Botín: "Orcel no cumplió su obligación y nos exponía a riesgos reputacionales"
Orcel ha acudido en persona a su juicio contra Santander, a pesar de que no estaba obligado. El juicio se ha suspendido 'sine die' hasta que vengan a Madrid directivos de UBS
"Buenos días". Así ha sido el cruce de dos de los principales banqueros europeos en los juzgados de Plaza Castilla en Madrid. Ana Botín, presidenta de Santander, se ha girado ante el consejero delegado de UniCredit, Andrea Orcel, y le ha saludado. Acto seguido ha comenzado el juicio en el que el financiero italiano reclama 76 millones a Banco Santander.
El proceso llega tras la demanda por el fichaje frustrado de Orcel por Santander en 2019. Esta reclamación, inicialmente de 112 millones, se ha reducido en 46 millones debido al fichaje del italiano por UniCredit. La vista ha tenido lugar en el salón de actos de los juzgados de Plaza Castilla, donde en primera fila, con una separación de cuatro asientos, se sientan Orcel y Botín.
Tras algo más de dos horas y media, el juicio se ha susprendido ante la imposisiblidad de que declaren el presidente de UBS, Axel Weber, y uno de los principales ejeucitvos de la entidad. No se pondrá nueva fecha hasta que la defensa de Orcel logre el compromiso de Weber y Marck Shelton de declarar en persona en Plaza Castilla, una condición interpuesta por el magistrado.
El juicio ha arrancado con un cruce de reproches entre ambas partes. El abogado de Santander ha acusado de ocultar al juzgado el cobro de 20-30 millones de UBS durante los dos años en los que ha estado desempleado. Esto afectaría a la parte que reclama el italiano al banco en concepto de 'buy out', bonus que tenía pendiente de cobrar de la entidad suiza y que podría haber asumido Santander. Esta cifra se situó inicialmente en 35 millones, y Orcel reclama 29 millones, a pesar de que, según el banco español, ha cobrado estos años 20-30 millones.
Junto a ello, Santander ha reprochado a Orcel haber "mutado" la demanda en los últimos días, con la renuncia a la petición incial: cumplimiento de contrato que implicaría que el italiano se incorporara al banco español como CEO.
Declaración de Botín
Tras el primer cruce, ha sido el turno de la declaración de Botín, como representante legal de Santander. El interrogatorio del abogado de Orcel, Álvaro Remón, ha sido tenso, teniendo que ser interrumpido en varias ocasiones por el magistrado. "Deje usted acabar de responder a la señora Botín, quiero que los testigos se explayen, y ella no es la típica que se enrolla de forma cansina".
En su declaración, Botín ha querido rebajar la importancia a alguno de sus mensajes enviados a Orcel, que este aportó en su demanda adelantada por este medio: "Es el consejo del banco, a propuesta de la Comisión de Retribuciones, al que corresponde trasladar estas cuestiones. Esos mensajes eran informales, y no representan la posición del banco". En esos mensajes Botín y Orcel comentaban la oposición del presidente de UBS, Axel Weber, a cubrir en parte los 35 millones del bonus diferido.
La presidenta de Santander ha argumentado que dentro de todas las negociaciones "hay uno más simpático y otro más duro", y que confiaba en que UBS acabara pagando la mitad de los 35 millones. Botín argumenta para ello, que creía que UBS no era competidor de Santander, si no su principal banco aliado, que le ayudó en la ampliación de 2016 y en la compra de Popular.
La banquera española sostiene que el consejo de Santander del 25 de septiembre de 2018 no abordó la retribución de Orcel, sino la carta oferta que se le presentaba para su nombramiento. El sueldo se dejó para diciembre, momento hasta el que "fueron cambiando los números, incrementándose incluso en tres millones" los 35 millones del bonus. "Orcel no cumplió su obligación contractual", expuso, aclarando posteriormente que no se refería a que hubiera habido un contrato entre el italiano y Santander.
Riesgo reputacional
En esta línea, la presidenta de Santander ha alegado que las cifras que exigía el fichaje de Orcel eran muy elevadas y el entorno cambió entre septiembre y enero, con un "entorno político complejo y el ERE [Expediente de Regulación de Empleo] del Popular".
"La actitud no encajaba con el compromiso de la carta-oferta. La persona que iba a ser uno de los máximos responsables estaba anteponiendo sus intereses personales a los de los 'stakeholders' de Santander, clientes, accionistas, empleados y a la sociedad.[...] Eso preocupó a Santander. [...] Intentamos llegar a un acuerdo amistoso y la mejor evidencia de que nuestra decisión era buena es que ahora es [Orcel] consejero delegado de un gran banco europeo", ha explicado Botín, quien ha contextualizado que "no podíamos arriesgarnos a que el tema se llevara a la junta y con un 40% de los votos en contra, como ha ocurrido recientemente", en referencia a los problemas de Orcel para aprobar su remuneración de UniCredit.
"Buenos días". Así ha sido el cruce de dos de los principales banqueros europeos en los juzgados de Plaza Castilla en Madrid. Ana Botín, presidenta de Santander, se ha girado ante el consejero delegado de UniCredit, Andrea Orcel, y le ha saludado. Acto seguido ha comenzado el juicio en el que el financiero italiano reclama 76 millones a Banco Santander.