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El Corte Inglés minimiza el impacto de la crisis catalana a sus inversores
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en su emisión de bonos en irlanda

El Corte Inglés minimiza el impacto de la crisis catalana a sus inversores

El grupo de grandes almacenes ha evitado concretar cómo le afecta la tensión independentista en sus centros comerciales en Barcelona, como sí hizo hace un año

Foto: El presidente de El Corte Inglés, Nuño de la Rosa, a su llegada a una junta general de accionistas. (EFE)
El presidente de El Corte Inglés, Nuño de la Rosa, a su llegada a una junta general de accionistas. (EFE)

Uno de los centros comerciales más rentables de El Corte Inglés es el inmueble situado en la avenida Diagonal de Barcelona. Es uno de los 10 edificios que generan el 40% del beneficio operativo o ebitda de la cadena, que tiene una red de casi 100 establecimientos de venta al por menor. Fue uno de los grandes almacenes del 'holding' que se vieron afectados el pasado año por las manifestaciones en favor de la independencia que colapsaron la principal calle de la Ciudad Condal. Casi doce meses más tarde, el grupo no incluye en el folleto informativo de su emisión de bonos cómo afecta a sus cuentas la situación actual en Cataluña, advertencia que sí hizo hace un año, cuando alertó a los compradores de pagarés del riesgo político en la primera economía de España.

Según han indicado fuentes financieras, El Corte Inglés ha incluido numerosos riesgos en el documento registrado en el mercado de valores de Irlanda, adonde ha recurrido para captar al menos 600 millones de euros mediante la venta de bonos a inversores institucionales. Entre otros, la fuerte dependencia de los préstamos que el propio grupo concede a sus clientes para financiar sus compras a crédito. En concreto, el 41,2% de sus ventas. Es decir, 6.565,22 millones sobre los 15.935 que facturó el pasado año. Casi uno de cada dos euros que ingresa, un porcentaje que expone a la cadena de distribución a un riesgo crediticio que “puede afectar negativamente a su situación financiera y a sus resultados de explotación”.

También expone que los resultados del grupo se ven afectados por el clima macroeconómico y político imperante, los niveles de deuda soberana y de déficit fiscal, así como la liquidez y la disponibilidad del crédito, el desempleo, los ingresos disponibles reales, los salarios, la confianza de los consumidores y la percepción de las condiciones económicas por parte de los clientes.

Foto: Edificio del Corte Ingles de Bilbao. (EFE)

Unas cuestiones muy relevantes si se tiene en cuenta la inestabilidad política en España, tras la moción de censura de Pedro Sánchez, las dimisiones de varios ministros, la caída de la llegada de turistas por primera vez en cinco años y las rebajas en las previsiones del crecimiento económico anunciadas por el Banco de España. Una institución para quien "la principal incertidumbre para la economía española es la ligada a la evolución de la situación en Cataluña, que podría afectar a la confianza, a la percepción del riesgo y a las decisiones de consumo e inversión de los agentes económicos nacionales, afectando negativamente a variables como el turismo o la inversión extranjera".

Este aviso venía en el folleto informativo de pagarés por 500 millones que El Corte Inglés emitió en España el pasado año. Pero no ha sido incluido en el documento registrado en la Bolsa de Irlanda, según indican fuentes próximas a los inversores institucionales —fondo de pensiones, aseguradoras, fondos de inversión y grandes fortunas— a los que vende los bonos. Fuentes oficiales de la compañía han declinado dar su versión sobre esta información.

Foto: Uno de los centros comerciales de El Corte Inglés.

En la emisión de los pagarés, El Corte Inglés indicaba que resultaba "difícil predecir los efectos derivados de las tensiones políticas en Cataluña" y se agarraba al informe de estabilidad del Banco de España para indicar que el impacto macroeconómico de la situación actual de incertidumbre "dependerá tanto de su intensidad como de su duración temporal". Por ello, añadía que no podía predecir el resultado de una intensificación de las tensiones políticas en Cataluña y cómo podría afectar a la emisión de los pagarés, o a la capacidad del mismo para su repago.

Primer descenso en cinco años

El Banco de España señaló a finales de 2017 que, en un escenario de tensionamiento transitorio y acotado de incertidumbre, la pérdida acumulada del producto interior bruto (PIB) hasta finales de 2019 sería de unas tres décimas, unos 3.300 millones de euros. Posteriormente, reconoció que el impacto sería menor del esperado inicialmente, por lo que elevó las estimaciones de crecimiento para el conjunto de 2018. Sin embargo, anteayer, el supervisor rebajó la previsión del PIB, tanto para este año como para el próximo ejercicio y 2020, por el deterioro del comercio exterior.

El Corte Inglés ya ha notado esa ralentización en sus cuentas provisionales. Según datos internos, las ventas del grupo de grandes almacenes han caído cerca de un 1,35% en el primer semestre de su ejercicio fiscal, terminado el pasado 31 de agosto, el primer retroceso en cinco años. El 'holding' presidido por Jesús Nuño de la Rosa ha cerrado sus primeros seis meses del año fiscal —que se contabiliza desde el 1 de marzo de 2018 al 28 de febrero de 2019— con una facturación de unos 5.640 millones frente a los 5.730 millones del mismo periodo del ejercicio 2017-2018.

Uno de los centros comerciales más rentables de El Corte Inglés es el inmueble situado en la avenida Diagonal de Barcelona. Es uno de los 10 edificios que generan el 40% del beneficio operativo o ebitda de la cadena, que tiene una red de casi 100 establecimientos de venta al por menor. Fue uno de los grandes almacenes del 'holding' que se vieron afectados el pasado año por las manifestaciones en favor de la independencia que colapsaron la principal calle de la Ciudad Condal. Casi doce meses más tarde, el grupo no incluye en el folleto informativo de su emisión de bonos cómo afecta a sus cuentas la situación actual en Cataluña, advertencia que sí hizo hace un año, cuando alertó a los compradores de pagarés del riesgo político en la primera economía de España.

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