Domingo Mirón (Accenture): “Cada empresa debe plantearse a qué innovación renuncia por no tener talento diverso”
Impulsando el talento
Por EC BrandsHay muchas formas de imaginarse el futuro del empleo, pero para ello tiene que haber, entre otras cosas, un acuerdo en torno a un eje esencial: el generacional. ¿Pueden pensar lo mismo un presidente que una persona al principio de su carrera profesional?
Para comprobarlo hemos reunido en Castellana 85 a dos de estos perfiles. A un lado del sofá, Domingo Mirón, presidente de Accenture en España, Portugal e Israel; al otro, Lucía Gandarillas, consultora del sector público en la misma compañía. Ambos han charlado sobre el teletrabajo, la flexibilidad, las tecnologías y otros aspectos que afectarán de manera directa al empleo a corto, medio y largo plazo. Esto es lo que nos han contado.
¿Teletrabajo? Mejor un modelo híbrido
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 5,8% de los españoles teletrabaja ocasionalmente y el 9,5% lo hace la mitad de los días, mientras que el 83,9% no lo hace nunca. ¿Continuará siendo así? El informe Experiencias Omniconectadas: reimaginando el futuro del trabajo elaborado por Accenture apunta que el 53% de las empresas a nivel mundial ha colocado su modelo de trabajo, sea cual sea, dentro de su estrategia.
Domingo Mirón reconoce el carácter reciente de esta tendencia: “Cuando comencé mi carrera en Accenture hace algo más de tres décadas, la capacidad de relacionarnos con compañeros fuera del entorno físico era casi anecdótica”. En su opinión, la clave estará en la mezcla, al menos: “Hay cosas de la pandemia que no se van a marchar. El modelo de flexibilidad responsable, en el que dependiendo del momento y las circunstancias se opta por el trabajo presencial o el remoto, ha llegado para quedarse”, apunta. “No es fruto de una coyuntura, sino un cambio estructural en el trabajo. La pandemia solo lo ha acelerado”.
El aumento del teletrabajo “no es fruto de una coyuntura, sino un cambio estructural en el trabajo. La pandemia solo lo ha acelerado”
Y es que “el modelo híbrido funciona muy bien”, añade Gandarillas. “Para pensar con tu equipo o tener ideas, lo presencial te ayuda; pero hay otras tareas para las que no es necesario estar presencialmente en ningún sitio, y puedes trabajar desde un entorno en el que tienes más capacidad de reflexionar”.
Tecnologías e innovación: el poder del dato
Todos somos conscientes de que la tecnología ha evolucionado mucho en las últimas décadas, pero a veces un ejemplo sirve para calibrar dicha evolución. Cuando Domingo Mirón comenzó a trabajar, la tecnología predominante era el fax. A día de hoy, trabajar con Internet of Things (IoT), big data, inteligencia artificial, ‘blockchain’ o el metaverso es algo totalmente habitual entre la generación de Lucía Gandarillas. Estas tecnologías influyen tanto en la forma de trabajar como en el propio negocio, pero ¿a cuáles se les puede sacar más partido y cuáles serán más determinantes en el futuro?
Gandarillas, por su especialización, tiene claras sus predilectas: “A mí me parece clave la tecnología que tiene que ver con el uso y la explotación de los datos, o sea, el big data, IA y demás. Trabajo para el sector público y creo que tienen mucho potencial para mejorar los servicios. Por ejemplo, en la Seguridad Social hemos hecho un proyecto de analítica avanzada en el que somos capaces de prevenir el fraude antes de que este suceda, ayudando a los empleados públicos a que puedan investigarlo”.
Otro ejemplo se sitúa en el Metro de Madrid, donde Gandarillas nos cuenta que se ha partido del análisis de datos “para optimizar las temperaturas, algo que además está relacionado con la sostenibilidad y con el mejor uso de los recursos”. Para Mirón, el verdadero potencial de estas tecnologías está precisamente en su combinación: “Cuando miro qué estamos haciendo de innovador, veo realidad aumentada, inteligencia artificial, diseño de experiencia de cliente basado en datos... Hay muchísimas tecnologías que, combinadas, generan una oportunidad muy relevante”.
