Florentino, Fainé, Feijóo, Robles y Almeida: el abogado de pueblo que reúne a la élite

En medio de tanta visceralidad política, ruido social y enemistad empresarial, poca gente tiene la virtud de poder reunir en una tarde lluviosa de Madrid a empresarios, jueces, fiscales y, por supuesto, a dos de los líderes de los dos principales partidos políticos. Lo consiguió el lunes Manuel Medina González, 78 años, abogado de profesión, que convocó en el Hotel Intercontinental a un numeroso público de todos los colores ideológicos, incluidos exministros, sindicalistas y los ilustres clientes Ibex 35 del bufete.

Manuel Medina presentó su nuevo libro, Pasión por vivir, en el que describe a través de la boca de su hermana la vida en su pueblo, Villacarillo, en la provincia de Jaén. Una obra, la décima de su colección, editada por Plaza & Janés (Penguin Random House), cuyo lanzamiento tuvo como anfitriones a Alberto Núñez Feijóo y a Margarita Robles.

El líder del Partido Popular presentó el acto acompañado de la ministra de Defensa, que ha prologado el libro por la cercanía con los Medina. Una familia que empezó en el negocio de recobros de impagos en Andalucía, cuando el abogado y su mujer trabajaban para el Banco Central Hispano, absorbido después por Banco Santander. “No vengo como ministra, sino como amiga de los Medina”, dijo la responsable de la seguridad nacional, a la que Feijóo aseguró que había confiado “su defensa de los ataques del Gobierno”. Hubo fair play y cordialidad, nada que ver con los navajazos dialécticos mañaneros entre Félix Bolaños e Isabel Díaz Ayuso.

Según fuentes financieras, Feijóo, tras un día intenso de declaraciones por las maniobras de la Moncloa relativas a los delitos de sedición y malversación, hizo los honores porque Medina le ha ayudado a conectar con la sociedad influyente madrileña, un público objetivo que el presidente del PP no se había trabajado a fondo con antelación. Más allá de Amancio Ortega (Inditex) y alguna visita a los astilleros, el líder de los conservadores había limitado su perímetro de influencia a Galicia, sin tener necesidad de conectar con el Ibex 35.

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En el Intercontinental, Feijóo pudo saludar a Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid, y a Isidre Fainé, factótum de La Caixa, que tuvo que marcharse con rapidez, ambos clientes asiduos de Manuel Medina. También acudieron al evento Juan Antonio Alcaraz, director general de CaixaBank, y Ernesto Mata, presidente del consejo asesor de KPMG, de la firma de cazatalentos Seeliger y Conde, así como consejero de Abertis y Applus, entre otras sociedades.

Fuentes financieras aseguran que no se perdieron la presentación Ángel Corcóstegui, fundador de Magnun Industrial Capital Partners, y Javier de Jaime, primer ejecutivo de CVC Capital Partners, el fondo de capital riesgo con más influencia en la City madrileña, con posiciones relevantes en Naturgy, Deoleo, MásMóvil y Cortefiel, ahora en la diana de Florentino Pérez por su millonario acuerdo con LaLiga de su archienemigo Javier Tebas. Un sector, el del fútbol, que asimismo estuvo representado por Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid.

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El poder judicial asistió en masa, con la presencia destacada de Dolores Delgado, ex fiscal general del Estado, y su pareja, el exjuez Baltasar Garzón. No faltaron tampoco Alfonso Guevara, presidente de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, fiscal de Sala del Tribunal Supremo, Santiago Pedraz, magistrado de la Audiencia Nacional, y Enrique López, consejero de Presidencia, Interior y Justicia de la Comunidad de Madrid.

La capacidad de convocatoria de Manuel Medina fue tal que allí se dejaron ver tanto el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, asiduo de las comidas con Medina, como el exministro de Transportes José Luis Ábalos y el exsecretario de UGT Cándido Méndez. No faltaron ni el alcalde de Villacarillo, Francisco Miralles, ni el periodista y showman Pedro Ruiz. Todos se llevaron como obsequio una botella de aceite de la tierra del abogado, que relata en el libro las miserias de una época en que comer y vestirse era un lujo.