El Corte Inglés bate récord en Navidad y rebajas pese al apocalipsis económico

El Corte Inglés ha dado por superada oficialmente la pandemia después de celebrar por todo lo alto la primera Navidad sin efectos secundarios, como ocurrió en la de 2021 con la variante ómicron. Según fuentes próximas al grupo de grandes almacenes, pese a los anuncios reiterados de crisis o apocalipsis económico, las ventas del periodo navideño, en que el holding se juega cerca del 40% del beneficio de explotación, crecieron un 7% respecto al ejercicio precedente y fueron incluso ligeramente superiores a las de 2019, el último año previo al covid.

Según estas fuentes, El Corte Inglés no había registrado un incremento similar de la facturación desde hacía más de una década, en los años de la bonanza económica, anterior a la crisis financiera de 2008, cuando el consumo era alimentado por una financiación sin fin por parte de la banca. Un importe que hubiera sido mejor si los clientes asiáticos, principalmente los chinos, que compran los productos de lujo con más margen, no hubieran estado todavía confinados.

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Fuentes internas de El Corte Inglés indican que estas buenas cifras son también el resultado de la inversión acometida en los principales centros comerciales del grupo, como el del paseo de la Castellana, Puerta del Sol o Pozuelo de Alarcón, en Madrid, donde se han transformado la oferta textil y, sobre todo, la restauración. La zona denominada gourmet, con márgenes de más del 15%, ha sido todo un éxito para la casa, que ha logrado este crecimiento pese al cierre de algunas tiendas en ciudades donde no eran rentables.

No obstante, la cifra se compara con la Navidad de 2021, que estuvo afectada parcialmente por el rebrote del virus en la parte final del año a causa de la mutación ómicron. Por lo que en El Corte Inglés prefieren ser prudentes. Especialmente porque esta mejora de las ventas se ve eclipsada en parte por el aumento de los costes energéticos, que el pasado año se tradujo en una factura extraordinaria de 150 millones contra la cuenta de resultados.

Las rebajas también han tenido un comportamiento muy superior a la media. Según otras fuentes, las dos primeras posteriores a Reyes, las ventas han aumentado en casi un 10% respecto a enero de 2021 y han superado las cifras de la primera quincena de 2020, cuando el covid todavía no había irrumpido en la sociedad. Se trata también del mayor incremento de la cifra de negocio desde la crisis financiera provocada por la burbuja inmobiliaria.

Esta evolución de las ventas, que la semana del Black Friday ya había mostrado sus primeras señales positivas, con una mejora de más del 4%, supone dar por superado el impacto de la pandemia y encaminar El Corte Inglés a un beneficio al cierre del ejercicio (el próximo 28 de febrero) superior a los 120 millones de euros obtenidos el pasado año, pese a la mayor factura eléctrica.

Si no se tuercen las cuentas, y gracias a la recuperación significativa del área de viajes, ya plenamente operativa, el grupo registrará un beneficio operativo o ebitda próximo a los 1.000 millones, similar al obtenido en 2019, año en que el resultado neto fue de 310 millones. De los 15.000 millones de facturación que genera el holding en un año normal, más de 6.000 millones los registra entre Black Friday, Navidad y las rebajas.

Nóminas y plan de ajuste

Sin embargo, El Corte Inglés se enfrenta de nuevo a otro problema adicional a corto plazo. Se trata de la petición de los sindicatos de aumentar un 18% los salarios entre 2023 y 2027, para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo de la plantilla por la inflación. Un incremento salarial anual de casi 100 millones que golpearía las cuentas del holding, que emplea a cerca de 80.000 trabajadores, y que se comería parte del margen de las ventas. Los gastos anuales de personal ascienden a 2.139 millones.

Según fuentes próximas al grupo de grandes almacenes, El Corte Inglés ha encargado a Accenture el diseño de un plan estratégico para reducir los costes estructurales con el objetivo de mejorar la eficiencia y los márgenes. El objetivo es robotizar determinadas tareas que hasta la fecha son realizadas por personas, especialmente en el área de logística y atención al cliente, para adaptar la maquinaria a las nuevas exigencias de los consumidores, que demandan más producto con menor tiempo de entrega en el caso de las ventas digitales.