Sareb logra luz verde a su macrodemanda contra CaixaBank, BBVA y otros 4 bancos

Se pone en marcha el que podría ser el gran pleito financiero de 2022. Sareb ha logrado que el juzgado 33 de primera instancia de Madrid admita su demanda millonaria contra seis grandes bancos, según fuentes próximas al proceso consultadas por este medio. Desde el banco malo, no hicieron comentarios. Esta demanda podría generar un roto de hasta 500 millones a CaixaBank y de decenas de millones a BBVA, Unicaja Banco y Abanca. También habría impactos, aunque menores, para Ibercaja y Sabadell.

Este pleito llega tras la demanda presentada el pasado mes de noviembre por la sociedad presidida por Javier García del Río para recuperar todo lo que no se ha ahorrado de su abultada deuda (entre 34.000 y 40.000 millones en los últimos años) debido a unas cláusulas suelo (tipo cero) que pactó con sus acreedores en 2015.

La demanda es declarativa de derecho, por lo que no hay reclamación económica en la misma. En caso de que ganara Sareb, hay dos escenarios: que se deje de aplicar la cláusula cero a partir de ahora, lo que implicaría —a los niveles de euríbor actual— que las entidades pagaran 120 millones al año a la sociedad de gestión, o que tuvieran que devolver lo que tendrían que haber abonado desde 2017, cerca de 500 millones, según las fuentes consultadas.

TE PUEDE INTERESAR

Sareb demanda a CaixaBank, BBVA y otros cinco bancos para cobrar por sus bonos

J. Z.

Sareb argumenta en su demanda que llegó al acuerdo de 2015 con sus bonistas, los bancos, por ayudarles. Entonces, añade el banco malo, las entidades no podían descontar estos títulos ante el Banco Central Europeo (BCE) salvo que incorporaran una cláusula cero. Sareb cedió y CaixaBank, BBVA, Unicaja, Abanca, Ibercaja y Sabadell pudieron sacar una rentabilidad extra de estos bonos que lastraban sus márgenes, sin ningún impacto para Sareb. Sin embargo, desde el banco malo argumentan que estas condiciones cambiaron a partir de 2017, cuando el BCE comenzó a admitir bonos con interés en negativo.

Cambio de circunstancias

Por ello, desde Sareb creen que la Justicia debería invalidar el acuerdo firmado en 2015 desde el 1 de enero de 2017, lo que implicaría que los seis bancos devolvieran a la sociedad semipública todos los intereses negativos no pagados desde entonces.

Las seis entidades han decidido juntarse en este frente legal con la defensa de Uría Menéndez, que ya les representó en el primer asalto de esta batalla, en 2018, que terminó con un laudo arbitral a favor de los bonistas. Desde los bancos defienden además que la decisión arbitral se pactó como "definitiva y vinculante" y que Sareb solo tenía dos meses para impugnarla.

Las mismas fuentes señalan que de esta factura, a CaixaBank le corresponde en torno a un 60%, casi 300 millones. Estos bonos llegaron a las entidades a cambio de los activos que integraron Sareb entre 2012 y 2013, a un precio fijado en el rescate financiero por Oliver Wyman. CaixaBank tiene en su balance todos los bonos que recibieron entonces Bankia, BMN y Banco de Valencia.

Tanto a BBVA como a Unicaja les correspondería en torno a un 15% de esta factura cada uno, o 60 millones por banco. La entidad presidida por Carlos Torres arrastra todavía bonos heredados de Catalunya Banc y el grupo malagueño los tiene de Liberbank y de España-Duero. En el caso de Abanca (50 millones), Ibercaja (20 millones) y Sabadell (seis millones), estas herencias llegaron procedentes de Novagalicia Banco, Caja 3 y Banco Gallego, respectivamente.

Estos hasta 500 millones en disputa supondrían un golpe para las entidades en un momento en que los márgenes siguen bajo presión por el euríbor en negativo. Pero para Sareb sería un bálsamo que permitiría aliviar las grandes pérdidas que sufre desde hace años en su factura financiera, derivada del desastroso 'swap' (cobertura de tipos de interés) que firmó en 2013.

Se da la circunstancia de que esta demanda coincide con el momento en que el euríbor ha comenzado su recuperación y ya hay expertos que pronostican que entre en positivo a corto plazo. Por lo menos hasta que estalló el conflicto de Ucrania.