manuel Azuaga sería presidente ejecutivo hasta mediados de 2023, momento en el que cederá sus funciones ejecutivas, y Menéndez, el consejero delegado hasta la misma fecha, cuando tiene que ser reevaluado para ver si se mantiene como primer ejecutivo del banco a futuro. Las fuentes consultadas sostienen que la insistencia de los supervisores en que la operación llegara a buen puerto se debió en parte al temor a los resultados que iba a tener Liberbank en los test de estrés europeos de 2021.

El banquero asturiano ha tenido el toro cogido por los cuernos desde entonces hasta hace relativamente poco. El apoyo de los cinco consejeros con los que desembarcó en Unicaja y de tres de los cuatro controlados por Medel de la Fundación Unicaja le valió para hacerse con el control en el banco malagueño y poder modificar desde el primer consejo el reparto de funciones y responsabilidades que aprobaron los accionistas. Este apoyo del banquero sevillano, en contradicción con el proyecto que se aprobó por la fundación, llegó a espaldas del patronato de la institución que presidía, lo que le supuso muchas críticas.

El volantazo

Por ello, la salida de Medel de la fundación el año pasado ha dado un vuelco a la situación, con la destitución de sus dominicales en el banco, que Manuel Muela, Petra Mateos y Teresa Sáez han intentado maquillar como dimisiones en la última semana. A esto se suma la dimisión de uno de los cinco consejeros que llegaron de la mano de Menéndez, la independiente María Garaña.

A falta de lo que ocurra en los próximos meses, la Fundación Bancaria Unicaja recuperará su peso específico en el consejo del banco, que decidirá quién es el CEO del futuro de la entidad, haciendo valer su 30% e influencia, tan significativa como la de La Caixa en CaixaBank, que pocos se atreven a discutir.

placeholder Manuel Azuaga (i) y Manuel Menéndez (d), presidente y consejero delegado de Unicaja Banco.
Manuel Azuaga (i) y Manuel Menéndez (d), presidente y consejero delegado de Unicaja Banco.

Ante este panorama, el bloque asturiano está apostando por unas últimas jugadas: generar ruido mediático que cambie la situación y presionar para que Azuaga tenga que dejar la entidad por la necesidad de que entren más independientes, es decir, descabezar el consejo e intentar pescar en río revuelto.

A esta situación de debilidad de Menéndez se suma su mala reputación en el BCE y el Banco de España, condicionada por diversos choques cuando era CEO de Liberbank, la gestión del EPA de activos de CCM y por el hecho de que ocultara una inspección con impacto relevante en sus negociaciones con Unicaja. Algo que podría haber tumbado la fusión de no ser por el inquebrantable respaldo de Medel al asturiano.

En este entorno, el consejo de Unicaja Banco decidirá en los próximos seis meses quién manda en el grupo a futuro. El BCE acertó en 2019 al predecir que una gobernanza contra natura podría generar problemas. En julio, se sabrá quién gana el pulso y si el supervisor vuelve a tener la razón.

El Banco Central Europeo (BCE) tenía claras las posibles dificultades de gobernanza que podrían tener Unicaja Banco y Liberbank desde mucho antes de su fusión. El supervisor europeo dejó patente su posición entre 2018 y 2019, cuando descarriló el primer intento de unirse de estas dos entidades: el nuevo proyecto no debía ser liderado por el primer ejecutivo de la entidad débil y absorbida, en este caso, el asturiano Manuel Menéndez, según fuentes supervisoras consultadas por El Confidencial. Ni el supervisor ni Unicaja Banco hicieron comentarios al respecto.

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