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Glovo apunta al Nasdaq y replantea a la Generalitat el dilema sobre la sede de empresas
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Glovo apunta al Nasdaq y replantea a la Generalitat el dilema sobre la sede de empresas

La plataforma de música Spotify nació en Suecia. Pero en 2018 salió a bolsa. Y empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York. Ahora tiene sede en Estados Unidos. Y ese es el peligro

Foto: Repartidor de Glovo. (Reuters)
Repartidor de Glovo. (Reuters)
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No todo son malas noticias en la Cataluña económica. En dos meses dos 'startups' con sede en Barcelona han captado 600 millones de euros. La más espectacular ha sido Glovo, que ha cerrado la ronda de captación de capital más importante de la historia de España: 450 millones de dinero fresco. Tras la operación, fuentes financieras del sector de 'venture capital' apuntan a que en dos o tres años Glovo saldrá a cotizar a los mercados de renta variable. Pero no lo hará en la bolsa española, sino posiblemente en el Nasdaq, según estas mismas fuentes. Y la situación crea un nuevo dilema para la Generalitat: cómo retener centros de decisión empresarial cuando la cuestión depende no de temas políticos sino de cuestiones de estrategia corporativa.

La historia ya tiene un precedente. La plataforma de música Spotify nació en Suecia. Pero en 2018 salió a bolsa. Y empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York. En la actualidad la compañía ya se define como “sueco-estadounidense” y abrió una sede en el sur de Manhattan, en la zona cero, que inauguró un año antes de cotizar. Trabajan en ese edificio más de mil personas. Incluso recibió 11 millones de euros de ayudas del Estado de Nueva York para instalarse allí. Al final, las empresas siempre buscan estar cerca del regulador.

Foto: Oscar Pierre, cofundador de Glovo.

Portavoces de Glovo han declinado hacer declaraciones. Fuentes financieras apuntan que la última ampliación de capital Glovo, de serie F, valora la empresa en 2.100 millones. En tres años puede ser el doble. Una OPV de ese calado no puede ser asumida por la bolsa española. Por eso la dirección de Glovo mira al Nasdaq, según apuntan fuentes financieras vinculadas a fondos especializados en 'startups'. Y eso amenaza la sede en Barcelona o el papel de la capital catalana como centro de decisión, según fuentes del entorno de emprendedores en la ciudad, muy dinámico, el cual se ha articulado alrededor de colectivos como la asociación Barcelona Tech City.

Los socios fundadores, Oscar Pierre y Sacha Michaud, han hecho la mayor apuesta por Barcelona de todo el sector. Pero, como lamentan estas fuentes del entorno de emprendedores, la Generalitat no está ahora en estos debates. Todavía bajo el trauma de la marcha de sedes en 2017 por la crisis política del intento de sedición, la Generalitat se centra en defenderse por no hacer que vuelvan las sedes que se marcharon, mientras que no ve el peligro inminente: las sedes que pueden irse por causas del todo ajenas a la política. Además, si hay factores políticos no son en clave nacionalista.

Entorno difícil

Glovo es una empresa global. Opera en más de veinte países. Vendió el negocio en América Latina, pero está creciendo en mercados de Europa, Europa del Este, África y Oriente Medio con posiciones de liderazgo en muchos de ellos. Por eso ha captado los 450 millones en una operación en la que ya no hay bancos españoles, solo fondos internacionales como Lugar Road Capital o Luxor Capital Group, ambos con sede en Nueva York; o inversores como Delivery Hero, Drake Enterprises y GP Bullhound. Pero mientras brilla fuera de España, la dirección de la empresa se siente maltratada en nuestro país. El mes que viene acaba el ultimátum del Ministerio de Trabajo para regularizar la situación de sus 'riders', algo que afecta a todo el sector del 'delivery'.

Más allá de ese pulso legal de Glovo, hay una sentencia del Tribunal Supremo que avala que los trabajadores de Glovo son falsos autónomos. Pero, además, la dirección de la empresa se siente poco querida por las administraciones. Hasta la alcaldesa Ada Colau forzó que una fundación que usaba Glovo para repartir comida por las residencias de la tercera edad rompiese el convenio con la compañía.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

España es de los pocos países donde están poniendo problemas en la regulación de la economía al trabajador de plataforma. La previsión es que se acabe fijando un nuevo tipo de trabajador autónomo y se establezca una cotización específica para su caso. También hay el problema de que después de un lustro de tipos negativos y una perspectiva de otros diez años de tipos bajos hay un exceso de dinero barato que busca refugio en este tipo de operaciones. Eso hace que la mayoría de las 'startups' se encuentren sobrevaloradas, tal como se ha visto en la reciente salida a bolsa de Deliveroo.

