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La crisis turca en BBVA: golpea a una cartera de 8.600 M de bonos y al 15% del beneficio
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la lira y el bono caen más del 30% en 2018

La crisis turca en BBVA: golpea a una cartera de 8.600 M de bonos y al 15% del beneficio

El banco afronta minusvalías en su cartera de renta fija, provisiones y en los resultados de Turquía. Su participación en Garanti vale un 46% menos en bolsa que en libros

Foto: Oficina de Garanti. (Flickr)
Oficina de Garanti. (Flickr)

Turquía se ha convertido en el mayor quebradero de cabeza de BBVA, que se desplomó el viernes un 5,2% hasta mínimos de dos años. La lira se desploma cerca del 40% en 2018 contra el euro, con una caída de dos dígitos este viernes en el mayor retroceso diario de la historia para la divisa. Ni las políticas restrictivas del banco central con tipos al 18%, que además ‘ha quemado’ más del 15% de sus reservas en divisa extranjera, ni el anuncio desde Ankara de un nuevo plan económico han frenado la sangría.

La entidad española invirtió entre 2010 y 2017 más de 7.000 millones de euros por el 49,85% de Garanti, que en libros está contabilizado con un valor de 4.400 millones y hoy vale en bolsa menos de 2.400 millones, un 46% menos. Es decir, vale actualmente menos de la mitad que los 5.000 millones que pidió al mercado en la ampliación de capital de 2010 para la primera compra de Garanti, que fue de 4.195 millones por el 25%.

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La crisis turca amenaza el valor contable de Garanti, el fondo de comercio (activos intangibles) que ya se deterioró en el primer semestre —de 509 millones a 433 millones—, y a la cartera de renta fija (ALCO, en la jerga) con la que los bancos españoles han capeado parte del temporal que les provocan los tipos bajos en los últimos años.

El banco presidido por Francisco González tiene bonos turcos contabilizados al final del primer semestre por valor de 8.600 millones de euros, según fuentes del banco. Casi la mitad son bonos disponibles para la venta, cuyo valor sufre cada vez que hay un movimiento en el mercado. Ya en los seis primeros meses del año, BBVA aumentó las minusvalías no realizadas en deuda turca desde 115 millones hasta 206 millones por parte de su cartera de renta fija turca, en la que el 92% es deuda pública, ya sea el Estado u otras administraciones, porcentaje que ha disminuido desde el 99,6% de diciembre.

Foto: Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. (EFE)

La deuda turca que tiene BBVA en el balance supone el 7% de la cartera total, ratio que viene reduciéndose en los últimos tiempos. La entidad no ha especificado si como consecuencia del ‘mark to market’, como se conoce en la jerga al ajuste del valor, por desinversión en bonos del país otomano o por ambas variables.

Los bonos emitidos por el Tesoro turco a 10 años cotizan con descensos del 30% este año, después de que el interés se haya disparado desde el 11% a casi el 19% a lo largo de 2018, mientras que la cotización de los CDS (seguros de impago) se ha duplicado, hasta superar los 400 puntos básicos en el tramo de 10 años, como España en el peor momento de la crisis de deuda, aunque lejos de los niveles que alcanzó, por ejemplo, Grecia.

placeholder Caída del precio del bono turco a 10 años en el mercado secundario en 2018. (Bloomberg)
Caída del precio del bono turco a 10 años en el mercado secundario en 2018. (Bloomberg)

La deuda pública otomana sufre como la lira por el rechazo del mercado a la evolución de la economía, con crecimiento desbocado y desajustes que elevan su vulnerabilidad, y el recorte del ‘rating’ en los últimos meses de las agencias estadounidenses, aunque esto no tiene impacto en los requisitos regulatorios, recordó Jaime Sáenz de Tejada, director financiero de BBVA, en la última presentación ante analistas.

Más provisiones

En esa presentación, Turquía fue uno de los temas estrella entre las dudas de los analistas. Sáenz de Tejada y Carlos Torres, consejero delegado, admitieron un incremento esperado del coste del riesgo este año desde los 123 hasta los 150 puntos básicos en Turquía, lo que equivale a “algunas provisiones grandes” extra. En los seis primeros meses del año hubo provisiones por valor de 34 millones, respecto a los 18 millones del mismo periodo del año anterior.

placeholder Carlos Torres y Francisco González.
Carlos Torres y Francisco González.

