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La conservera Alsur firma la paz con Sando para desbloquear 450 chalés en Málaga
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LA CONSTRUCTORA COBRA Y DEVUELVE SUELOS

La conservera Alsur firma la paz con Sando para desbloquear 450 chalés en Málaga

La firma de la familia Jiménez, un emporio agroindustrial de Antequera, aún sufría la crisis inmobiliaria. Ahora retoma los planes de ampliar su hotel de lujo y relanzar las viviendas

Foto: Hotel La Magdalena, rodeado del olivar que asumió Sando. (Diputación de Málaga)
Hotel La Magdalena, rodeado del olivar que asumió Sando. (Diputación de Málaga)

Esta es la historia de cómo el negocio agroindustrial y de la alimentación, con su estabilidad, salva los trastos al inestable inmobiliario. Todo ocurre dentro de la misma familia, los Jiménez, que controlan el emporio de conservas vegetales Alsur, en Antequera (Málaga). Cerraron 2018 con 40 millones en ingresos y van a inaugurar en unas semanas una fábrica de transformación de quinoa, una de las primeras de España especializada en este 'arroz inca' de moda. Pero en su aventura inmobiliaria, desarrollada igualmente en Antequera, sufrieron la crisis de 2008 y hasta inicios de este año no han digerido del todo el parón del ladrillo.

Los empresarios malagueños tienen en este municipio, que es el centro geográfico de Andalucía, dos hoteles de 4 y 5 estrellas, un campo de golf y promovieron también una gran urbanización de parcelas de entre 500 y 2.000 metros cuadrados. Ocupa 1.500 hectáreas y hay en total 450 parcelas, de las que solo 20 están ocupadas. Tras invertir más de 20 millones de euros hasta 2009, Ramón Jiménez decide parar las obras de urbanización de ese enorme suelo. Ramón es uno de los tres hermanos Jiménez que controlan las distintas ramas, junto a José (el mayor), que dirige la propia Alsur (sus fábricas en Antequera y Perú); y Bernardino, que se encarga de las explotaciones agrícolas.

Foto: El proyecto de Intu para Paterna (Valencia).

Uno de los damnificados por el parón de las obras de urbanización fue Sando, el grupo constructor malagueño que dirige Luis Sánchez Manzano. Había construido en torno a 20 kilómetros de calles dentro de la urbanización. Ramón Jiménez explica que se llegó a un acuerdo con la constructora para comenzar a pagar la deuda pendiente, unos 5 millones. Cuando se había abonado el primer millón, la asfixia financiera interrumpe los pagos y se le entregan a Sando tres parcelas y una finca de 260 hectáreas, de olivares, que rodean los hoteles de la familia. Así hasta inicios de este año, cuando ambas partes han llegado a un acuerdo tras aportar fondos las divisiones dirigidas por sus dos hermanos, explica Ramón Jiménez.

En concreto, se han abonado en torno a 3 millones a Sando para recuperar la propiedad de esos suelos. Los de la urbanización, para poder relanzarla y vender los 430 suelos en cartera. "El ayuntamiento de Antequera ya la ha recepcionado, es decir, ya se pueden dar licencias de obras. Hay demanda local e internacional, vamos a promocionar estas parcelas entre golfistas de Alemania, Suiza, Suecia o Noruega. Somos la única urbanización legal de la comarca y vamos a invertir además dos millones en adecentarla tras tantos años abandonada". Y los de la finca de olivar, "porque somos de campo, nos gusta y queremos cultivar nuestros olivos", asegura el que fuera alto directivo de Cajasur en Andalucía oriental antes de volver a la empresa familiar.

placeholder José Jiménez (a la derecha, de blanco) junto a la consejera Carmen Crespo. (las4esquinas.com)
José Jiménez (a la derecha, de blanco) junto a la consejera Carmen Crespo. (las4esquinas.com)

Han sido los fondos generados por Alsur y por la actividad agraria los que han permitido salir al rescate de la rama inmobiliaria. Un rescate intrafamiliar. En la división de hoteles, golf y viviendas, la familia Jiménez tiene la mayoría pero comparte el accionariado con otros 13 socios. Además de solucionar el contencioso con Sando, el grupo Antequera Golf —que es como se denomina la rama de inversión en ladrillo del grupo— también ha invertido medio millón en mejorar el campo de golf. Y ha retomado los planes para ampliar el hotel de 5 estrellas (Hotel convento La Magdalena) hasta 91 habitaciones, añadiendo 70 más.

Esta es la historia de cómo el negocio agroindustrial y de la alimentación, con su estabilidad, salva los trastos al inestable inmobiliario. Todo ocurre dentro de la misma familia, los Jiménez, que controlan el emporio de conservas vegetales Alsur, en Antequera (Málaga). Cerraron 2018 con 40 millones en ingresos y van a inaugurar en unas semanas una fábrica de transformación de quinoa, una de las primeras de España especializada en este 'arroz inca' de moda. Pero en su aventura inmobiliaria, desarrollada igualmente en Antequera, sufrieron la crisis de 2008 y hasta inicios de este año no han digerido del todo el parón del ladrillo.

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