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Aznalcóllar: una mina de 3.000 millones pendiente del Guadalquivir
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EL CONFIDENCIAL ACCEDE AL PROYECTO

Aznalcóllar: una mina de 3.000 millones pendiente del Guadalquivir

La reapertura del yacimiento, más allá de la investigación judicial sobre su adjudicación en 2015, incluye restaurar ambientalmente 1.000 hectáreas. La gestión hídrica es el reto clave para arrancar

Foto: Corta de Los Frailes en Aznalcóllar.
Corta de Los Frailes en Aznalcóllar.

Aznalcóllar ha pasado a la memoria colectiva como el lugar donde se produjo la mayor catástrofe ambiental de España, hace 21 años, con la rotura de su balsa de lodos que casi contamina Doñana. Desde hace un lustro, sin embargo, el intento de reapertura exprés realizado por la Junta de Andalucía con respaldo unánime del Parlamento se ha embrollado en los tribunales entre denuncias de favoritismo hacia una de las dos empresas ganadoras, la cordobesa Magtel. La imputación del presidente de SEPI, el andaluz Vicente Fernández, le costó el puesto el mes pasado, tras reabrirse la investigación por segunda vez tras dos archivos previos.

Pero la otra adjudicataria, que concurría en alianza con la firma andaluza, es el gigante minero y de las infraestructuras Grupo México, con 80 años de trayectoria. El cuarto productor mundial de cobre y primero en reservas de este metal ha venido trabajando de manera discreta y concienzuda en el que será su primer proyecto en Europa. Cotizado en Nueva York, Perú y México, El Confidencial ha tenido acceso a los detalles de sus planes de reapertura.

Foto: Vicente Fernández, ya expresidente de la SEPI, en un acto de esta sociedad estatal en noviembre de 2018. (EFE)

Y es que la intervención industrial y, sobre todo, medioambiental de Grupo México revela la magnitud del reto. El área que gestiona tras ganar el concurso es de 2.100 hectáreas, de las que 950 serán restauradas ambientalmente, al estar afectadas por la antigua minería. Por eso, la empresa resume su proyecto como uno de recuperación medioambiental soportado por una operación minera. De los 400 millones de inversión previstos, 60 serán para estas labores verdes. En estos cinco años, la empresa lleva gastados 40 millones en estudios técnicos, investigación geológica y mantenimiento de las instalaciones.

Los 50 millones de toneladas de reservas generarán una derrama económica de casi 3.000 millones de euros, incluyendo la inversión, los salarios, los aprovisionamientos y otros gastos durante 20 años. Dos décadas de vida útil en que además se gestionará un fondo de hasta 30 millones para impulsar proyectos de economía local. Ahora, los productores locales evitan poner Aznalcóllar en sus etiquetas para sortear recelos del consumidor. Un pueblo que, pese al desastre o precisamente por el cierre que provocó, quiere la reapertura de la mina con amplio respaldo.

Agua actual y futura

El reto clave es y será la gestión del agua. Aunque el grupo americano ya viene gestionando los dos depósitos de agua que hay en las cortas mineras abandonadas, la de Aznalcóllar y la de Los Frailes, que será donde se retome la actividad mediante minería subterránea. En la primera, se vertieron los lodos procedentes de la limpieza del cauce del río Guadiamar, hoy cubiertos por agua de gran acidez.

Los Frailes necesita además sacar todo el agua de la corta del mismo nombre para poder explotarla subterráneamente con seguridad. La gestión de esa agua y la que utilizará en su operación minera forma parte de las negociaciones que mantiene con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que, consultada, no ha respondido a este medio.

En la gestión del agua de la minería bajo tierra se asemeja a Las Cruces; por el relleno de las galerías con parte de los residuos, a Aguas Teñidas

En paralelo, tramita la autorización ambiental y el proyecto de explotación ante la Junta de Andalucía. Pero ambos necesitan obligatoriamente el visto bueno previo del gestor de la cuenca del Guadalquivir, que depende del Ministerio de Transición Ecológica. La nueva Aznalcóllar no tendrá balsas de lodos, ya que estos se mezclarán con cemento y serán reinyectados en las galerías mineras que se vayan dejando de explotar. Es el mismo proceso que utiliza la compañía Matsa en sus minas de Huelva. No habrá, pues, riesgo de rotura de ningún depósito.

También en la gestión del agua se emparenta Aznalcóllar con otra de las minas andaluzas, la de Cobre Las Cruces, a unos 10 km de distancia. Desde una mina, se ve la otra en el horizonte. Las Cruces también cambiará minería a cielo abierto por subterránea para seguir funcionando. Y tiene en las exigencias sobre la gestión del agua que deberá evacuar, procedente en ese caso del acuífero que hay bajo tierra, su piedra de toque para lograr la bendición administrativa. Igualmente, tras ella, llegaría la de la Administración autonómica, que es la máxima autoridad en minas en la región.

placeholder Vista del yacimiento que se reabrirá con minería subterránea.
Vista del yacimiento que se reabrirá con minería subterránea.

Y de alguna manera, tras bucear en los detalles del proyecto minero y medioambiental de Los Frailes, este yacimiento tiene también una especie de hermanamiento con el de Riotinto. En cuanto a un pasado igualmente milenario, y por tanto una gestión compleja de los pasivos históricos para quien promueva sus reaperturas.

La Junta, que asumió las 2.100 hectáreas de Aznalcóllar bajo su responsabilidad tras la rotura de la balsa, vendió los activos que pudo y lo mejor que supo. Esto ha llevado a la empresa a elegir una zona llana entre Los Frailes y la antigua escombrera para levantar una nueva planta minera. Como ocurrió en Riotinto, donde subastas de la Agencia Tributaria desgajaron amplias partes de la explotación sin orden ni concierto, estas operaciones de venta de naves o terrenos se hicieron pensando que jamás regresaría la actividad minera.

También habrá que levantar un nuevo edificio de oficinas, ya que el antiguo perdió el servicio de vigilancia un mes antes de adjudicarse el concurso que ganaron México y Magtel. Cuando la empresa llegó a la mina, las 87 ventanas que rodeaban completamente el edificio cuadrado y de una sola planta habían desaparecido.

Como cualquier otro objeto de valor. Un total de 450 empleados, empleo directo estimado, se encargarán de darle nuevo lustre a este viejo y atribulado yacimiento.

Aznalcóllar ha pasado a la memoria colectiva como el lugar donde se produjo la mayor catástrofe ambiental de España, hace 21 años, con la rotura de su balsa de lodos que casi contamina Doñana. Desde hace un lustro, sin embargo, el intento de reapertura exprés realizado por la Junta de Andalucía con respaldo unánime del Parlamento se ha embrollado en los tribunales entre denuncias de favoritismo hacia una de las dos empresas ganadoras, la cordobesa Magtel. La imputación del presidente de SEPI, el andaluz Vicente Fernández, le costó el puesto el mes pasado, tras reabrirse la investigación por segunda vez tras dos archivos previos.

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