¿Juegos de Invierno sin nieve? Arabia Saudí, ‘all in’ con su ciudad fantasma
El país ha ganado la puja para albergar los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029 en pleno desierto y quiere los de 2040. Allí construirá su megaproyecto Neom
Que los Juegos de Invierno vayan a sedes donde la nieve empieza a ser un bien escaso por el cambio climático empieza a ser habitual. Que exista la posibilidad de que se disputen en Arabia Saudí, en pleno desierto, en un emplazamiento aún fantasma, ha alcanzado un esperpento del que hasta el propio Comité Olímpico Internacional (COI) ha tratado de desmarcarse. El país competirá con España, Portugal y Ucrania por el Mundial de fútbol 2030 y el príncipe heredero ha reconocido que “los Juegos son el gran objetivo para nosotros”.
Arabia ha comenzado a preparar el terreno para llegar a su meta. “Estamos abiertos y creemos que podemos”, reconoció el pasado septiembre Abdulaziz bin Turki Al-Faisal Al Saud, príncipe heredero y primer ministro de deportes. Uno de los grandes test llegará en 2029 tras adjudicarse la sede de los Juegos Asiáticos de Invierno.
La polémica ha llegado por la propia idea del proyecto. Los Juegos se celebrarán en la ciudad de Neom, una suerte de oasis que el país construirá en medio del desierto con una inversión de 500.000 millones de dólares. Dentro de este resort de montaña se levantará Trojena, un resort de nieve pensado para funcionar todo el año y que se espera que esté listo en 2026.
“Con el apoyo ilimitado de las autoridades saudíes y el apoyo del príncipe heredero, estamos orgullosos de anunciar que hemos ganado la puja por los Juegos Asiáticos de Invierno como primer país en el oeste de Asia”, rezaba el comunicado. “Trojena será una infraestructura sostenible que creará la atmósfera del invierno en el corazón del desierto”, añadía Nadhmi al-Nasr, consejero delegado de Neom.
Neom, que espera ser uno de los proyectos clave de la monarquía saudí, tendrá una superficie de 26.500 kilómetros cuadrados junto al Mar Rojo. Promete ser una ciudad basada en tecnología con algunas zonas de emisión de carbón cero, además de construir otras zonas industriales y logísticas.
La decisión ha sido suficientemente polémica como para que el COI se desmarcase en un comunicado. “No hemos sido consultados sobre la decisión del Comité Olímpico Asiático sobre esta decisión”, admitía en otro comunicado. “La sostenibilidad es un pilar de la Agenda 2020+5 y hay una clara prioridad por instalaciones ya existentes y, si no se usan, se promueven aquellas que sean temporales”.
También otras personalidades como el atleta Kylian Jornet, abanderado en materia de sostenibilidad, han criticado el proyecto: “O al Comité Olímpico de Asia y el COI solo les importa el dinero, o son unos genios y saben que en 2029 no habrá nieve en ningún sitio y el esquí solo se podrá practicar sobre arena”, ironizó en su cuenta de Twitter.
Anteriormente, los Juegos Asiáticos se han disputado en Kazajistán, Corea del Sur, dos veces en China y tres en Japón. Se trata de países con condiciones climáticas más acordes para este tipo de modalidades, con regiones de alta montaña y gran tradición. La candidatura de Arabia se presentó el pasado agosto y desde entonces partía como favorita.
De momento, Arabia Saudí no ha presentado candidaturas para otros Juegos Olímpicos, pero se perseguirá en los próximos ciclos. Las sedes están adjudicadas hasta 2032. París tendrá los Juegos de 2024; Milán-Cortina los Juegos de Invierno en 2026; Los Ángeles será la sede de los siguientes JJOO en 2028 y Australia logró los de 2032. Falta por decidir los Juegos de Invierno 2030, de los que finalmente se cayó la candidatura de Pirineos por las tensiones políticas entre Generalitat y Gobierno de Aragón.
Los últimos Juegos de Invierno tuvieron lugar en Pekín este año. La cita contó con un presupuesto de 3.350 millones de euros y una inversión de 80.000 millones en infraestructuras. En los anteriores, celebrados en Pyeongchang, el presupuesto fue de 12.580 millones de euros. A falta de conocer el impacto económico que dejaron en Pekín con la puerta cerrada, en la capital surcoreana supusieron un impacto directo sobre la economía de 35.850 millones y otros 17.290 millones de forma indirecta.
Que los Juegos de Invierno vayan a sedes donde la nieve empieza a ser un bien escaso por el cambio climático empieza a ser habitual. Que exista la posibilidad de que se disputen en Arabia Saudí, en pleno desierto, en un emplazamiento aún fantasma, ha alcanzado un esperpento del que hasta el propio Comité Olímpico Internacional (COI) ha tratado de desmarcarse. El país competirá con España, Portugal y Ucrania por el Mundial de fútbol 2030 y el príncipe heredero ha reconocido que “los Juegos son el gran objetivo para nosotros”.
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