Jaime Echegoyen, in memoriam

Me pongo a escribir desde una profundísima tristeza y con un sentimiento ineludible de obligación hacia alguien que ha sido una persona fundamental, una referencia en toda la extensión de la palabra, en mi vida profesional y en lo personal.

Conocí a Jaime antes de incorporarme a Bankinter, en los que eran mis primeros años laborales, y desde ese momento tuve la percepción de que Jaime no era uno más. Jaime marcaba estilo, por decirlo de alguna manera. Era una persona, un profesional, que inmediatamente llamaba la atención por su forma de ser, de presentarse, de comunicar, de hablar. Despertaba sentimientos de cercanía y admiración, donde muchos nos gustaba vernos reflejados como el tipo de personalidad donde a uno le gustaría proyectarse.

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Al cabo del tiempo tuve la enorme suerte de incorporarme a Bankinter, con Jaime como Director de Tesorería y Mercado de Capitales, y una clara referencia dentro de la entidad. No en vano era "su casa", la que más se identificaba con su estilo y sus valores. Dentro del banco crecí y evolucioné a su vera, ya que de manera bastante directa, mi carrera dependió de sus decisiones. No puedo negar que, en todos esos años, era bastante el espejo en el que tendía a reflejarme. Ya no solo por el desarrollo profesional, sus conocimientos, criterio, prestigio, sino, sobre todo, por una forma de ser, cercana, amable, sencilla, gran conversador y enorme "escuchador", receptivo, divertido, inspirador, extraordinariamente leal con su gente y con sus creencias y convicciones, y, por encima de todo, absolutamente íntegro. Si llegó a liderar el banco es porque todo el equipo de Bankinter reconocíamos y disfrutábamos de tener a Jaime como jefe. Nos reconocíamos en él.

En sus posteriores posiciones en Barclays, Sareb y en sus últimos proyectos, me consta que siguió dejando esa huella de elegancia, honestidad y discreción que han sido su "marca de la casa",

A Jaime se le ha achacado muchas veces el haber sido demasiado poco autoritario, condescendiente con determinadas actitudes. Demasiado "buena persona" en una palabra. Cada cual tiene un estilo de liderazgo, y en ello va el rastro que dejas, de éxito, pero también de ejemplaridad y rechazo, de afectos y desprecio, de humildad y vanidad. La medida de una persona es el recuerdo que dejas. Y creo que en el caso de Jaime somos legión los que le vamos a echar mucho de menos, los que nos sentimos identificados con su forma de ser, los que agradecemos a la vida el haber podido trabajar y estar cerca de él, y que, cuando hablemos de Jaime, nos dará una pena infinita que no esté entre nosotros. Se ha ido con la misma elegancia y discreción de la que, no ha hecho gala, pero ha demostrado en su vida. Has sido para muchos un enorme ejemplo, te recordaremos siempre.

*David Pérez Renovales es el director general Financiero del Grupo MásMóvil