Los resultados de Santander superan las expectativas pese a la ralentización en España

Los resultados del Banco Santander hasta septiembre, anunciados este jueves, fueron muy bien recibidos por los analistas y el mercado (la acción subió el 3,21%, hasta 5,813 euros), ya que superaron las expectativas sin tener en cuenta extraordinarios. Pero dejaron una sombra de duda en el negocio español, donde el banco no está siendo capaz de aprovechar la recuperación económica. El margen de intereses sigue cayendo porque el crédito sigue sin crecer, y ahora además se han frenado las comisiones. El beneficio solo crece gracias a los recortes de costes y las menores provisiones.

En los nueve primeros meses del año, el margen de intereses del Santander en España (sin el Popular), que mide el negocio puro bancario de tomar depósitos y dar crédito, se redujo un 4,7% respecto al mismo periodo de 2016 (el 3,1% en el tercer trimestre respecto al segundo). Esto se explica por los tipos cero, que impiden una subida de los intereses que pagan los clientes por sus préstamos, pero también porque el crédito sigue sin crecer, a pesar de la mejoría de la actividad en nuestro país (aunque al menos ha dejado de caer), debido a que todavía no se ha reducido por completo el exceso de deuda de la burbuja inmobiliaria y de crédito.

Esta situación es compartida por el resto de la banca española, y explica en buena medida su pobre rentabilidad. Pero, hasta ahora, esta situación se compensaba parcialmente por el crecimiento de las comisiones, derivado en buena medida del traspaso de los clientes desde unos depósitos que no pagan nada de interés a los fondos de inversión. Las comisiones crecieron el 13,7% interanual en el acumulado de 2017, pero cayeron un 5,2% en el tercer trimestre, lo que puede ser indicativo de un agotamiento de esta tendencia. Un portavoz del banco explica que se debe sobre todo a la estacionalidad veraniega.

Captación de depósitos desde Cataluña

Este agotamiento sería preocupante porque, mientras los tipos sigan sin subir (y las previsiones empiezan a aplazar el inicio de las alzas de 2019 a 2020) y el crédito siga sin crecer, los bancos necesitan otras fuentes de ingresos para elevar su rentabilidad. Ahora mismo, el crecimiento del beneficio en España obedece, en el caso del banco que preside Ana Botín, a dos variables principales. La primera es una nueva reducción de costes del 3% interanual, aunque esta partida repuntó ligeramente en el tercer trimestre; otra sombra de duda. La segunda es la fuerte caída de las provisiones para sanear los activos tóxicos (préstamos morosos e inmuebles adjudicados), de un 19,3% interanual y un 24% intertrimestral. Esta reducción es lógica, porque los niveles de cobertura alcanzados ya son muy elevados.

Una vía de mejora en el cuarto trimestre, a costa de la competencia, será la captación de depósitos que han salido de bancos en Cataluña como consecuencia de la crisis independentista. Aunque no dio cifras, el consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, reconoció ayer que la situación de Cataluña ha provocado "cierto nerviosismo" y "afluencia de clientes", si bien añadió que no ha tenido un impacto material.

Popular: el 60% acepta los bonos

Por otro lado, Álvarez anunció ayer que han aceptado los bonos de fidelización el 60% de los títulos (acciones y subordinada) afectados por la resolución del Banco Popular. Esto significa que solo ha crecido un 10% la cifra en el último mes, puesto que el 27 de septiembre el banco había anunciado que iba por el 50%. El Santander explica que al principio se apuntó mucha gente de golpe, y que cuanta más gente ha aceptado, más difícil es seguir sumando.

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Eduardo Segovia

No obstante, el consejero delegado aseguró ayer que "queda mes y medio para que termine la oferta y no estamos preocupados". "Soy optimista en esto", añadió. Los numerosos despachos de abogados especializados en demandas contra la banca son el principal obstáculo para que el Santander alcance sus objetivos, ya que tratan de convencer a los afectados de que estos bonos no son una buena opción porque son ilíquidos durante siete años, su amortización depende del banco y solo pagan un 15% de interés anual. La alternativa es pleitear, que es el negocio de estos bufetes.