Illa, contra Maroto y Garzón: las diferencias internas lían la desescalada empresarial
Las últimas 48 horas han evidenciado el poder total de Sanidad y la falta de coordinación entre ministerios, con salidas de tono como la de Garzón, que rompen puentes con las empresas
La comparecencia del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la Comisión de Sanidad y Consumo de este jueves en el Congreso de los diputados volvió a poner en evidencia los poderes plenipotenciarios del socialista bajo el estado de alarma y las tensiones que esta nueva realidad genera en varios frentes del Ejecutivo, un Gobierno de coalición inédito que, además, se ha tenido que reinventar para hacer frente al desafío del covid-19.
Aunque Illa intentó centrar su comparecencia en la evolución de la crisis sanitaria y los resultados de la primera oleada del estudio de seroprevalencia, las consecuencias económicas y empresariales de la política que está aplicando su ministerio hicieron rápidamente acto de presencia por boca de los representantes del PP y Vox, que le interpelaron por la polémica desatada en torno a la prohibición de las rebajas y la cuarentena de 14 días que se impondrá a todo aquel que llegue a España desde fuera de nuestras fronteras.
Llueve sobre mojado, ya que comercio y turismo son dos sectores que llevan tiempo criticando la falta de sensibilidad del Gobierno hacia sus negocios, que se han visto obligados a cerrar (salvo excepciones como alimentación) por la declaración del estado de alarma y que se enfrentan ahora a una nueva normalidad marcada por una caída de entre el 30% y el 50% de sus aforos, cifras que dejan al filo del abismo miles de compañías.
Precisamente, el control de los aforos ha vuelto a enrarecer el ambiente entre el sector empresarial y el Ejecutivo, y entre los diferentes miembros del Gobierno, por la norma que prohíbe las rebajas para evitar aglomeraciones. Mientras que el Ministerio de Industria, que lidera Reyes Maroto, ha intentado transmitir una versión más laxa de la regla, para evitar que el sector se le eche encima, Illa ha sido tajante por partida doble, el miércoles en rueda de prensa y este jueves en el Congreso.
“Todo aquello que favorezca una aglomeración, lo digo, lo repito y lo digo con claridad, todo aquello que favorezca la aglomeración, o que pueda favorecer una aglomeración, obviamente, no tiene cabida en este momento”, respondió el socialista a la oposición, en una nueva puesta en evidencia de las diferentes sensibilidades que se respiran en Sanidad e Industria hacia las empresas.
Esta declaración fue la segunda puesta en evidencia de un compañero de gabinete en apenas dos minutos. Justo antes, en respuesta a las cuestiones sobre las cuarentenas a turistas, Illa dejó clara la importancia que tiene para la economía del país el sector turístico, aunque ahora, por la crisis sanitaria, se le estén pidiendo duros sacrificios.
“Créanme ustedes que soy perfectamente consciente de lo que significa para nuestro país la industria turística, la riqueza que significa que no nos visiten muchas personas, pero en el momento que estamos desescalando, que hemos hecho un enorme esfuerzo de ocho semanas de confinamiento para controlar la epidemia, hay que tomar medidas para evitar que esto se nos pueda ir de las manos”, dijo el ministro.
Aunque fuera sin buscarlo, sus palabras pusieron en evidencia al titular de Comercio, Alberto Garzón, que en su comparecencia en el Congreso calificó de “estacional, precario y de bajo valor añadido” al principal motor económico del país, generador del 14% de la riqueza y del 12% del empleo. Una salida de tono que ha desatado todo tipo de críticas entre las empresas, hasta el punto de que la Mesa de Turismo ha pedido su dimisión.
"Sanidad manda, todos los demás ministerios están condicionados por lo que diga Illa y hay una creciente sensación entre las empresas de que sus interlocutores no tienen ninguna capacidad de decisión dentro del Consejo de Ministros", señalan algunos observadores, que apuntan cómo esta evidencia complica todavía más la desescalada por parte de la empresa.
Entre las compañías, existe la sensación de que el Ejecutivo está constantemente poniendo parches, en función de los acontecimientos, y obligándoles a hacer un ejercicio de malabarismo ya de por sí complicado. Pero que, si se encuentra con declaraciones como las de Garzón, termina por caerse en un momento en el que es crítico tender puentes, no hacerlos saltar por los aires, como el sector turística acusa de haber hecho al político de ultraizquierda.
La comparecencia del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la Comisión de Sanidad y Consumo de este jueves en el Congreso de los diputados volvió a poner en evidencia los poderes plenipotenciarios del socialista bajo el estado de alarma y las tensiones que esta nueva realidad genera en varios frentes del Ejecutivo, un Gobierno de coalición inédito que, además, se ha tenido que reinventar para hacer frente al desafío del covid-19.