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El crédito se encarece ya a un ritmo histórico y aún no ha golpeado el impuesto a la banca
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MÁXIMOS EN SIETE AÑOS

El crédito se encarece ya a un ritmo histórico y aún no ha golpeado el impuesto a la banca

Las entidades cobraron de media un 3,2% por sus nuevos créditos en septiembre, cerca del doble que el año pasado. El BCE ve inevitable un encarecimiento adicional por el impuesto

Foto: Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)
Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)
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El nuevo crédito se encarece a un ritmo récord y podría hacerlo más como consecuencia del impuesto a la banca. Así se desprende de los últimos datos y del dictamen del Banco Central Europeo (BCE) sobre el tributo, que cuestiona abiertamente que las entidades no puedan trasladar su coste a los clientes.

Solo entre finales de 2021 y septiembre de este año, el precio medio de los nuevos créditos se disparó un 77%, pasando del 1,8% al 3,2%. El mayor salto se dio en septiembre, cuando este coste se desbocó siete décimas, desde el 2,5%, coincidiendo con el mayor repunte en los últimos meses del euríbor. Los mayores encarecimientos se han producido en el crédito a empresas (+77%), sobre todo a las grandes, en los préstamos preconcedidos (+66%) y en las hipotecas (+57%).

Estos mayores precios no han tenido, de momento, impacto en los volúmenes de financiación de la banca a las familias y las empresas, a pesar de lo que reflejaba la última encuesta del Banco de España y han señalado algunos banqueros en la última ronda de presentaciones.

De este modo, los bancos dieron préstamos por valor de 36.677 millones en septiembre, en línea con la media del año y un 20% más que en el mismo mes de 2021. El repunte ha sido generalizado por tipos de créditos: se dieron un 6% más de hipotecas frente a septiembre de hace un año, un 12% más de créditos al consumo y en torno a un 25% más de créditos a empresas.

Riesgos

Sin embargo, el dictamen del BCE sobre el impuesto a la banca alerta de un riesgo tanto de que se cierre el grifo del crédito como que se encarezca. Así, avisa de que, si el impuesto resta solvencia a los bancos, "limitarán su capacidad de conceder crédito, empujándolas a ofrecer condiciones menos favorables a los clientes al conceder préstamos y otros servicios".

Todo ello, añade el supervisor, "podría afectar negativamente al crecimiento económico real". Por ello, la institución presidida por Christine Lagarde pide al Gobierno "un examen exhaustivo" de las consecuencias del impuesto antes de su aprobación. Algo que el propio Ejecutivo ninguneó apenas unos minutos después de que se hiciera público el dictamen: "Se trata de consideraciones relevantes para cualquier impuesto de este tipo que se pueda desarrollar en otro país. Todas estas consideraciones fueron tenidas en cuenta por el Gobierno antes de hacer la propuesta".

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, y el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. (EFE Paolo Aguilar)

Al margen de estas discrepancias, uno de los principales puntos de debate entre el BCE y el Gobierno es sobre si los bancos pueden y deben trasladar el coste del impuesto a sus clientes. El supervisor responde afirmativamente a ambas preguntas, aunque deja la decisión última en el Gobierno. Aunque advierte de que, por mucho que intente controlarlo, podría ser imposible.

"Habida cuenta de todas las circunstancias diferentes que pueden provocar un incremento de los precios en el contexto actual de subidas de los tipos de interés, inflación o deterioro de las primas de riesgo, parece difícil diferenciar si el gravamen temporal se trasladaría de forma efectiva a los clientes o no", expone el dictamen. Por ello, el BCE señala que esta disposición de la proposición de ley "podría generar incertidumbre, así como riesgos operativos y de reputación conexos para dichas entidades".

De este modo, la institución europea ve motivos más que de sobra para que el impuesto acabe trasladándose al coste del crédito, algo que también podría ocurrir por la desaceleración económica y la subida de los tipos. Está por ver si el Gobierno decide suavizar el impuesto para no echar más leña a este fuego.

El nuevo crédito se encarece a un ritmo récord y podría hacerlo más como consecuencia del impuesto a la banca. Así se desprende de los últimos datos y del dictamen del Banco Central Europeo (BCE) sobre el tributo, que cuestiona abiertamente que las entidades no puedan trasladar su coste a los clientes.

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