El BdE alerta de la "vulnerabilidad" de las familias vinculadas a turismo y transporte

El Banco de España ve signos para el optimismo y para la alerta en la economía y en el sector financiero. El regulador español ha hecho público su último Informe de Estabilidad Financiera, en el que constata la recuperación económica de 2021 y aplaude el repunte de los resultados y la solvencia de la banca, pero alerta de amenazas que acechan en 2022.

Una de las principales es la morosidad que podría estar ocultándose tras las medidas lanzadas por el Gobierno en 2020 por el covid, principalmente los avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial) y los ERTE (expediente de regulación temporal de empleo). Así, el informe apunta que "la recuperación es todavía incompleta en los sectores más afectados (e. g., hostelería, transporte, fabricación de automóviles), que han acumulado los mayores incrementos de deuda bancaria".

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En esta línea, el regulador alerta de los riesgos que provocaría una quiebra de compañías de estos sectores para familias vulnerables: "Los hogares más vinculados al empleo en sectores más afectados por la crisis sanitaria y aquellos de menor renta se han beneficiado en menor medida de la recuperación y son más vulnerables, observándose también un comportamiento diferenciado en términos de sus decisiones de endeudamiento".

"Una recuperación de la actividad más lenta de lo esperado o el aumento de los costes de financiación podrían dar lugar a incrementos significativos del crédito dudoso en estos segmentos de hogares y empresas más vulnerables en estos sectores concentran asimismo los mayores deterioros latentes de la cartera de préstamos bancarios. Por el momento, parecen haberse evitado escenarios de aumentos significativos de las quiebras empresariales, pero no debe olvidarse que los apoyos de las medidas extraordinarias todavía son muy importantes", añade el Banco de España.

El riesgo de la inflación

Entre los posibles frenos para la economía y las condiciones de financiación, el regulador destaca el "desequilibrio de las cuentas públicas", la posibilidad de que haya nuevas restricciones por el covid, los potenciales sustos en los mercados como el que hubo con Evergrande en China y, sobre todo, la amenaza de la inflación:

"Los riesgos sobre la actividad se ven ahora presionados a la baja por el fuerte encarecimiento de la energía y la aparición de cuellos de botella en las cadenas de producción global. Esto está induciendo aumentos de la inflación que erosionan la capacidad de compra de los agentes y, por tanto, la incipiente reactivación de la actividad. Si estos factores que elevan de forma transitoria la inflación se prolongaran en el tiempo, podrían terminar elevando las expectativas de inflación a medio plazo de los agentes, contribuir a endurecer en el corto plazo las condiciones de financiación y presionar adicionalmente a la baja el potencial de la recuperación económica", detalla el informe.

La inflación, desde el verano, se ha convertido en el principal riesgo observado por los agentes económicos. Para los inversores el propio incremento de los precios y sus implicaciones derivadas son las principales amenazas para la recuperación. También para el Banco de España. El supervisor realiza estos informes de Estabilidad Financiera para analizar los riesgos que sobrevuelan a la economía.

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En el informe de primavera, el Banco de España mencionó seis veces la palabra inflación. En el de otoño son 45 ocasiones, lo que muestra la incertidumbre y preocupación que hay ante el reciente aumento histórico de los precios. El organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos alerta aun así de que es posible que los desajustes en algunos sectores entre “una demanda pujante y una oferta más lenta” en responder a la recuperación “por la aparición de cuellos de botella, causantes de los recientes repuntes de algunos precios, resulten más persistentes de lo esperado a pesar de la prevalencia de brechas de producción (output gap, diferencia entre PIB real y potencial) negativas”.

En este sentido, considera que podría haber efectos de segunda ronda y tensiones inflacionistas subyacentes por el desanclaje de las expectativas de inflación, aunque este riesgo es más patente “en economías que no cuenten con un bajo nivel de credibilidad de la política monetaria”.

En su escenario central, el organismo cree que no debería afectar a la política monetaria, pero alerta del riesgo sobre el crédito. En este sentido, apunta a un potencial freno de la recuperación que afectaría negativamente a la calidad del crédito de hogares y empresas, “especialmente en los sectores más vulnerables, que podrían ver aumentar sus exposiciones dudosas incluso en un entorno de recuperación general, si esta es asimétrica y no alcanza a los sectores más afectados”.

Entre las incertidumbres crediticias que observa el informe están que los préstamos ICO, que la banca concedió por valor de 120.000 millones, o las moratorias que se dieron a familias en impago en los próximos meses.

"Un 41% de las operaciones avaladas por el ICO se ha acogido a la ampliación de plazo o de carencia, lo que pone de manifiesto la importancia de dicha medida. Este elevado número de empresas acogidas a extensiones podría estar señalando un riesgo latente que potencialmente se vería materializado a partir del segundo trimestre 2022", desarrolla el informe.

Apoyos selectivos

En el caso de las moratorias, el regulador sostiene que "el porcentaje de préstamos vinculados a moratorias vencidas o desistidas con signos de deterioro crediticio ha alcanzado en junio de 2021 el 20% para vigilancia especial (frente al 19% en diciembre 2020) y en el 9% en dudoso (frente al 8% observado en diciembre 2020). Este deterioro podría aumentar en los próximos trimestres, ya que una parte importante de las moratorias ha vencido muy recientemente, a lo largo del segundo trimestre de 2021".

En este entorno, el Banco de España defiende que la retirada de las medidas de estímulo fiscal del Gobierno sea paulatina y que las nuevas se centren en los segmentos más vulnerables: "Las medidas de política fiscal desplegadas en la crisis deben ser cada vez más selectivas y focalizarse en los sectores económicos y segmentos de la población para los que la reactivación está siendo más lenta".

El regulador también alerta de otros dos riesgos para la banca, aunque todavía lejanos. Por un lado, el encarecimiento de su financiación interbancaria a partir de 2022 y por el repunte del mercado hipotecario, que, en caso de intensificarse, podría llevarle a tomar medidas.