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Sareb ha pagado ya 3.000 millones a la banca por el 'swap' que contrató en 2013
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Sareb ha pagado ya 3.000 millones a la banca por el 'swap' que contrató en 2013

El banco malo registra otros 500 millones de costes financieros por el derivado sobre tipos de interés que contrató en 2013 y que desde entonces ha penalizado sus cuentas

Foto: Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, y su predecesora en el cargo, Belén Romana. (EFE)
Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, y su predecesora en el cargo, Belén Romana. (EFE)
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Es, a toro pasado, una de las peores inversiones que ha habido en los últimos años. El swap (derivado sobre cobertura de tipos de interés) que contrató Sareb en 2013 ha costado a la sociedad semipública ya 3.000 millones en intereses pagados a la banca, una cifra equivalente a dos tercios del capital con el que nació y que se ha ido consumiendo en los últimos años.

Este derivado ha estado desde su origen rodeado de polémicas por el elevado coste que ha generado, provocando en parte las pérdidas que ha sufrido Sareb en los últimos años, hasta el punto de haberse 'comido' todo su patrimonio y que su deuda —35.000 millones— haya pasado a ser considerada del Tesoro español recientemente, como adelantó 'El País'.

Foto: Javier García del Río, consejero delegado de Sareb.

La sociedad de gestión de activos tóxicos de las cajas contrató este producto en 2013 para blindar su balance de la evolución de los tipos de interés, en un momento en el que su equipo, liderado entonces por Belén Romana —actual consejera de Santander—, no tenía claro si los tipos iban a repuntar o caer. Lo hicieron para reducir los riesgos de ser una empresa altamente apalancada: 50.000 millones de deuda frente a menos de 5.000 millones de patrimonio. Pero la jugada salió mal, y en lugar de cubrir ha generado pérdidas ante la entrada en negativo del euribor en los últimos años.

El 'swap', que inicialmente tenía un importe de la deuda cubierto de 42.000 millones, se ha ido reduciendo en los últimos años, hasta cerca de una cuarta parte, según fuentes financieras consultadas por este medio. Aun así, su coste se ha mantenido por encima de los 500 millones anuales por la continua caída de los tipos de interés: 548 millones en 2017, 571 millones en 2018, 545 millones en 2019 y en torno a 500 millones en 2020, cuyas cuentas todavía no se han presentado.

Juntando los impactos de entre 2013 y 2016, el balance total de daños provisional es de más de 3.000 millones de euros. A esto habrá que sumar el coste que tenga el 'swap' entre 2021 y finales de 2022, cuando vence la mayor parte de este derivado. En las últimas cuentas públicas, de 2019, Sareb calculaba minusvalías por aflorar de 1.342 millones.

Este derivado fue inicialmente contratado por Sareb con seis entidades: Santander, Société Générale —estas dos como entidades líderes—, CaixaBank, Barclays, Crédit Agricole y Cecabank. Desde entonces, algunos de estos bancos han ido reduciendo su posición en el 'swap' tras el cobro de cantidades millonarias, como Société, que salió hace año y medio. Un factor a tener en cuenta es que los 3.000 millones que ha pagado Sareb no generan resultado a las entidades tradicionales, ya que estas a su vez cubren —netean— el riesgo en mercado. Detrás de estas operaciones hay grandes bancos internacionales que sí hacen negocio con los riesgos de tipos de interés.

Los orígenes

Sareb nació a finales de 2012 con una inyección de capital de 1.200 millones más 3.600 millones en deuda subordinada, que ya se han consumido por completo. De estos, el Estado aportó 2.192 millones a través del Fondo de Reestructuración (FROB), con lo que tomó una posición del 45% necesario para que la deuda del banco malo no computara como pública. Los siguientes mayores inversores fueron Santander (con 805 millones entre capital y subordinada), CaixaBank (581 millones), Sabadell (321 millones) y Popular (276 millones).

Foto: Proyecto Darwin: Sareb busca un gestor para terminar 5.600 viviendas. (iStock)

BBVA fue la única gran entidad española en negarse a entrar en Sareb, a pesar del choque que esto provocó entre el entonces presidente, Francisco González, con el ministro Luis de Guindos. FG alegó que las cifras transmitidas por Guindos y Romana —que Sareb iba a dar una rentabilidad del 13% a sus accionistas— no se ajustaban a la realidad y podían perjudicar a sus accionistas, como así hubiera ocurrido.

La consolidación de la deuda de Sareb para el Estado abre una nueva etapa para la sociedad presidida por Jaime Echegoyen. Por un lado, ya se da por hecho que se podría alargar la vida de esta entidad más allá de lo previsto inicialmente: 2027. Además, con todo el capital amortizado, su futuro queda más ligado al Ejecutivo de lo que estaba hasta ahora.

Es, a toro pasado, una de las peores inversiones que ha habido en los últimos años. El swap (derivado sobre cobertura de tipos de interés) que contrató Sareb en 2013 ha costado a la sociedad semipública ya 3.000 millones en intereses pagados a la banca, una cifra equivalente a dos tercios del capital con el que nació y que se ha ido consumiendo en los últimos años.

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