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Un catalán para diagnosticar las autopistas y sacar del banquillo a las concesionarias
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Un catalán para diagnosticar las autopistas y sacar del banquillo a las concesionarias

Un alto funcionario de la Generalitat asume el complicado encargo de que vuelvan los peajes y lo hagan de manera armónica y sin provocar desequilibrios en la red viaria española

Foto: Primer día sin peajes en 556 km de autopistas catalanas. (EFE/Susanna Sáez)
Primer día sin peajes en 556 km de autopistas catalanas. (EFE/Susanna Sáez)
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Como las oscuras golondrinas, los peajes volverán. No como los conocimos, no con aquellas tarifas. Pero lo harán. Desde que se acabaron buena parte de los peajes en España la red viaria española vive en la incertidumbre.

Los usuarios de las autopistas libres de pago y autovías saben que en breve habrá que tomar una decisión sobre su mantenimiento. El hombre al que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez le ha encargado la misión de que esa vuelta no duela y sea lo más armónica posible es Xavier Flores, nuevo secretario general de Infraestructuras. Este catalán e ingeniero de caminos ha de buscar el camino menos traumático para una vuelta a los peajes. El "doctor" Flores tiene como principal objetivo hacer un diagnóstico de toda la red viaria y buscar una solución en las que el sector privado dejará de calentar banquillo y volverá a la cancha, según explican fuentes del sector de la construcción y del propio ejecutivo español.

Flores tiene un historial atípico. No solo porque sea catalán. También porque es un funcionario de carrera de la Generalitat, que la mayor parte del tiempo ha trabajado para entornos convergentes. Viene de ser director general de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat. Lleva menos de dos semanas en su nuevo cargo en el Ministerio, pero en breve se convertirá en el hombre más buscado de Madrid por constructoras, concesionarias y empresas de movilidad en general. Se abre una ventana de oportunidad para volver a dar juego a la colaboración público privada, apuntan, pero muy lejos de las rentabilidades que habían estado obteniendo grupos como Abertis, Ferrovial, ACS. Todavía es pronto para saber la fórmula exacta, pero los peajes, en algún tipo de modalidad, volverán.

Foto: La ministra de Transportes en un peaje en Cataluña. (EFE/Quique García)

Xavier Flores ha llegado al ministerio de mano de Isabel Pardo, la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, una de las mujeres fuertes del ministerio que está armando Raquel Sánchez. El principal cometido de Flores en este momento es hacer una radiografía de la red viaria española, vincularla a los problemas de movilidad y proponer una vía de consenso social y político para que las autopistas y autovías tengan un mantenimiento adecuado del modo más eficiente y con el menor coste posible.

¿Por qué se ha escogido a Flores? Nada en su trayectoria política apuntaba a un giro así. Pero Xavier Flores es un hombre de pactos. En Cataluña, Flores fue unos de los motores de lo que se denominó "Grupo de peajes del Parlament", aunque su nombre era bastante más rimbombante: "Grupo de trabajo sobre la gestión y la financiación del sistema de vías de transporte por carretera de altas prestaciones". Fue en 2018. Participaban, sindicatos, empresas, grupos políticos, agentes sociales, la Cámara de Comercio de Barcelona incluso el antiguo Ministerio de Fomento.

La viñeta como interregno

La Generalitat siempre abogó por la viñeta, un modelo por el cual los vehículos llevan pegatinas, como se hace con los distintivos medioambientales o con las etiquetas de la ITV, las cuales autorizan a los turismos de menos de 3.500 kilos, incluyendo autocaravanas, a circular por las vías de alta capacidad a cambio de un pago anual. Esta cantidad es de 92,5 euros en países como Austria.

Fuentes cercanas al Ministerio de Trabajo apuntan que el planteamiento general de Flores será utilizar la viñeta como un paso intermedio a una solución integral, definitiva, que incluso pueda servir para ayudar a renovar la flota de camiones y transportistas para facilitar una transición a una movilidad más verde. En Europa ha habido países como Francia que han intentado pasar a un nuevo modelo de peajes de pago por uso sin pasar por la viñeta y han fracasado. En este caso la intención del nuevo alto cargo del Ministerio es escarmentar en cabeza ajena.

La viñeta, un pago por uso anual para los vehículos, podría ser una solución puente

De hecho, Flores tendrá lo que no tuvieron sus superiores en la Generalitat, que intentaron sin éxito extender la viñeta al conjunto de España, como fue el caso del 'conseller' de Territori, Josep Rull. Xavier Flores podrá tener una perspectiva global y hacer una propuesta unitaria a todos los actores.

La concesión

El problema de las concesionarias privadas es que durante mucho tiempo ganaron mucho. De la familia Villar Mir a los del Pino pasando por Florentino Pérez, todos tuvieron en las vías de peajes una salida para obtener rendimientos de dos dígitos en una década en la que el precio del dinero era cero. Eso cambiará. Aunque los tipos estén de subida, cuando el sector privado retorne a las concesiones privadas, los márgenes tendrán que ser mucho más razonables.

También está la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT). Xavier Flores compaginará su cargo con la presidencia de esta empresa pública. Todavía no se sabe cuál será su papel, pero esta sociedad acumula más de 1.300 millones de euros en activos, muchas autopistas de peajes, y un volumen muy alto para no ser un jugador a tener en cuenta en el futuro. Fuentes financieras apuntan a que, sobre el papel, o sobre el PowerPoint, mejor dicho; habría potencial para crear una versión terrestre de Aena.

Xavier Flores tiene que ser el hombre que encaje todas las piezas del puzle, tal vez el mayor puzle que tenga que asumir el Gobierno de Pedro Sánchez desde el punto de vista de la gestión pura y dura. La primera pieza será la Ley de Movilidad, que se va a llevar al Consejo de Ministros este mes de febrero. Un nuevo sistema, un nuevo tiempo, que aúne intereses diversos, diferentes niveles de poder político, que evite el problema de cómo las concesionarias secuestran el talento y el conocimiento a las administraciones y con la necesidad de explicar cosas complicadas a la población: que las cosas gratis, aunque sean autopistas, también tienen un precio.

Como las oscuras golondrinas, los peajes volverán. No como los conocimos, no con aquellas tarifas. Pero lo harán. Desde que se acabaron buena parte de los peajes en España la red viaria española vive en la incertidumbre.

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