BBVA Research, explicó Torres a los analistas, espera una moderación del crecimiento del 7% del año pasado hasta el rango entre el 3,5% y el 4% en 2018, en línea con lo señalado este jueves por el Ministerio de Finanzas, que anunció para este viernes un nuevo plan económico que no ha frenado el castigo en los mercados financieros para Turquía. Garanti está reduciendo el peso de préstamos en moneda extranjera para protegerse, con una caída del 8,4% interanual en el primer semestre, frente al aumento a doble dígito en liras.

Torres aseguró a los analistas que la política de BBVA en Turquía continuará siendo “bastante prudente” y alabó la “estrategia de cobertura muy eficiente para mantener un buen margen de intereses en el contexto de una inflación que ha tenido algo de volatilidad y no vemos algún riesgo a largo plazo por ello”.

BBVA no ha tenido peor comportamiento que el resto de bancos españoles en las últimas semanas, en plena crisis turca. Pero esto no se traduce en que no haya impacto bursátil. La entidad lleva dos trimestres publicando un ROE (retorno sobre capital) por encima del 11%, superior al coste del capital (rentabilidad exigida por los inversores), algo que hasta ahora solo había hecho Bankinter desde que empezó la crisis.

Un estudio de AFI mostró que el 55% de la cotización de la banca en los últimos años se explica por el ROE, la ratio de eficiencia y el peso del ladrillo tóxico, especialmente por la primera variable. Pero en BBVA, la mejora en ROE no se ha trasladado al parqué, donde cotiza por debajo del valor en libros, en línea con otros competidores que presentan ratios de rentabilidad muy inferiores. Esto se explica, según los analistas, por la incertidumbre reciente en México y, especialmente, en Turquía.

placeholder Antonio Huertas, presidente de Mapfre.
Antonio Huertas, presidente de Mapfre.

La otra firma española importante con presencia en Turquía es Mapfre, cuyo beneficio generado en el país cayó un 68% interanual en euros entre enero y junio, hasta situarse en los 8,8 millones. De esta forma, las ganancias en la economía otomana para la aseguradora que preside Antonio Huertas han reducido su peso desde el 7% hasta el 2%. El volumen de primas se redujo un 21,7%, hasta los 280,7 millones, el 2,3% del total.

A la espera de un plan económico

El mercado deteriora la posición financiera de Turquía por la inestabilidad política, después de que Recep Tayyip Erdoğan, que ganó con claridad en las elecciones de junio, haya socavado la independencia del banco central (CBRT) y haya dejado la política económica en manos de su yerno, Berat Albayrak. Asimismo, a los inversores les preocupa el conflicto diplomático con Estados Unidos y sus potenciales sanciones económicas, después de que Ankara decidiera comprar petróleo iraní.

Foto: Bandera turca. (EFE) Opinión
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El contexto para los emergentes suele volverse negativo cuando hay un endurecimiento monetario que eleva los tipos de interés, como está ocurriendo en Estados Unidos con la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). Y cuando un país tiene desajustes, su posición financiera internacional sufre, como le está pasando en 2018 a Argentina y a Turquía. En este último caso, "es un ejemplo de altos desequilibrios externos, con vulnerabilidad, porque el sector privado obtuvo la mayor parte del endeudamiento en el exterior", explica el Instituto Internacional de Finanzas (IIF).

Este cóctel de incertidumbre se produce en una economía en la que se deterioran los fundamentales macro. Y no por el crecimiento, que podría desacelerarse, sino por la vulnerabilidad de la economía, que apunta a un sobrecalentamiento que podría preceder a un colapso, con la inflación cerca del 16% y el banco central incapaz de frenarla. El déficit por cuenta corriente fue de más del 5% en 2017 y la deuda externa ya supera el 50%, aunque el Ministerio de Finanzas asegura que este año el saldo negativo entre exportaciones e importaciones bajará del 4% y el déficit público del 2%. Pero para el mercado, aún no es suficiente.

Turquía se ha convertido en el mayor quebradero de cabeza de BBVA, que se desplomó el viernes un 5,2% hasta mínimos de dos años. La lira se desploma cerca del 40% en 2018 contra el euro, con una caída de dos dígitos este viernes en el mayor retroceso diario de la historia para la divisa. Ni las políticas restrictivas del banco central con tipos al 18%, que además ‘ha quemado’ más del 15% de sus reservas en divisa extranjera, ni el anuncio desde Ankara de un nuevo plan económico han frenado la sangría.

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