Orcel apunta al reparto de poder con Botín como causa de su "despido"

Andrea Orcel apunta a una posible lucha de poder con Ana Botín como el motivo de que Santander anulara su fichaje. Así lo señala en al menos cuatro ocasiones en la demanda de cerca de 200 páginas que ha presentado contra el banco español, a la que ha tenido acceso El Confidencial. Con ello, el banquero italiano intenta echar por tierra el argumento de Santander de que su incorporación se frustró por el coste de su bonus con UBS.

"El Sr. Orcel le remitió a la Sra. Botín un mensaje el 20 de diciembre de 2018, que contenía una síntesis de las medidas que proponía llevar a cabo cuando finalizara el periodo de no competencia 'para desarrollar el trabajo para el cual me has fichado'", expone la demanda. Así, hablaba de tres puntos pendientes: la decisión final de la Comisión de Retribuciones sobre el tema de la recompra de mi 'leave behind' [marcha] a UBS; "el perímetro y 'empowerment' [facultades] de mi 'role' [puesto]"; y "mi lista de puntos críticos que me pediste". Entre ellos, proponía medidas para mejorar el empleo de capital, la gestión de riesgos y la "disciplina corporativa".

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Según el escrito, Botín respondió con otro mensaje: "Andrea. Conviene pararnos a ver dónde estamos y para ello debemos vernos y tener una conversación tranquila y franca, en persona. El martes 8 de enero en Madrid".

"Estando la reunión inicialmente concertada para el 8 de enero, el día anterior, 7 de enero, la Sra. Botín, 'saltándose' todas las previsiones de gobierno corporativo de Banco Santander, hizo al Sr. Orcel venir a Madrid para comunicarle" que "está despedido"; que lo había comunicado a "miembros del consejo y a sus principales ejecutivos [José Antonio Álvarez, Rodrigo Echenique y Jaime Pérez Renovales]"; también al BCE; y que, "por tanto, 'no había marcha atrás'", según la demanda.

Para dejarlo todavía más claro, la demanda de Orcel añade que "la real causa por la que podría haberse producido la resolución del contrato el 7 de enero por parte de la demandada Sra. Botín (recuérdese que el consejo que la aprobó fue el 15 de enero) se encuentra, es presumible la hipótesis, en la intención del Sr. Orcel de, precisamente, cumplir esas funciones" de consejero delegado.

Apunta al BCE y la CNMV

La demanda sostiene que entre el 7 y el 15 de enero, fecha en la que el consejo del Santander aprobó la renuncia a fichar a Orcel, hubo negociaciones entre la cúpula del banco y Orcel para resolver de forma amistosa el desencuentro y hacer un comunicado conjunto. Según el escrito, la entidad le ofreció negocio de asesoramiento o un puesto en una participada de Santander, presumiblemente Metrovacesa o Merlín Properties.

Finalmente, las conversaciones se torcieron y Orcel decidió contratar a un abogado -Íñigo Sagardoy, cuyo nombre le habrían validado desde Santander- y empezó a grabar las llamadas intercambiadas con directivos como la propia Botín o Pérez Renovales.

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En este punto, la demanda del banquero italiano carga con dureza afirmando que "todo lo que había ocurrido desde el 7 de enero no había sido sino una estrategia del demandado para (i) explicarle al “mercado” -CNMV y Banco Central Europeo incluidos- una actuación delirante y contra 'legem' [contra la ley] y (ii) para tratar de que esa explicación se viera acompañada por un 'ninguneo' al Sr. Orcel que permitiera desembarazarse de él 'a coste cero".

Más tarde intentó mediar entre la entidad y el banquero el exministro José María Michavila, sin éxito.

El origen del contrato

Más allá de las causas de la ruptura, el grueso del pleito gira en torno a la carta-oferta que Santander y Orcel firmaron en septiembre de 2018, cuando se anunció públicamente el fichaje del banquero italiano. Comienza narrando cómo fue la propuesta de Botín al entonces CEO de UBS cuando este estaba preparando parte del plan estratégico de Santander. A la presidenta del banco español le habría convencido tanto que le propuso hacerle consejero delegado aprovechando que Echenique se jubilaba y quería llevar a José Antonio Álvarez a Santander España. Le hizo la oferta en el Hotel Loews Regency de Nueva York, junto a Park Avenue, hace poco más de un año -el 25 de julio-.

La entidad financiera sostiene que no era un contrato y que, para que lo fuera, se tenían que cumplir una serie de condiciones. Entre ellas, que Orcel rebajara el coste de hasta 35 millones que Santander estaba dispuesto a compensar por el bonus que iba a perder de UBS, y que esta entidad pagara siempre el 50% de esta remuneración. Es decir, si UBS abonaba finalmente 20 millones, Santander pondría otros 20.

Orcel ha estado en los últimos días en Madrid, coincidiendo con la respuesta de Santander a su demanda

Por su parte, Orcel y sus asesores sostienen que la carta firmada en septiembre tiene validez contractual, y que las condiciones del bonus de UBS eran conocidas desde el principio. De hecho, copian un correo del presidente de UBS, Axel Weber, a la mujer de Orcel, Clara Batalim: "También he hablado con Ana [Botín] y he sido franco con ella para que no base sus actos y sus ofertas en presuposiciones erróneas".

El financiero italiano también adjunta un mensaje de Botín en el que insinúa que UBS podría dejar de recibir contratos del Santander si no se hacía cargo del bonus: "Andrea. Hay una línea que tenía reservada para Axel: si deciden que no te pagan nada porque somos competidores entonces es bueno saberlo y que no pueden ser asesores estratégicos nuestros -eso es irrefutable y una manera 'elegante' de decir las cosas claras-".