Los mensajes de la reunión del 'club Bilderberg' de la banca española

Trece banqueros y doce supervisores estuvieron frente a frente el pasado jueves en el Banco de España. Nunca se había respirado tanto optimismo en esta reunión, que se lleva convocando anualmente desde que el Banco Central Europeo (BCE) supervisa a los bancos españoles, a finales de 2014.

En todos estos años siempre ha habido un motivo de reproche del supervisor hacia los bancos: desde las refinanciaciones inmobiliarias y la necesidad de reducir la exposición al ladrillo entre 2014 y 2017; pasando por la baja rentabilidad y la conveniencia de realizar ajustes para mejorar la eficiencia, hasta 2020; con especial foco en estos años en las presidencias ejecutivas de los bancos, criticadas por el BCE. Y, en los últimos años, el impacto del covid. A esto se suma que la interlocutora del BCE hasta hace tres años era más dura que el actual, la francesa Danièle Nouy.

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Por ello, fuentes presentes en la reunión consultadas por este medio coinciden en que el optimismo que reinó el jueves en los salones del Banco de España era algo nuevo e inesperado. Las subidas de tipos de interés previstas para los próximos meses, que mejorarán los márgenes de las entidades, y el control de la morosidad, justifican esta actitud.

La reunión contó con primeros y segundos espadas de las diez principales entidades, salvo BBVA, que envió a una tercera línea, Peio Belausteguigoitia, consejero delegado de BBVA España. Lo hizo por un evento en México que tenían sus superiores, Carlos Torres y Onur Genç. El resto de los asistentes fueron José Antonio Álvarez, CEO de Santander; Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank; César González-Bueno, CEO de Sabadell; Pedro Guerrero, presidente de Bankinter; Manuel Menéndez, CEO de Unicaja; Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca; Javier García Lurueña, CEO de Kutxabank; Luis Rodríguez, presidente de Cajamar; y Víctor Iglesias, CEO de Ibercaja Banco. Les acompañaron los responsables de las tres patronales: Alejandra Kindelán (AEB), José María Méndez (Ceca) y Manuel Ruiz (Unacc).

Recelos

Frente a ellos, doce responsables del BCE y el Banco de España, liderados por Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), y Margarita Delgado, subgobernadora, junto a históricos del supervisor español como Mercedes Olano, Francisco Monzón, José Antonio Gracia y Javier del Río.

Ambos bloques llegaron a la reunión con el desgaste sufrido en los últimos años. La restricción al pago de dividendos durante 2020 —"lo volvería a hacer", señaló Enria en una entrevista a 'Expansión'— y el veto del supervisor a que se liberen provisiones del covid generan mucho recelo entre las entidades.

Los banqueros creen que el tiempo les ha dado la razón y que el BCE debería aflojarles las tuercas. Critican que el supervisor no haya parado de pedirles que abran el grifo del crédito desde la llegada del covid, mientras les exige cada vez más provisiones. En esta línea, Enria transmitió en la reunión del jueves que los bancos deben seguir prestando atención al reconocimiento de provisiones a pesar de la subida de tipos y evaluar correctamente las incertidumbres por Ucrania y los precios de la energía.

Este debate sobre la prudencia del supervisor y las exigencias a las entidades se trasladó al evento público posterior a dicha reunión. En el mismo, Ana Botín, presidenta de Santander, que hablaba como presidenta de la Federación Bancaria Europea (EBF, por sus siglas en inglés), se quejó de que hace una década los bancos europeos estaban al nivel de capitalización de los americanos, algo que "nos debería hacer plantearnos algo como europeos". También recordó que los bancos han sido "parte de la solución" durante la última crisis. A ello respondió la subgobernadora Delgado, afirmando que el mérito no era solo de los bancos, también de los supervisores y auditores.

Otros de los temas que surgieron en la reunión de este 'club Bilderberg' de la banca fueron la gobernanza y el cambio climático, cuya mejora Enria sigue diciendo que es una de sus prioridades, y la ciberseguridad y criptoactivos. El supervisor europeo sigue empeñado en que se extremen precauciones en el mundo tecnológico, incluido el de las cripto, mientras las entidades reclaman que se levante un poco la mano para no ver pasar de largo un mercado cada vez en más auge a nivel mundial.