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El BCE vuelve a la carga contra el 'modelo presidencial' de la banca española
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El BCE vuelve a la carga contra el 'modelo presidencial' de la banca española

El supervisor quiere que los presidentes de las entidades españolas sean cada vez menos ejecutivos. Santander es uno de los bancos que todavía ha resistido las presiones

Foto: El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)
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"Hemos dejado pasar una oportunidad de oro". Estas palabras se escucharon en Fráncfort a finales de 2014, días después de que entrara en funcionamiento el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el organismo del Banco Central Europeo (BCE) encargado de vigilar a los grandes bancos europeos. La ocasión desperdiciada había sido la de impulsar cambios en el modelo de gobierno corporativo de Banco Santander, poco después de la llegada de Ana Botín.

Casi siete años después, este asunto vuelve a estar sobre la mesa del organismo presidido por el italiano Andrea Enria. Diversas fuentes financieras consultadas por El Confidencial confirman que el BCE ha puesto en marcha una revisión transversal de los sistemas de gobierno corporativo de los bancos españoles, con especial foco en Santander. Desde el supervisor no hicieron comentarios. Desde Santander afirman que "nuestro modelo encaja con las recomendaciones de la normativa española y la directiva de requerimientos de capital".

Foto: Carlos Torres, presidente de BBVA. (EFE)

La entidad cántabra es una de las pocas españolas donde el BCE todavía no ha conseguido 'meter mano' en su cruzada contra las presidencias ejecutivas. El supervisor europeo defiende el modelo de un presidente no ejecutivo a cargo del consejo —el 'chairman' anglosajón— y un consejero delegado que lleve las riendas del negocio.

En esta cruzada, el MUS se opuso frontalmente al nombramiento de Carlos Torres como presidente ejecutivo de BBVA, como adelantó este medio, y forzó que cediera competencias en favor del turco Onur Genç. En el caso de CaixaBank, la presidencia ha sido no ejecutiva desde que se fue Isidre Fainé y ahora ha vuelto a serlo con José Ignacio Goirigolzarri, aunque con poderes limitados. Y en Banco Sabadell, el BCE ha estado presionando años hasta que Josep Oliu ha acabado cediendo sus poderes ejecutivos, convirtiéndose en 'chairman'.

En el resto de entidades, hay disparidad: Bankinter e Ibercaja tienen presidentes no ejecutivos, mientras que Kutxabank y Abanca sí. Un caso distinto es el de Unicaja Banco, a la que el BCE ha permitido mantener una presidencia ejecutiva, en manos de Manuel Azuaga, para permitir la fusión con Liberbank.

La dependencia del CEO

Santander mantiene en su informe de gobierno corporativo que "existe una clara separación de funciones entre las de la presidenta, el consejero delegado, el consejo y sus comisiones, con contrapesos adecuados que garantizan el debido equilibrio en la estructura". Además, desde la entidad defienden que su modelo ha sido aprobado por amplia mayoría en la junta de accionistas.

placeholder José Antonio Álvarez, CEO de Santander. (Reuters)
José Antonio Álvarez, CEO de Santander. (Reuters)

La entidad explica que "la presidenta es la superior jerárquica del grupo y la principal representante" frente a "reguladores, autoridades y otros importantes grupos de interés". Dependen de ella el CEO, José Antonio Álvarez, el director de Desarrollo Corporativo, Comunicación, Secretaría General, Riesgos y Auditoría Interna, "así como aquellas áreas que no estén directamente relacionadas con el día a día de negocio".

Entre las diferencias frente a otros grandes grupos como BBVA y CaixaBank, están que el consejero delegado dependa de Botín, frente al reporte directo al consejo en los otros dos casos, y la supervisión de Riesgos, que suele ser del consejero delegado. En el caso de Sabadell, el BCE forzó incluso la creación de una figura nueva, la del consejero ejecutivo exclusivamente centrado en Riesgos, que recayó sobre David Vegara.

Foto: Foto: Reuters.

Esta revisión supone un nuevo reto para Botín, que en febrero fue nombrada presidenta de la Federación Bancaria Europea (EBF, por sus siglas en inglés) y que dentro de dos semanas afronta el juicio contra Orcel, nuevo CEO de UniCredit.

El MUS no puede imponer modelos de gobierno corporativo, pero sí imponer recargos de capital en caso de no estar cómodo con los sistemas elegidos por una entidad. Las fuentes consultadas sostienen que el modelo que defiende el BCE tiene tantas luces como sombras, ya que "dar demasiado poder al consejero delegado puede crear tantos problemas como ocurrió con los presidentes omnipotentes en el pasado". "La clave está en el equilibro", añaden.

"Hemos dejado pasar una oportunidad de oro". Estas palabras se escucharon en Fráncfort a finales de 2014, días después de que entrara en funcionamiento el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el organismo del Banco Central Europeo (BCE) encargado de vigilar a los grandes bancos europeos. La ocasión desperdiciada había sido la de impulsar cambios en el modelo de gobierno corporativo de Banco Santander, poco después de la llegada de Ana Botín.

Banco Central Europeo (BCE) Ana Patricia Botín
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