Sevilla, Athletic Club y Almería: ya conoces el logo pero, ¿quién es Castore?

La primera vez que apareció el logo alado de Castore en el deporte profesional fue de la mano (y raqueta) de Andy Murray. Era el año 2019, la compañía apenas tenía un lustro de vida y aún era una gran desconocida para el consumidor. Como lo es aún para gran parte del aficionado español, a quien espera conquistar del mismo modo que la mayoría de nuevas marcas que buscan abrir un mercado: el fútbol. La compañía inglesa, que recientemente ha sido valorada en 860 millones de euros, ha firmado este año con Sevilla FC y UD Almería y ya tiene atado al Athletic Club para 2022-2023. Pero, ¿quién hay detrás de Castore?

La compañía fue fundada en 2015 por los hermanos Tom y Phil Beahon a los 25 y 22 años, respectivamente. Ambos dejaron sus carreras como deportistas y empezaron a trabajar en Lloyds Bank y Deloitte para financiar su proyecto empresarial y llegar a inversores. La marca fue lanzada online en 2016 y en 2019, antes de iniciar su rally de patrocinios, ya facturaba 12,5 millones de libras (14,3 millones de euros).

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Un año antes sus ventas eran de solo 2,7 millones de libras (3,1 millones de euros), pero tras firmar su primer patrocinio con Andy Murray, que también entró como inversor, su negocio despegó. Fue justo antes, en 2018, cuando cerró su primera gran ronda de financiación, de 3,2 millones de libras (3,7 millones de euros). Los fondos se utilizaron para expandirse en Asia y Estados Unidos.

En 2020, justo antes de la llegada de la pandemia, cerró otra ronda de 7,5 millones de libras (8,6 millones de euros) en la que entraron inversores como Peter Roberts y Brian Scurrah, fundadores del gigante del fitness Pure Gym, o Tom Singh, fundador de New Look. El objetivo: entrar de lleno en el fútbol como socio técnico de clubes de distintas ligas. Fue entonces cuando firmó con el Rangers escocés su mayor contrato, por 25 millones de libras en cinco años.

Un año más tarde, los hermanos multimillonarios Mohsin y Zuber Isssa se convirtieron en uno de los accionistas de referencia de la compañía, en una ronda de la que tampoco se desvelaron detalles económicos. Los hermanos Beahon, eso sí, mantenían el control con un 57% de las acciones.

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Las previsiones de Castore hablaban de alcanzar una facturación de 100 millones de libras en 2021 (115 millones de euros). Las últimas cuentas publicadas en el Registro Mercantil británico la semana pasada hablan de unos ingresos muy inferiores, de 48,8 millones de libras (56 millones de euros). Aun así, fue el triple que el año anterior. Incluso, se planteó una posible salida a Bolsa que, de momento, no se ha materializado.

Los fondos y el crecimiento orgánico de Castore permitieron más movimientos en materia de patrocinio. En mayo de 2021 firmó un acuerdo multianual con McLaren, otro con el Wolverhampton de la Premier League por un millón anual, con los Saracens de la Premiership Rugby y el Newcastle por cinco millones de libras anuales. Ese mismo año se haría con las selecciones de críquet de Inglaterra y Wales por diez años y el Team Bahrain de ciclismo, entre otras organizaciones.

La compañía solo estaba preparando el terreno para su gran salto en 2022. El pasado mes de septiembre cerró una nueva ronda de 50 millones de libras (57,4 millones de euros) liderada por gigantes como HSBC, BNP Paribas y Silicon Valley Bank. En paralelo logró una línea de crédito adicional de 75 millones de libras (86 millones de euros) con sus tres socios bancarios con un plazo de vencimiento de cuatro años.

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La valoración de la compañía alcanzó los 750 millones de libras (862 millones de euros) tras esta operación. Es la que le ha permitido tener fondos suficientes para financiar su expansión internacional en el retail y en la firma de más patrocinios. En el mismo verano ha cerrado al Sevilla FC y la UD Almería en LaLiga, la federación de rugby de Samoa y Estados Unidos, el nadador Adam Peaty y otros clubes de fútbol como el Niza, Bayern Leverkusen, Aston Villa y Genoa.

El rally no acaba ahí, ya que de cara a 2023 ya tiene firmados más contratos. El principal, el de la escudería Red Bull, con el doble campeón Max Verstappen, relevando a Puma. También con el Feyenoord holandés y con el Athletic Club, cogiendo el testigo de Kappa en un contrato que la anterior junta de Aitor Elizegi ya había dejado atado para dar más seguridad económica en la transición de poder.

Según sus fundadores, Castore prevé unos ingresos de 200 millones de libras (230 millones de euros) en 2022, con un ebitda positivo de 20 millones de libras (23 millones de euros). No se conoce aún cuál es su inversión anual en patrocinio ni su composición accionarial actual tras las últimas dos rondas. Antes de la entrada de los hermanos Issa en 2021 contaba con 33 accionistas liderados por sus fundadores, con un 18,59% del capital.