Galán retrasa la junta de Iberdrola a junio con sus dos hombres clave en el aire
Desde la compañía se explica este cambio de calendario por la posibilidad de que en junio se pueda celebrar de forma presencial, en lugar de telemática, si mejora la pandemia
Ignacio Sánchez Galán ha fijado la próxima junta general de accionistas de Iberdrola para pocos días antes del verano, algo que no ocurría desde 2012, en plena guerra con ACS. Ahora, con el recrudecimiento de la batalla con la constructora presidida por Florentino Pérez, el máximo ejecutivo de la eléctrica, ha decidido fijar este acto con los verdaderos dueños de la compañía para el próximo 18 de junio. Una fecha en la que se tendrá que dirimir el futuro de dos de los principales hombres de confianza de Galán, vitales en este momento de alta tensión contra su eterno rival.
Se trata de Julián Martínez Simancas, secretario no consejero y antes responsable jurídico de Iberdrola. Simancas ha cumplido 70 años y los estatutos de la multinacional energética indican que a esa edad los consejeros deben renunciar a sus funciones en el órgano de gobierno. La regla indica, "con carácter meramente indicativo, la conveniencia de que los consejeros no excedan, en general, la edad de setenta años". Hasta el momento, todos los que llegaron a ese tope dejaron su puesto, con la salvedad del presidente, que tiene un perfil ejecutivo.
Simancas podría seguir porque es secretario no consejero, pero en la compañía existe la regla no escrita de que el secretario también abandona su responsabilidad llegada esa edad. Fuentes próximas a Iberdrola indican que Galán le ha pedido que siga para que le ayude en esta guerra encarnizada con Florentino Pérez. De este modo, tratará de convencer a los 'proxy' o asesores de los inversores, que se suelen oponer a las renovaciones más allá de la fecha recomendada, para justificar su continuidad. Para lograrlo, el presidente necesitaba un tiempo que ahora no tenía en el caso de que, como ha ocurrido en los últimos ocho años, la junta general se hubiera celebrado entre finales de marzo y principios de abril.
Simancas es la persona que ha diseñado la estrategia de defensa de la compañía por las acusaciones relativas a los pagos a José Manuel Villarejo, el excomisario de policía al que Iberdrola abonó 1,1 millones de euros en 17 facturas reconocidas. Pero la Audiencia Nacional, que ha imputado a cinco directivos y exdirectivos de la compañía por esta causa, está investigando si las cantidades fueron mucho mayores y si en realidad hubo una trama de facturas falsas.
El juez investiga los contratos de Iberdrola con Kroll y de K2 Intelligence por si hubieran sido una tapadera de Villarejo. La eléctrica pagó a estas compañías especializadas en investigaciones corporativas al menos 10 millones de euros mediante varias facturas. Los importes de cada una de ellas oscilaron entre los tres y los cinco millones. Se abonaron desde el departamento de Relaciones Institucionales de Iberdrola, dirigido por Fernando Becquer, y desde la secretaría general, dependiente de Julián Martínez Simancas, exresponsable de Asuntos Jurídicos y actual secretario general del consejo de administración. El visado de parte de estas últimas facturas lo hizo Jesús Pernía, hombre de confianza de Simancas y persona encargada del montaje y desarrollo de las juntas de accionistas.
En la próxima junta del 18 de junio, además de la continuidad de Simancas, se someterá a aprobación la renovación de Francisco Martínez Córcoles, el número dos de Iberdrola. Córcoles ha cumplido los 65 años y a esa edad debería jubilarse, por lo que Galán tendría que buscar un nuevo segundo ejecutivo para codirigir el plan estratégico recién estrenado, con un volumen histórico de inversiones. De hecho, Simancas dejó la dirección general de asuntos jurídicos cuando sopló las 65 velas.
No obstante, desde Iberdrola se indica que Córcoles podría continuar en su puesto pese a superar la fecha de retiro, como ocurrió con su antecesor, José Luis San Pedro, uno de los imputados por el caso Villarejo, que dejó sus funciones de consejero director general a los 68 años. Otras fuentes indican que Córcoles tiene decidido dejar sus atribuciones directivas el próximo mes de junio, cuando se celebre la junta, aunque podría continuar como consejero hasta los 70 años, para pasar a ser secretario no consejero.
Desde Iberdrola se explica este cambio de calendario sobre las fechas tradicionales (algunos años se ha llevado a cabo incluso en Viernes de Dolores, previo a Semana Santa) por la posibilidad de que en junio se pueda celebrar de forma presencial, en lugar de telemática, si mejora la pandemia. Porque Galán quiere exhibir ante los inversores el último trienio en bolsa, periodo en el que la compañía ha duplicado su valor en bolsa, para cimentar su confianza, de cara a ganarse su propia renovación para marzo de 2023, cuando tendrá 73 años.
Ignacio Sánchez Galán ha fijado la próxima junta general de accionistas de Iberdrola para pocos días antes del verano, algo que no ocurría desde 2012, en plena guerra con ACS. Ahora, con el recrudecimiento de la batalla con la constructora presidida por Florentino Pérez, el máximo ejecutivo de la eléctrica, ha decidido fijar este acto con los verdaderos dueños de la compañía para el próximo 18 de junio. Una fecha en la que se tendrá que dirimir el futuro de dos de los principales hombres de confianza de Galán, vitales en este momento de alta tensión contra su eterno rival.