Ecosistema catalán

En Barcelona se ha originado todo un ecosistema de emprendedores que ha vivido al margen de las fortunas de las grandes familias catalanas, más cómodas en inversiones como los edificios de oficinas en el centro de la ciudad. Wallapop es el segundo de la clase después de Glovo. De hecho, un mes antes de que Glovo cerrase su superronda, captaron 157 millones en una ronda de financiación de serie G. Wallapop fracasó en su plan de internacionalización. Pero ahora ha apartado a sus fundadores, David Muñoz y Agustín; y con un nuevo CEO proveniente de eBay, Rob Cassedy, la compañía ha virado hacia un modelo de portal de venta de clasificados de segunda mano. Y ahora, tras un par de rondas de financiación, en lo que incluso se valoró la empresa a la baja la firma vuelve a crecer. No será un unicornio. Pero tendrá un volumen más que respetable.

El exitoso entorno de las 'startups' catalanas ha crecido de espaldas a la Generalitat


El problema de todo este ambiente de ingenieros, tecnología y emprendedores es que, al crecer al margen del poder tradicional de la ciudad, también ha vivido de espaldas a la Administración, la cual se ha mostrado incapaz de ir más allá de facilitar espacios en el Mobile World Congress. Por eso la problemática de la repercusión de Glovo y su salida a bolsa no está encima de los despachos de la Generalitat. Es otro mundo.

Pocos unicornios

Es cierto que hay pocos unicornios. Y los que hay no acostumbran a hacerse fotos con políticos. Cuando en 2018, José Manuel Villanueva y Lucas Carné vendieron Privalia por 500 millones no hubo ningún debate en Cataluña sobre los centros de decisión. Se trata de una Administración falta de política industrial, ni siquiera para sectores que se pudieran considerar estratégicos o de futuro. Se vio en la venta de Ecotecnia. Por lo tanto, hay menos preocupación por un sector como el de 'startups' que en los despachos oficiales, ni entienden ni asumen como propio aunque muchos de estos emprendedores son catalanes.

El caso de Privalia sirve mejor para valorar la importancia de la ronda de Glovo. Hasta Glovo nadie había hecho una ronda de 450 millones porque por 450 millones te comprabas la empresa. Ahora los plazos de una salida a bolsa se han alargado hasta siete o nueve años. Pero las expectativas de negocio siguen estando ahí. Y hay una creciente segunda división de empresas 'startup'.

Foto: Un trabajador de Deliveroo. (Reuters)

Está, por ejemplo, Travelperk, especializada en viajes de negocios para empresas; o el gran éxito de Didac Lee, el portal de ropa deportiva Tradeinn. De hecho, Lee también impulsa Galdana Venture, un fondo de capital riesgo para vehicular inversiones a este tipo de empresas. Otro caso prometedor es Payform, que ofrece servicios para formularios de pago. Con mayor historial está la firma de cambio de divisas para empresa Kantox. Y, más reciente, el nuevo juguete que han lanzado los fundadores de Privalia, la constructora ecológica 011H. Todo este entorno acabará siendo clave para la economía catalana. Y a lo mejor sigue teniendo futuro porque los políticos no saben qué hacer con él.

No todo son malas noticias en la Cataluña económica. En dos meses dos 'startups' con sede en Barcelona han captado 600 millones de euros. La más espectacular ha sido Glovo, que ha cerrado la ronda de captación de capital más importante de la historia de España: 450 millones de dinero fresco. Tras la operación, fuentes financieras del sector de 'venture capital' apuntan a que en dos o tres años Glovo saldrá a cotizar a los mercados de renta variable. Pero no lo hará en la bolsa española, sino posiblemente en el Nasdaq, según estas mismas fuentes. Y la situación crea un nuevo dilema para la Generalitat: cómo retener centros de decisión empresarial cuando la cuestión depende no de temas políticos sino de cuestiones de estrategia corporativa.

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