Talento y diversidad: cuantos más (y más variados), mejor
El empleo del futuro necesita profesionales del futuro. La proliferación de las tecnologías abre dos nuevos debates que también son interesantes: por un lado, la del talento que debe trabajar con esa tecnología; y por otro, la de la multiplicidad de perfiles que necesitan las empresas para adaptarse a tecnologías tan variadas. “En nuestra actividad y la de nuestros clientes hay una falta de talento y de profesionales”, apunta Mirón. Por lo tanto, “en un entorno de escasez de talento en determinadas áreas de conocimiento, las empresas que provean del modelo de trabajo más adecuado para los profesionales que buscan tendrán más éxito en talento. Y tener más éxito en talento es tener mayor éxito también en resultados de negocio”, comenta convencido.
“Cada compañía debería preguntarse a qué diversidad e innovación está renunciando por el hecho de poner límites al tipo de perfiles que quiere tener”
En este punto, la diversidad, aseguran, tampoco es negociable. Para Gandarillas, “es importante sentar en una mesa a gente de diferentes perfiles, ya que podrán diseñar esa tecnología pensando en los usuarios y en sus necesidades”. Mirón va más allá y vincula el futuro de muchas compañías a dicha apuesta, ya que “renunciar a talento por no ser suficientemente diverso me parece bastante pobre. Cada compañía debería preguntarse a qué diversidad e innovación está renunciando por el hecho de poner límites al tipo de perfiles que quiere tener dentro de la compañía. Me parece una riqueza que añade mucho valor”.
Lo que demandan las empresas…
En un entorno cambiante, las necesidades de las empresas a corto, medio y largo plazo también van a cambiar. La pandemia no ha hecho más que acelerar una serie de necesidades que las compañías ya tenían desde hace años, sobre todo las enfocadas al reciclaje profesional, la formación continua y el modelo de trabajo. ¿Y qué es lo que buscan ahora las empresas entre sus perfiles? El presidente de Accenture en España, Portugal e Israel señala en dos direcciones. Por un lado, las habilidades duras o ‘hard skills’, que giran en torno a “competencias alrededor de la ciberseguridad, el ‘cloud’, datos y su analítica y, sobre todo, la necesidad de formarse continuamente”. De hecho, hace años que la firma ofrece a sus empleados continuos cursos de formación en varias de estas tecnologías.
Por otro lado, las habilidades blandas o ‘soft skills’, que demostrarán que los empleados tienen “competencias interpersonales, ganas de aprender, capacidad de innovar y de colaborar en equipo, etc. Estos son los dos tipos de capacidades que estamos pidiendo a las personas que se incorporan en Accenture”.
… y lo que demandan los profesionales
Está claro que las empresas demandan una serie de requisitos, pero ¿qué pasa con los profesionales? La pandemia ya hizo que muchas personas se replantearan si su trabajo merecía realmente la pena, así que, en un pretendido equilibrio de fuerzas, muchos empleados se han vuelto más exigentes a la hora de elegir dónde trabajar, y esta tendencia parece consolidarse de cara al empleo del futuro. Para Gandarillas es esencial que una empresa le ofrezca cierta “capacidad de autogestionarte, de fijar tus propios objetivos, de organizar tu trabajo”, No consiste en “cumplir las normas de un supervisor”, sino en que este “confíe en ti para que puedas gestionar tu trabajo”.
Además, cree que los jóvenes profesionales necesitan “encontrar algo que te genere un sentimiento de pertenencia y un propósito. Que veas que lo que haces tiene impacto”. Y es que “el trabajo son muchas horas de vida, hemos dejado de verlo simplemente como una fuente de generar ingresos”. En dicha huella incide también Mirón: "Yo mismo he sido testigo en primera persona en mi trayectoria profesional, participando en proyectos que generan un impacto a nivel global; y esto genera una satisfacción inmensa". Además, con el tiempo todo esto ha ido evolucionando, ya que "ahora contamos con una arquitectura de innovación que nos permite cubrir todo el ciclo del proceso, desde la ideación a la industrialización". Por poner cifras a esta apuesta, "en 2021, invertimos 7,6 millones de euros (directa e indirectamente) y cerca de 3.700 profesionales en proyectos de I+D+i".
Las visiones de Domingo Mirón y Lucía Gandarillas, en definitiva, son las de dos generaciones que, aunque diferentes en su origen, luchan por dibujar el futuro del empleo. Un futuro en el que el trabajo será híbrido, la tecnología un componente esencial para innovar, la diversidad un requisito imprescindible de los equipos y las ‘soft skills’, la flexibilidad y la formación un punto de encuentro entre empresas y profesionales. Todo ello en un entorno laboral que a corto, medio y largo plazo va a cambiar. Y mucho.