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CaixaBank vende sus créditos de Martinsa y otros 800M antes de la fusión con Bankia
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SACA DOS CARTERAS

CaixaBank vende sus créditos de Martinsa y otros 800M antes de la fusión con Bankia

La entidad catalana sanea su balance antes de la fusión con Bankia. Saca dos carteras al mercado, una de 600 millones de fallidos de pymes y consumo y otra con deuda de Martinsa

Foto: Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank. (EFE)
Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank. (EFE)
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Operación limpieza en CaixaBank antes de la fusión con Bankia. El grupo catalán ha sacado al mercado dos grandes ventas de activos tóxicos valoradas en 1.000 millones de euros. La entidad y su asesor, KPMG, esperan encontrar compradores para las dos operaciones antes de final de año, unas semanas antes de que se cierre la absorción del grupo nacionalizado.

CaixaBank quiere aprovechar esta operación de saneamiento para colocar a los fondos oportunistas los últimos créditos que le quedan de Martinsa Fadesa, inmobiliaria que protagonizó el primer gran concurso de la anterior crisis, y de la que el grupo catalán era el segundo mayor acreedor.

placeholder Gonzalo Gortázar (i), CEO de CaixaBank, y José Ignacio Goirigolzarri (d), presidente de Bankia. (EFE)
Gonzalo Gortázar (i), CEO de CaixaBank, y José Ignacio Goirigolzarri (d), presidente de Bankia. (EFE)

La deuda de Martinsa que el banco liderado por Gonzalo Gortázar quiere sacar ahora de su balance está valorada en más de 200 millones y tiene como garantías algunos de los suelos que la empresa presidida por Fernando Martín compró durante los años de la burbuja inmobiliaria.

Junto a estos préstamos, completan la primera de las carteras puestas en el mercado otros grandes créditos de inmobiliarias caídas durante la crisis del ladrillo. Esta operación se conoce en mercado como Proyecto Louvre, y abarca préstamos valorados en 400 millones de euros.

Foto: Terrazas cerradas en la plaza Mayor de Madrid. (EFE)

La segunda operación también tiene temática cultural. Es el Proyecto Hermitage, con créditos de pymes y consumo valorados en 600 millones de euros. Se trata de deuda sin garantía inmobiliaria considerada fallida, por lo que ya está provisionada al 100%. Liberar este tipo de préstamos es clave para CaixaBank y el resto de entidades por dos motivos: todo lo que se obtenga genera plusvalías, algo fundamental en el momento actual de presión sobre la cuenta de resultados, y permite soltar lastre en dos de los segmentos en los que más se van a acumular los impagos en los próximos meses, pymes y créditos al consumo.

Miedo al okupa

Junto a estas dos carteras, CaixaBank ha estado valorando la posibilidad de poner en mercado una gran cartera de hipotecas problemáticas de unos 1.000 millones de euros. Finalmente, se echó atrás tras comprobar la experiencia de Banco Sabadell, que lo intentó con el Proyecto Higgs y tuvo que paralizarlo ante la falta de interés de los fondos oportunistas. Estos inversores han cerrado por el momento la puerta a la adquisición de este tipo de activos por la inestabilidad del mercado inmobiliario, la falta de seguridad jurídica en el mundo hipotecario y el repunte de las ocupaciones ilegales.

El saneamiento de los balances de CaixaBank y Bankia es clave en el momento actual, en el que se espera un repunte histórico de los créditos morosos. La entidad catalana acumulaba antes de la fusión activos problemáticos (créditos morosos más inmuebles adjudicados) por valor de 10.200 millones de euros, con una morosidad del 3,5%. Por su parte, Bankia acumulaba 8.315 millones en activos tóxicos, una cifra proporcionalmente mayor, con una tasa de mora del 4,86%.

Junto a CaixaBank, es la otra entidad catalana la que está tirando del carro en el mercado de la venta de carteras, con tres puestas en el mercado desde que estalló la crisis del covid-19: la de hipotecas —Higgs— que tuvo que paralizar, y otras dos de créditos empresariales y de los últimos créditos pendientes del rescate de CAM.

Operación limpieza en CaixaBank antes de la fusión con Bankia. El grupo catalán ha sacado al mercado dos grandes ventas de activos tóxicos valoradas en 1.000 millones de euros. La entidad y su asesor, KPMG, esperan encontrar compradores para las dos operaciones antes de final de año, unas semanas antes de que se cierre la absorción del grupo nacionalizado.

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